jueves, 30 de abril de 2015

La Orden 2.0 - El desenlace


Hacía ya horas que el sol se alzaba en el cielo arropando aquellas tierras al noroeste de los Reinos del Este cuando el grupo comenzó a abarrotar la sala de las reuniones. A diferencia de lo ocurrido días atrás, parecía que esta vez se había corrido la voz de lo sucedido y eran muchos más los curiosos que allí se congregaban. Los líderes tomaron posición al igual que el resto de miembros de cada bando tomó asiento en sus zonas correspondientes.

Los Caminantes del tiempo, incluido Draken Vercetti, esperaban alerta a que llegara el momento clave de la reunión, que había sido retrasado lo máximo posible dando prioridad a tratar el resto de temas que quedaron anteriormente en el aire. Los Doe parecían bastante inquietos, aunque Nathan como representante se desenvolvía bien en su papel, el resto del grupo, a excepción de Katherina que se había ausentado de la reunión, se mantenían algo contrariados por la gran disputa que había tenido lugar hacía dos días. El grupo de los mercenarios se acomodaba en sus asientos rezando por que todo terminase de una vez, mientras que los miembros de la Orden aguardaban temerosos a que se tomara una decisión que ya todos conocían. Ni siquiera los nuevos miembros de cada grupo habían optado por perderse tal acto, ya sea por la gran repercusión de éste o bien por entrometimiento.

Aunque la asamblea había empezado por tratar asuntos livianos para la mayoría de bandos, podía detectarse en el ambiente como la tensión aumentaba y los líderes y representantes se tornaban más irascibles a medida que la reunión avanzaba. Tanto Alice como Garrett no podían encerrar más su odio el uno hacia el otro, haciendo que reaccionaran en contra cada vez que uno tomaba la palabra. Por el contrario, el paladín de la casa Doe intentaba dar la impresión de serenidad, y el mercenario aunque a simple vista pareciera que aquel asunto no le importaba lo más mínimo, en su fuero interno se hallaba cada vez más preocupado por la bruja. Marther intentaba mantener todo en orden, aunque no le estaba resultando nada fácil ya que el resto de miembros del consejo habían tenido que partir rápidamente hacia Kultiras al conocer lo ocurrido al padre de Lorraine. La joven había sido tentada a viajar con ellos, pero se negó al saber que en la reunión se jugaban más de lo que parecía. Su rostro permanecía serio mientras se mantenía lo más alejada de Zephiel que podía, decisión que había tomado tras la discusión que había tenido lugar la tarde del día anterior.

Tras la larga espera que duró aproximadamente varias horas, el cruzado se puso en pie dando comienzo al momento que por unas razones u otras, todos esperaban.

-Bien, puesto que ya el resto de temas han sido acordados, es hora de que tenga lugar la votación para decidir el devenir del grupo compuesto por la Orden Eterna. Antes de empezar me gustaría recalcar que se trata de una decisión de vital importancia, y que aunque creo que la mayoría habéis tenido tiempo suficiente como para compartir y debatir con el resto de vuestros respectivos grupos, o simplemente meditar acerca de lo que elegiréis, espero que no solo lo tengáis claro, sino que hayáis pensado en las consecuencias y estéis totalmente seguros. Dicho esto, hoy se juzga al grupo de la Orden Eterna por los numerosos cargos que se nombraron días atrás, los cuales no volveré a repetir ya que todos estáis al tanto. Sabéis que excepto el grupo que está siendo juzgado, el resto tenéis un voto para absteneros, exigir la absolución del grupo, exigir la pena mínima o por el contrario pedir la pena máxima para el grupo, que como ya hemos dicho, consiste en la disolución total del mismo. Por favor Garrett, ya que habéis sido el que ha propuesto la acusación, me gustaría que empezaras.
-Por supuesto.-contestó el caminante levantándose de su asiento.-He de decir que aunque he debatido con el resto de los miembros de mi grupo, los cuales no todos comparten la misma opinión, debo mantenerme acorde a mis principios, con lo cual exijo la pena máxima. También me gustaría aclarar que no tengo nada en contra de ninguno de los miembros de la Orden, y que si así lo desean en el caso de que el grupo desaparezca podrán contar con nuestro apoyo o incluso algunos de ellos podrían optar a formar parte como Caminantes del tiempo sin que haya represalias ni distinto trato conforme al resto de miembros.
Alice permaneció indemne ante el comentario de su adversario, sin embargo no en todos caló de la misma forma. El joven Khairos sintió un gran pesar dentro de sí mismo tras los tajantes comentarios de su padre, al igual que el resto de miembros comenzaban a mostrar un semblante más agresivo y hostil que minutos atrás.
-Bien, ha quedado claro. McAllan, vuestro turno.-indicó Marther al mercenario que se puso en pie con ligereza.
-En mi caso, tanto yo como los míos hemos compartido mucho tiempo con los miembros de la Orden, y sabemos que sus intenciones distan de las que aquí se expusieron en la anterior parte de la reunión. Todos los líderes, al igual que todos los miembros de cada grupo cometen errores, pero no por ellos hay que negarles una segunda oportunidad. Lo que hicieron los jóvenes guardianes no fue del todo correcto, en eso estaremos de acuerdo, pero ya ellos pagaron por estos errores, no creo que sea necesario exigir a los aquí presentes que tomen las culpas de lo que hicieron otros. Es por eso que pido la absolución del grupo.
-Gracias McAllan. Por favor Nathan, es vuestro turno.
-Claro.-el paladín se puso en pie seriamente.-La casa Doe siempre ha apoyado a los miembros de la Orden, de hecho desde hace casi dos décadas que muchos Doe formaron parte de la misma. Sin embargo no puedo negar que gracias a las hazañas de la Orden perdimos a muchos de ellos. Pienso que la Orden en sí es necesaria para que todos podamos avanzar, pero los errores y temeridades han de pagarse. En consecuencia, mi voto como representante de la casa Doe exigirá la pena mínima.
-Gracias Vallenorte.-continuó el cruzado.-Tras los votos de cada grupo contamos con un empate. En ese caso, como ya sabréis los miembros presentes del consejo decidirán que hacer entre las opciones que se presentan. Aunque la anacoreta Iridi y el maestro Nieblaoscura han debido ausentarse, tengo en cuenta cuales fueron sus respectivas posiciones que me fueron aclaradas antes de su partida. Como antiguo miembro de la Orden he de decir que siento una gran tristeza al ver hasta que punto ha llegado todo esto, pero como miembro del consejo mi deber es elegir aquello que más afiance la seguridad de todos los aquí presentes e incluso de aquellos que aún guardan relación con nosotros. Por ello, y sintiendo un gran pesar, he de dar la razón a algunos de los líderes al decir que la Orden ha padecido innumerables bajas que todos hemos llegado a sufrir en gran medida. Contando con que la mayoría de miembros que componen dicho grupo son demasiado jóvenes para enfrentarse ante tales adversidades además del hecho de que los veteranos ya habéis padecido mucho sufrimiento... creo que la Orden debería...deshacerse.



Sus pies pisaron aquellas tierras no por primera vez. El brujo sintió una sensación de desasosiego al recordar tras los años que habían pasado, que aquel lugar seguía tal cual lo había dejado la última vez que había estado allí, sembrando la duda en su interior de si realmente la Orden se había confiado hasta tal punto de olvidarse de él. Por otro lado, era lo que más sentido tenía ya que para aquellos a los que consideraba sus enemigos, él llevaba varios años muerto. Chasqueó los dedos y caminó con paso firme acompañados de aquellos a los que consideraba su nuevo grupo. Sus pisadas hacían que la hierba a su alrededor se deshiciese en cenizas, e incluso tras su paso podía observarse claramente como una capa de oscuridad inundaba allá por donde pasaba. Vagó hasta el gran portón que se alzaba imperecedero ante sus ojos donde se situaba la entrada a esa parte del castillo Doe, y depositando ambas manos sobre él, hizo explotar el mismo en mil pedazos. Examinó el largo corredor rojizo y dorado que no había variado en años y entonces su susurro golpeó a sus seguidores como si de una rotunda orden se tratase.
-Matadlos a todos.



El bullicio se había propagado rápidamente entre los asistentes a la asamblea, y aunque sabía que todo sería en balde, Alice no hacía otra cosa que intentar desbancar al caminante usando cuantas balas tuviera en su recamara.
-¡No vengas con esas, todos aquí saben qué es lo que te mueve!-gritó la bruja a Garrett.-¡No logras engañar a nadie!
-¡Las razones por las que yo actúe no son de tu incumbencia!
-¡Si lo son cuando me afectan!
-¡Guardad silencio!-protestó el cruzado.
-¡Ya has oído, entrega los talismanes y desapareced de una vez!-exclamó el caminante.
-¡El talismán que muestra el futuro lo creamos, como bien dijiste sin vuestro permiso, con lo cual nos pertenece exclusivamente a nosotros, no creáis que os lo vamos a entregar tan fácilmente!-dijo la guardiana.
-Alice, eso incumple las normas acordadas.-añadió el cruzado.- debeis entregar los dos talismanes.
-¿Quieres saber realmente lo que me importan las normas en estos momentos?
Zephiel se incorporó en su asiento apoyando los brazos en sus piernas y frunciendo el ceño al ver como la situación tomaba un cariz amenazante. Sin previo aviso observó como Thomas daba un respingo en su butaca y lo miró preocupado temiendo que el sobresalto fuera por la agresividad de las palabras que estaban teniendo lugar. Segundos después Brandon se puso en pie cambiando su rostro.
-Silencio...-dijo el mercenario en lo que fue casi un murmullo que quedó eclipsado por los gritos.-¡Que os calléis!-vociferó mientras se concentraba.
El grupo enmudeció. Brandon miró a la druida que se puso en pie rápidamente erizando sus largas orejas.
-¿Qué ocurre McAllan?-preguntó el cruzado.
-Algo... no va bien...-insinuó Brandon.
Zephiel se percató de que Thomas también permanecía atento.
-¿Pasa algo Thomas?-susurró el guerrero.
-Se ha.... se ha oído un gran ruido... y ahora...se oyen gritos o algo parecido...-respondió el joven con el rostro pálido.
-Preparaos, creo que tenemos visita.- dijo el guerrero en voz baja al resto de los miembros de la Orden.- Thomas, escóndete tras las sillas y no salgas hasta que yo te lo diga. Khairos no te separes de él.-ordenó el guerrero.
Brandon oyó lo que parecían ser varias explosiones cada vez más cercanas.
-¡A las armas!-gritó el mercenario rápidamente alertando a los allí presentes que se incorporaron al instante.

Un estruendo irrumpió en la sala destrozando las puertas repentinamente por varias bolas de fuego. El brujo se adentró con paso decidido hasta detenerse frente al grupo enmudecido.

-Tu...-dijo Alice abrumada poniéndose en pie y apretando los puños con fuerza.- No es...posible...

La guardiana se fijó en el brujo de cabellos rubios al que todos allí conocían como Raymond. Su ira comenzó a crecer cuando recordó las innumerables batallas que habían librado contra él en los últimos años, y las pérdidas que había causado el humano simplemente por su sed de venganza. Alice se sintió desconcertada, la Orden había logrado acabar con él hacía tiempo, sin embargo, allí estaba, con ansias una vez más de cumplir su cometido. Brandon levantó sus espadas ante el enemigo posicionándose delante de la bruja para evitar que pudiera hacer alguna estupidez. El mercenario sabía que el odio de Alice hacia el brujo estaba más que justificado, ya que gracias a él había perdido al hombre que más quería.

-Vaya, veo que apenas habéis cambiado.-dijo Raymond.
-¿Qué haces tu aquí?-preguntó el cruzado.-Márchate antes de que acabemos contigo, no tienes derecho a...
El brujo chasqueó sus dedos nuevamente y más de una decena de enemigos entraron en la estancia colocándose a su alrededor.
-No he venido para dialogar...¡Acabad con todos!-ordenó.
Los esbirros de Raymond obedecieron fielmente. La mayoría del grupo estaba formado por humanos caballeros de la muerte, brujos, guerrero o incluso asesinos que se abalanzaron con presteza dando comienzo a la batalla.
Zephiel aprovechó que varios de los suyos intentaban frenar el avance y saltó desde las gradas acortando rápidamente la distancia hasta el suelo. Sujetó la mesa central con fuerza volteándola de manera que quedara de forma vertical creando una especie de barrera.
-¡Thomas, Khairos, venid rápido!
El joven salió de su escondrijo y se acercó hasta el borde del palco donde Zephiel le ayudó a bajar mientras el sacerdote saltaba desde lo alto con sumo cuidado. El guerrero los condujo hasta la parte que cubría la mesa.
-Thomas, ¿Ves ese barco?-señaló el navío de los mercenarios a través de la cristalera.- Necesito que hagas un portal hasta allí, y que sea rápido.
-Lo... lo intentaré.-tartamudeó el joven.
-No lo intentes, hazlo. Khairos tu protégelo a cualquier costa.-ordenó refiriéndose al huargen.

Los mercenarios bajaron rápidamente al igual que el resto de grupos y comenzaron a luchar acaloradamente contra sus enemigos. Ricko atacaba sin cesar con sus sables, al igual que hacía el joven Strang. Los Doe por el contrario permanecían más en guardia protegiéndose los unos a los otros, evitando que tomaran toda la sala. Azurin se transformó en un gran oso desgarrando a un brujo que se cruzaba en su camino, ayudada por Ireli y Garrett que iban acabando con aquellos que se acercaban a ella. Marther observó que tras las destrozadas puertas esperaban aún más enemigos de los que podrían soportar.

-¡Los magos, cread un portal!-gritó el cruzado.
-¡Cedric al barco!-le indicó el líder de los mercenarios
-¡Entendido! ¡Ricko, Carsnten, Ivy, cubridme, necesitaré algo tiempo!-exclamó el ilusionista.
Cedric se ocultó tras sus aliados para poder concentrarse mientras sus compañeros hacían lo propio.
-¡Acabad con los magos!.-gritó Raymond desde la retaguardia.
Uno de los caballeros de la muerte cortó el cuello de Sarah, la maga recluta de la casa Doe que intentaba hacer un portal, mientras que Jake y Daphne el resto de los recién unidos, cayeron fácilmente ante el filo de varios enemigos.

Khaden retrocedió unos pasos mientras se concentraba, tan solo necesitaba unos segundos más, ya que su experiencia en este tipo de campo le favorecía con respecto al resto de magos que se encontraban en la sala. Uno de los guerreros se abalanzó sobre él haciéndole un profundo corte en el costado obligándole a anular su hechizo. El mago se llevó las manos a la herida tras sentir el doloroso tajo que comenzó a manchar su camisa de sangre a pasos agigantados. El enemigo volvió a arremeter una y otra vez sin éxito, hasta que el caminante trastabilló cayendo de espaldas. Desde el suelo observó como levantaba su hacha para asestar su golpe de gracia, pero entonces Khaden se concentró y un aura mágica rodeó a su adversario haciendo que se moviese más y más lento. La flecha atravesó la sala clavándose en la cabeza del enemigo fulminándolo al instante. Khaden miró a Draken y asintió agradecido.
-¡Khaden!- dijo Ireli acercándose hasta el mago herido.
-No es nada.-hizo un gesto de dolor al incorporarse.
-Pierdes mucha sangre,...intenta cubrirme desde aquí.-sugirió la paladina.-Evitaré que se acerquen.

-¡Portal listo jefe!-gritó Cedric.
-Entrad, rápido.- ordenó brandon que se batía a duelo con un asesino.
-¡No entraremos sin ti!-gritó Ricko mientras cortaba la garganta de uno de sus enemigos.
-¡He dicho que entréis!¡Debéis preparar el barco para partir de inmediato!
Ricko miró a Brandon dejando escapar una mueca de disconformidad y después al joven Strang.
-¡Cachorro, nos vamos!
Ricko y Carsnten entraron rápidamente por el portal desapareciendo de la batalla. Cedric aguantó unos minutos más hasta que un puñal se clavó en su hombro.
-¡Agh... maldita sea!-se quejó arrodillándose.-¡Daos prisa, no podré aguantar... mucho más!...
-¡Ivy, entra con él!
-¿Qué harás tu?-preguntó la asesina mientras agarraba al ilusionista por el brazo.
-No os preocupéis por mi, ¡Largaos!
El ilusionista se apoyó en la líder de los asesinos y ambos cruzaron el portal segundos antes de desvanecerse.

-¡Thomas, necesito que te des prisa!-gritó Zephiel mientras atravesaba con su espada a un mago enemigo.
-¡Ya casi está!-gritó desde su posición el joven huargen.
-¡No saldremos de aquí con vida si no te das prisa pequeño!-indicó Lorraine que se movía ágilmente entre los enemigos atacando con destreza usando su florete.
-¡Lo tengo!¡Ya está listo Zephiel!
Una descarga de las sombras golpeó a Kathaisa que salió despedida por los aires girando hasta impactar contra la parte baja del palco.
-¡Kathaisa no!-Zephiel corrió hasta ella sosteniendo su rostro entre sus manos.-¡Khairos!
El joven sacerdote se acercó evitando ser alcanzado por varios ataques de fuego, arrodillándose junto al guerrero. Khairos se concentró implorando a la Luz para que sanase las heridas de la ilusionista, sin embargo para la maga ya era demasiado tarde.
-Zephiel... no... no reacciona.
-¡Inténtalo!-le ordenó poniéndose en pie y observando la cruenta batalla que estaba teniendo lugar.- ¡Cireni, Lorraine, entrad por el portal!
La joven espadachina y la chamán obedecieron fervientemente y corrieron hasta Thomas cruzando sin dilación.
-Zephiel no... puedo sanarla, ella...
-Cruza en portal, ¡Vamos!
-Pero no puedo, irme... mi padre....
-¡Que lo cruces!-gritó el guerrero que cogía el cuerpo de la fallecida entre sus brazos.
El sacerdote asintió asustado intentando buscar a su padre sin éxito antes de desaparecer con el resto.
-¡Alice, vamos!.-gritó Zephiel
La bruja se giró ante el grito del guerrero y mirando fijamente a Zephiel, negó con la cabeza.
-No puedo hacerlo... juré que lo mataría con mis propias manos.-dijo la bruja que seguidamente se quitó el talismán y se lo lanzó al guerrero que lo atrapó al vuelo liberando por unos segundos uno de sus brazos.
-Suerte Alice.
-Cuida de ellos.-se despidió la bruja.
-¡Daroudji!-gritó Garrett atrayendo la atención del guerrero.-¡Cuida de él!-refiriéndose a Khairos a lo que Zephiel respondió asintiendo.
Zephiel y Thomas cruzaron rápidamente antes de que las fuerzas del joven mago comenzaran a fallar dejándolos sin salida.

El grupo apareció en los jardines del castillo, situándose a gran distancia del barco.
-Parece que Thomas no distingue bien las distancias.-insinuó Lorraine.
-¡Te dije en el barco!-le espetó el guerrero.
-He.. hecho lo que he podido...estaba nervioso...
-Maldita sea...- maldijo el guerrero.
-No nos queda más remedio que darrrnos prisa, o de lo contrarrio parrtirán sin nosotros.
-En marcha.-ordenó Zephiel asintiendo ante las palabras de la draenei.

De repente se oyeron varios estallidos seguidos de una gran columna de fuego y humo que se alzaba frente a ellos obligándolos a retroceder. El navío se había hecho añicos ante sus ojos, de lo cual ya solo quedaban trozos del mismo que ardían antes de apagarse al hundirse bajo mar.

-Que demonios...-dijo la joven Leproux.
-¡Los mercenarios estaban allí!-exclamó Khairos.
Zephiel se quedó paralizando ante la dantesca escena observando como los restos desaparecían poco a poco.
-Solo nos queda salirr por el puente.-dijo Cireni.
-No. Si contaban con que usaríamos el barco.... también habrán contado con ello.-dijo el guerrero.- Venid, conozco otro camino...


Los cristales de los grandes ventanales salieron despedidos tras la explosión. La mayoría se giraron atónitos por lo que acababan de presenciar.
-¡No!-gritó Brandon a medida que la ira se adueñaba de si mismo comenzando a transformarse en huargen.
Marther sintió un gran pesar al no saber que habría sido de su hijo tras la explosión, mientras que Alice no pudo evitar ahogar un grito ante el destino que podían haber sufrido el resto de los suyos.

Khaden miró su herida, se sentía cada vez más débil aunque intentaba ayudar a sus compañeros en la medida de lo posible. El mago caminó torpemente cayendo de rodillas junto a Ireli que lograba protegerlo de cada enemigo que se acercaba.
-¡Khaden, no hagas esfuerzos! Estás muy debilitado.
-Debemos sacarlo de aquí.-dijo Draken que se aproximó hasta ellos agarrando con fuerza al mago ayudándole a levantarse.
-Lo siento...-susurró el mago mientras agarraba con fuerza el hombro de la caminante y la mano del joven haciendo acopio de sus ultimas energías.
-Que haces...¡Detente Khaden!...
Ireli miró sus manos que comenzaron a brillar y a desaparecer grdualmente. Tras unos pocos segundos los dos jóvenes ya habían abandonado la sala apareciendo tan lejos de allí que las tierras de los Doe tan solo podían distinguirse levemente en el horizonte. Draken apareció junto a Ireli que se desplomó de rodillas en la arena de la costa cubriendo su rostro de lágrimas de impotencia por no poder salvar a aquellos a los que amaba.

Las fuerzas y ánimos del grupo comenzaron a verse afectadas cuando los enemigos no dejaban de aparecer.

Nathan no hacía más que pensar en Katherina. Su amada no había asistido a la reunión, pero no había sabido nada más de ella. Una sensación de amargura recorrió su cuerpo. Fue entonces cuando observó como un guerrero atravesaba con su espada a Julius que caía muerto al instante. Faby se abalanzó sobre él, forcejeó aguantando los numerosos embates que realizaba el corpulento enemigo y después fue derribada. Nathan corrió hasta el enemigo haciéndole una profunda hendidura en un lateral antes de que volviera a atacar a su compañera. Fue entonces cuando una bola de fuego cruzó ante sus narices derribando a Aomme. La paladina corrió para auxiliar a su hermana, pero era tarde. Nathan sentía como sus fuerzas le fallaban hasta tal punto que sus manos comenzaron a temblar. El paladín sintió un gran dolor que recorrió su cuerpo, dejando caer su espada de entre sus manos y observando como un filo le había atravesado por la espalda sobresaliendo de su torso. El dolor se hizo insoportable cuando el enemigo extrajo la espada del cuerpo de éste, dejando caer al mismo sin apenas fuerzas hasta desangrarse.


El grupo de la Orden cruzó a prisa el patio principal mientras se dirigían hacia un pequeño mausoleo situado en la zona oeste del castillo. Zephiel cargaba con el cuerpo sin vida de Kathaisa mientras el resto le seguía sin separarse ni un instante. Al fondo observaron como varios enemigos hacían guardia, seguramente para evitar que nadie escapase vivo de allí.
-¡Acabad con ellos!-grito el guerrero.
Lorraine se acercó a Zephiel quitándole varias dagas de su arnés, se detuvo varios segundos mientras cerraba su ojo izquierdo apuntado. La daga surcó el aire con celeridad atravesando la garganta de un brujo. Un rayo impacto contra el segundo enemigo que no pudo siquiera reaccionar ante la muerte del primero, y el tercero fue abatido por varios hechizos de luz que le golpearon hasta en tres ocasiones dejándolo casi muerto. Thomas rugió transformándose en huargen y corrió a cuatro patas hasta el enemigo arrodillado propinándole un zarpazo que rasgó la yugular.
El grupo se acercó hasta una fina valla de metal que Zephiel derribó de una patada. Entregó el cuerpo de la ilusionista a Khairos mientras intentaba abrir con varias embestidas la gran puerta de piedra que daba paso al interior del mausoleo.
-Maldición, está cerrada.
-¿No hay forrrma alguna de abrirrrla?-preguntó Cireni
-Solo teniendo la llave o desde dentro.
-¿Desde dentro?
-Estas cosas pueden abrirse desde dentro con el fin de que no se encierre a nadie en su interior.-explicó el guerrero mientra golpeaba de nuevo.
Zephiel había estado dentro alguna que otra vez, sin embargo se aseguró antes de hablar de que su plan pudiera tener éxito.
-Tengo una idea. El techo es de cristal.-señaló hacia arriba donde se encontraba el límite de piedra a varios metros de altura.-Lorraine te necesito.
La joven asintió rápidamente mientras retrocedía sobre sus pasos. Zephiel se arrodilló juntando ambas manos.
-¿Lista?-preguntó el guerrero.
Lorraine dio varias zancadas lo más rápido que pudo hasta apoyar su pie en las manos de su compañero, sintiendo de repente como el impulso la elevaba hasta una gran altura para caer en la cima del pequeño edificio de piedra.
-Vaya salto.-dijo Thomas.
Lorraine caminó por el techo compuesto de grandes láminas de cristal, fijándose en su interior. Se colocó cuidadosamente en el centro de uno los cristales y mientra se rodeaba a si misma con sus brazos, saltó sobre su posición destrozando el suelo bajo sus pies.
La puerta se abrió rápidamente por la joven que tenía varias magulladuras en los brazos y un trozo de cristal clavado en el muslo.
-Buen trabajo Lorraine.
En el interior del mausoleo había una gran estatua de un caballero sosteniendo una espada entre sus manos. A primera vista tan solo había temas decorativos sin ninguna salida.
-Intenta atrancar la puerta Cireni, Khairos sana a Lorraine.-dijo Zephiel mientras tomaba de nuevo el cuerpo de la maga para dejarlo cuidadosamente en uno de los numerosos bancos de piedra que componían la sala.
-Aquí no hay salida, ¿Cómo vamos a huir?.-preguntó Thomas mientras se agitaba nervioso permaneciendo aún en forma de huargen.
-¡Ayúdame a empujar Thomas!-dijo el guerrero que puso sus brazos en la base de la gran estatua.
-Pero... esperad, ¿Qué vas a hacer?-preguntó Khairos.-Esa es la tumba de Lord Cross Nesai.
-Lord Doe fue enterrado en Ventorrmenta.-respondió la draenei mientras colocaba varias tablas de madera junto a la puerta.
-Entonces...-Khairos entendió que ocurría observando como entre el huargen y el guerrero empujaban la estatua.
Entre ambos lograron derribarla quebrándola en un sinfín de fragmentos cuando entró en contacto con el suelo. Zephiel abrió lo que parecía ser una pesada trampilla que aguardaba oculta bajo la escultura. Nada más abrirla el grupo pudo ver unas largas escaleras que conducían a un estrecho pasadizo.
-Coged las antorchas.-ordenó el guerrero.- Este túnel lleva hasta el otro lado de la costa.
-¿Qué ocurre con Alice y con el resto?
-Ya no podemos hacer nada por ellos Lorraine.-dijo Zephiel apesadumbrado.-Alice quería que os pusiera a salvo.


Garrett se detuvo unos segundos para coger aire mientras miraba a su alrededor. La mayoría de sus compañeros ya habían caído, incluso Azurin, que había sido dañada gravemente tras impactar sobre su cuerpo varios hechizos de sombras. Los que quedaban intentaban resistir como podían, pero sabían que era imposible salir victoriosos de esa lucha. Quizás ahora lo único que buscaban era ganar tiempo por si alguien había logrado escapar. Garrett observó apesadumbrado el cuerpo de Khaden que yacía en el suelo, y después se fijó en el de Nathan, que permanecía tumbado sin moverse sobre un charco de sangre. El caminante observó como Brandon recorría la sala acabando con varios enemigos, usando tanto sus espadas y puñales como sus propias garras para aniquilar todo el que se enfrentara a él. De repente el huargen recibió el impacto de varios ataques lanzándolo por los aires bruscamente hasta caer de bruces contra el suelo. Alice lo buscó con la mirada y corrió hasta él mientras Marther, Garrett y pocos más intentaban poner freno a los enemigos. La bruja tembló al arrodillarse junto al mercenario que permanecía sin poder moverse por el daño de los ataques que había recibido. Su aspecto cambió al de humano dejando ver una gran herida en el pecho.
-Brandon aguanta.-le susurró Alice mientras acariciaba su afligido rostro recordando temerosamente la situación similar que había vivido tiempo atrás. 
-Lo siento... Alice.-susurró el mercenario tosiendo.
-Aguanta por favor, te sacaré de aquí...-prometió la humana.

Raymond entró de nuevo en la sala aproximándose a los pocos miembros que quedaban en pie, dibujando una sonrisa en su rostro. Varios de sus súbditos golpearon a Garrett y Marther logrando arrebatarles sus armas y obligándoles a arrodillarse frente al brujo. Raymond se acercó lentamente y apuñaló al cruzado provocando que Garrett se abalanzara antes de ser nuevamente reducido.
-Quiero que veáis que se siente al perder todo lo que conocíais...-dijo el brujo mirando al caminante.-Vosotros me arrebatasteis mi vida,... y yo haré lo mismo con la vuestra. Pero no antes sin veros sufrir y suplicar.
-¡Jamás te suplicaré hijo de perra!- gritó Garrett escupiendo a los pies del humano.

Alice dejó derramar algunas lágrimas viendo como las energías de Brandon se esfumaban poco a poco ante sus ojos. La bruja cogió un puñal del cinturón del mercenario ocultándolo en su mano mientras se incorporaba llena de ira. Alice corrió hasta Raymond derribando a varios enemigos en su camino a la vez que esquivaba varios hechizos por parte de estos. Corrió sin detenerse invocando varias bolas de fuego que el brujo neutralizó con un solo movimiento de su mano. Cuando ya estaba lo bastante cerca sacó el cuchillo y rápidamente intentó clavárselo en el corazón, sin embargo cuando éste estuvo a punto de entrar en contacto con su piel, se detuvo. Su brazo no podía moverse, no podía hacer aquello que tanto deseaba, su cuerpo se había paralizado por completo quedándose a pocos centímetros del rostro de su enemigo. Raymond agarraba con una mano el brazo de Alice, haciéndose con su puñal, mientras que con la otra mano la agarró del cuello.
-Ya tuviste tu oportunidad de matarme Alice...y la dejaste pasar.-dijo el brujo.-¿Cuantos más van a tener que morir por ti?...
Garrett observaba la situación mientras poseía una espada en el cuello.
-Malnacido...-dijo la bruja.-Acabaré contigo... y si no lo hago yo, alguien lo hará por mi. Puedes contar con ello.
-No creo que ahora mismo estéis en posición de hacer nada..., dejad vuestras promesas para aquellos que se las crean...-susurró Raymond.- Lo siento Alice pero tu tiempo se ha terminado...

La bruja sintió como el puñal que había portado minutos antes se abría paso en su abdomen desgarrando su piel allá por donde pasaba. No pudo reprimir un grito de dolor al sentir el enorme sufrimiento de la punzada. El brujo derribó a la humana lanzándola varios metros atrás, golpeándose al caer contra el suelo. Alice se miró las manos ensangrentadas mientras posaba una de ellas sobre el profundo corte, avanzó arrastrándose por el suelo hasta donde se encontraba el líder de los mercenarios que descansaba inerte con los ojos abiertos. Alice agarró su mano mientras el llanto se apoderaba de ella. Giró la vista hacia su enemigo observando como ensartaba al caminante con una espada y después acababa con la vida de los pocos que habían resistido hasta el final. La bruja comenzó a ver como todo a su alrededor se apagaba, como se tornaba gris sin poder distinguir nada más que oscuridad, sintiendo como su alma se liberaba de su delicado cuerpo y observando levemente desde el aire, la grotesca escena en la que la mayoría de miembros habían caído bajo la sed de venganza de alguien que antes había sido uno de ellos.




Alice se despertó bruscamente entre gritos sobresaltando a Brandon que hasta entonces descansaba plácidamente junto a la bruja. Sus manos comenzaron a temblar y mientras gritaba, su respiración comenzó a acelerarse a la vez que su cuerpo se convulsionaba aterrorizada por los hechos que había presenciado
-¡Alice, Alice, tranquila, no pasa nada, yo estoy aquí!.-dijo el mercenario arrodillándose en la cama intentando tranquilizarla sin éxito.-Alice estás a salvo, tranquila...
Brandon corrió hasta la puerta abriéndola apresuradamente saliendo hasta el pasillo.
-¡Auxilio, necesito ayuda!
El mercenario corrió hasta su amada nuevamente intentando rodearla con sus brazos para calmar su respiración.
Thomas abrió rápidamente la puerta de su habitación y tanto él como el joven sacerdote se asomaron sin saber a qué venían esos gritos. La puerta de enfrente se abrió de repente y Zephiel salió hasta el pasillo.
-Vosotros volver adentro.-indicó a los jóvenes.- y no salgáis hasta que yo os lo diga.
En ese momento Lorraine pasó a toda prisa por delante de ellos hasta llegar la habitación de Alice, irrumpiendo en la escena. Zephiel se acercó rapidamente observando como la bruja era tranquilizada tanto por su amado como por la joven. El guerrero permaneció en la puerta para bloquear la entrada de cualquiera que quisiera saber qué era lo que ocurría.
-Ha tenido una pesadilla,-dijo Brandon.-hacía tiempo que no tenía una tan fuerte.
Lorraine acarició los largos cabellos de la bruja mientras intentaba calmarla cuando su mirada se desvió instintivamente hacia la mesilla de noche donde se encontraba el talismán brillando.
-No ha sido una pesadilla... ha sido una visión.-dijo señalando el talismán a Brandon.
-¿Qué es lo que has visto Alice?-preguntó el mercenario acariciando su rostro.

-Él... él..., está vivo.-tartamudeó mientras se mecía alteradamente sobre si misma.-Vendrá... a por nosotros, y no podremos... detenerle.



miércoles, 29 de abril de 2015

La Orden 2.0 - La decisión


La habitación de Brandon McAllan era una de las más grandes de todas las que se hallaban en aquella parte del castillo donde solían alojarse tanto el servicio como los invitados. En un principio la estancia estaba pensada para ser compartida entre dos personas, ya que contaba con ese mismo número de camas y armarios, además de ser de las pocas habitaciones que contaban con una amplia mesa y algunas sillas alrededor. Aún así, Brandon había ordenado a Cedric que compartiera estancia con Ricko y el nuevo recluta, para tener así la libertad de dar rienda suelta a sus escarceos amorosos con su amada. Tanto Alice y Brandon como Zephiel, Lorraine y Kathaisa esperaban en aquel lugar a que el resto de miembros llegara. Tras lo ocurrido el día anterior, la Orden debía poner algunos asuntos sobre la mesa y hacer balance de las opciones que podrían tener lugar.

Zephiel se sentó en la cama más pequeña apartando las numerosas prendas de vestir que el mercenario había dejado sobre la misma. Al poco tiempo Thomas entró por la puerta, sentándose junto al guerrero. Zephiel no podía evitar sentir predilección por aquel crío. Con tan solo doce años se había convertido en el miembro más joven de la Orden, uniéndose expresamente a petición de su madre, que años atrás había aportado una gran ayuda a la organización en sí. Durante los pocos años que Thomas había formado parte del grupo, Zephiel había tenido que ejercer como padre del pequeño en numerosas ocasiones. Si bien las primeras tareas a realizar de Thomas se basaban más en ejercer como escriba que actuar como un miembro más, el joven había visto en todo ese tiempo bastante cosas que habían podido causar algún derrumbamiento emocional o simplemente llegar a verse afectado de alguna manera. Zephiel sabía cuan débil era, cosa que por otro lado teniendo en cuenta su edad, era algo de lo más normal, pero quizás por eso le sobreprotegía en demasía. Atrás había visto caer compañeros suyos, gente que sabía luchar y defenderse, personas que sabían a lo que se arriesgaban. Sin embargo con el tiempo todo había cambiado, no solo en la Orden, sino también dentro de sí mismo, llegando a dudar de si podría soportar alguna pérdida más dentro de sus compañeros.

Cireni interrumpió los pensamientos del guerrero cuando se adentró en la sala, completando a excepción del nuevo recluta, el resto del grupo. Zephiel levantó la vista hacia la draenei percatándose de su presencia y acto seguido se vio obligado a bajar la mirada evitando encontrarse de nuevo con ella. A veces habían cosas peores que la muerte de un compañero. Las marcas de quemadura de un tono azul oscuro que habían flagelado la piel de parte del cuerpo de la chamán, lograba recordarle que todos los líderes habían llegado a cometer grandes errores, y él no escapaba de aquel castigo.

-Supongo que todos sabéis a estas alturas lo que han propuesto.-dijo Alice a los reunidos refiriéndose al asunto de la disolución del grupo.- Aunque Cireni y Lorraine no estuvieron hasta el final de la reunión, tengo entendido que ya se os comentó lo ocurrido.
Ambas asintieron en forma de respuesta.
-Pero... ¿Es eso posible? ¿Pueden hacer eso?-preguntó Thomas inocentemente.
-Si que pueden.-respondió el guerrero.-De hecho ya ocurrió en una ocasión anterior.
-¿Y qué pasará si lo logran?
-Pues que o bien nos veremos obligados a elegir entre otro de los grupos, o dejaremos de pertenecer a la gran Orden.-respondió Alice al joven
-He hablado con Alice de todo esto.-dijo Brandon.- Sabéis que podéis contar con mi voto, pero aún así, no deja de ser tan solo uno de tres.
-Yo he logrado hablar con el caminante.-insinuó Kathaisa atrayendo las miradas del grupo.- Sus razones son férreas, y aunque intenté sembrar la duda dentro de si mismo, no sé si bastará como para que cambie de parecer. También descubrí que la mayoría de su grupo no comparten su misma opinión, pero no creo que sea suficiente como para detenerle.
-Siendo él quien ha propuesto el castigo, dudo que se eche atrás.-respondió Alice.
-Todo dependerá de los Doe entonces.-añadió Brandon.- Su voto será el decisivo.
-Nunca hemos tenido enemistad con los Doe.-dijo la draenei.- Quizás la benevolencia se adueñe de sus actos.
-No os creéis falsas expectativas.-dijo Zephiel.-Actualmente la Orden, nuestro grupo, no produce beneficios. Desde hace muchos años es mantenida a partes iguales por la casa Doe y la casa Leproux. Lo que quiere decir, que les ocasionamos gastos que intentarán... solventar de cualquier forma.
-Si a eso añadimos que es posible que conozcan lo sucedido con Lord Levi... puede que supongan que si la casa Leproux cae, sean ellos los que tengan que mantener vuestros gastos en su totalidad.-dijo Brandon.
-Pero... eso no tiene por qué ser así.-respondió Lorraine.- Yo soy Leproux, yo puedo seguir administrando los bienes de mi familia. La casa Leproux seguirá aportándonos aquello que necesitemos.-dijo totalmente convencida de sus palabras.
-Eso no es del todo cierto.-habló el joven huargen atrayendo las miradas del grupo.-Vuestra madre se halla desaparecida, lo que quiere decir que ella es dueña de sus propiedades y riquezas todavía. A ti te pertenecerían en todo caso lo que heredes de tu padre, Lord Levi.
-Pero...
-El chico tiene razón Lorraine, y la mayoría de aquí sabemos que esa fortuna no valdrá para cubrir tanto como cabría esperar.-dijo el guerrero.
-¿Qué ocurriría si se realiza un empate entre los tres grupos?-preguntó la ilusionista a lo que rápidamente respondió Alice.
-Si Brandon y su compañía pide nuestra absolución, el caminante exige la pena máxima, y los Doe se decantaran por no inmiscuirse y optan por la pena mínima, entonces sería el consejo quien tendría la última palabra.
-¿Eso es bueno no?-preguntó Lorraine.- Tanto el cruzado, la anacoreta Iridi como el sabio maestro Nieblaoscura formaron parte de la Orden en el pasado. Deberían por tanto entender nuestra situación.
-Perro ahorra ellos son neutrales. Actuarran más por el bien común que por lo que deseen. Además hay que tenerr en cuenta que el cruzado sufrió mucho al perderr a su esposa, y eso sucedió mientras ella estaba en la Orrden
-Cireni tiene razón...
-Entonces no sabremos nada hasta el mismo momento, por mucho que debatamos.
-No solo os he llamado para eso.-respondió Alice al comentario de la joven Leproux.-En el caso de que disuelvan la Orden, quiero que toméis partido por algunos de los grupos que queden disponibles.
-¿Pero cómo vamos a hacer algo así?-preguntó la joven
-Muchos aún sois jóvenes, tenéis mucho tiempo por delante como para aprender a adaptaros a alguno de los bandos.
-¡Me niego!-exclamó Thomas-¡¿Cómo voy a confiar en gente que ha decidido separarnos?!
-No os queda más opción, no habrá más oportunidades. Es eso o intentar hacer una vida normal.-respondió la guardiana.
-¿No podemos fugarnos? Desaparecer de todo...
-No es tan fácil Lorraine.-respondió Zephiel.-Tarde o temprano nos encontrarían, y más sabiendo que tendríamos los talismanes.
-¿Insinuáis que deberíamos darnos por vencido?
-Insinuamos que deberíais hacer lo mejor para vosotros, nada más.-respondió la bruja a la joven.
-Pero no es justo...
-La vida no es justa joven, aprederrás con el tiempo que el mejor camino es el que menos dolorr y sufrimiento pueda causarrrte a ti y a los tuyos.
-Si Caleb estuviera aquí nos diría que tendríamos que luchar por lo que...
-¡Basta Lorraine!-gritó Zephiel.-¡Caleb era un estúpido, o es que acaso no te has dado cuenta por qué ahora estamos en esta situación! ¡Si hubiera mantenido el pico cerrado ahora mismo no estaríamos teniendo esta conversación, es más, incluso él estaría aquí!
El grupo se vio envuelto en un silencio fulminante que fue rápidamente interrumpido por la joven.
-¡¿Si tan estúpido era por qué lo elegisteis como guardián?!
-Mira Lorraine.-dijo el guerrero poniéndose en pie.- ¡Si os hemos elegido a Lionell, a Caleb o a ti como guardianes es únicamente porque el resto tenemos prohibido serlo. Cuando tu ni siquiera habías nacido algunos ya eramos parte de la Orden, no creas que vas a venir a enseñarme nada a estas alturas!
Lorraine se levantó rápidamente y abandonó la habitación no sin antes golpear con el hombro al guerrero que se interponía en su camino. Zephiel miró al joven Thomas y le hizo un gesto para que fuera tras ella, a lo cual el huargen reaccionó rápidamente obedeciendo las indicaciones de éste.
-¿No has sido un poco duro con ella?-preguntó Kathaisa preocupada por la reacción que había sufrido la joven.
-Tenía que hacerlo.-respondió Zephiel.-Si me odia, le será más fácil elegir otro bando tras la reunión de mañana.
-Sabéis que podéis contar con mi barco para salir de aquí si fuera necesario ¿Verdad?-dijo el mercenario.
-Lo sé Brandon.-respondió Alice.- La Orden no se acabará por mucho que mañana se decida que así sea.-confesó.-Los talismanes nos pertenecen y no dejaré que caigan en sus manos, ni que sean destruidos. Pero a partir de entonces las cosas se pondrán muy feas, y ellos-refiriéndose a Thomas y Lorraine.- no deberían tener nada que ver con las decisiones que nosotros tomemos.

Alice miró tanto a Cireni, Kathaisa, Zephiel como Brandon mientras elegía las palabras adecuadas.

-No dejaremos que se salgan con la suya, y si hay que luchar así se hará.



Zephiel recorrió la sala central de aquel ala del castillo, donde el primer día había tenido lugar el encuentro entre los distintos grupos. Abrió cuidadosamente la puerta de cristal que desembocaba en un gran balcón que dejaba ver a esas horas de la noche la sombría zona exterior del caserón. Sintió como la brisa del mar acariciaba su rostro haciendo ondear su larga cabellera mientras apoyaba los codos en la barrera de piedra de aquel lugar. Observó las pequeñas luces a lo lejos que pertenecían al gran barco de los mercenarios, y pronto se percató de como alguien se acercaba, pero ni siquiera se giró para distinguir de quien se trataba. El sonido de los tacones ya la había delatado desde que había decidido aproximarse. Ivy se acercó hasta el guerrero, y en un ágil y rápido movimiento se sentó en la tapia dando la espalda a los jardines.

-¿Qué hace alguien como tu rondando por el castillo a estas horas de la madrugada?-preguntó la asesina.
-No podía dormir.-respondió tras un largo y audible suspiro sin apartar la vista del horizonte.
-Ya somos dos.

Ivy analizó el rostro del guerrero, recorriendo con su mirada las marcadas líneas que definían las facciones de éste. La asesina no podía negar que Zephiel había cambiado mucho desde que se habían conocido, y aunque los años no habían pasado en balde, seguía sin poder evitar sentirse en parte atraída por el robusto guerrero que ahora se encontraba a su lado.

-¿Sigues enfadado?.-preguntó esperando alguna reacción en su rostro.
-Supongo que ya no hay razones para estarlo, ¿No crees?
Ivy sonrió ante la respuesta del guerrero.
-Estoy de acuerdo contigo.-respondió la asesina.-Ha pasado demasiado tiempo, pero aún así todavía recuerdo la de noches que pasamos bebiendo y... bueno, lo que no es bebiendo, hasta ver amanecer.
-De eso hace ya mucho.
-Y tanto, solo hay que verte. Cualquiera diría que te has acomodado.-rió Ivy mientras sacaba una petaca con ron.- ¿Quieres un trago? Por los viejos tiempos...
-Te conozco lo suficiente como para no beber nada de algo que me ofrezcas.-dijo el guerrero girando su rostro hacia la asesina sin poder dejar escapar un intento de carcajada.
-Así que no solo te has vuelto más fuerte y tienes el pelo blanco, sino que también más aburrido.-dijo bebiendo un trago.
-¿Has hablado ya con Brandon?-preguntó Zephiel cambiando de tema.
-No me ha preguntado nada aún, así que no seré yo quien abra el pico.
-Haces bien.
-Espero que tu también mantengas el tuyo callado. ¿Se lo has contado a la bruja,... o a tu querida?
-No se lo he contado a nadie.-susurró.-Si el caminante o alguno de los suyos se entera, estaríamos condenados.
-Zephiel,... nunca entendí una cosa. Si querías ayudar a Lionell... ¿Por qué permitiste que le obligaran a dejar de ser guardián de la Orden?
-No quería ayudarlo.-confesó.- Quería que se largase de aquí.
-¿Por qué?
-Porque estaba lo suficientemente loco como para hacer daño a alguno de los míos. Pensé que con un poco de suerte el caminante lo descubriría y lo juzgaría, o sino que alguien de aquella línea terminaría matándolo.
-Al final resulta que tu plan no terminó como esperabas.
-No fue mi plan, fue de Nizdorni.
-¿Cómo que..., de ella? Pero si vosotros la matasteis...
-Pensé que estaba cuerda cuando me confesó que Lionell acabaría con todos nosotros, que la única forma de librarnos de él sería esa. Yo la creí, y al final resultó que caí en su trampa.
-Pero aún así lograste lo que pretendías, salvar a los tuyos
-Tras lo que ocurrió ayer, ¿Crees que realmente estamos salvados? Los he condenado...
-Al menos estáis vivos.-respondió contundentemente la asesina.
-Supongo que en eso tienes razón.
-Zephiel, ¿Sabías que Lionell no era un mago verdad?
-Sí, lo sabía desde hacía tiempo.
-¿Por qué confiaste en mi para que lo escoltara? Podía haberlo matado en aquel desierto, hubiese sido todo mucho más fácil.
-Nos hubiesen culpado, nosotros decidimos que dejara de ser guardián...
-Entiendo, aunque no has respondido del todo a mi pregunta.
-Confié en ti porque sabía que lo harías.
-¿Cómo podías estar tan seguro de eso?- preguntó Ivy riendo.
-Porque tu nunca me fallarías ¿Verdad?-insinuó Zephiel sonriendo a la asesina mientras se incorporaba apoyándose en un brazo.
-No estés tan seguro guapito...
Zephiel soltó una carcajada ante el comentario de la humana.
-¿Qué tal con... ella?.-preguntó Ivy refiriéndose a Kathaisa.
-No me quejo.
-Siempre te has sentido responsable de aquellos que son vulnerables...
-Quizás por eso lo nuestro no funcionó, tu siempre has sabido cuidarte sola. Te gustaba demostrar que no necesitabas ayuda de nadie.
-Cargar con la gente solo te hace más débil...más endeble.
-¿Realmente crees que soy blando?.-preguntó el guerrero seriamente.
-Creo que tu interior difiere bastante de lo que se ve a simple vista.
-No todos somos asesinos Ivy, algunos tenemos sentimientos. Tu me enseñaste a luchar, pero eso no quiere decir que sea como tú.
-Puede que no asesines a nadie con un cuchillo Zephiel.-dijo mientras bajaba de la tapia y se dirigía hacia la puerta.-Pero las decisiones también matan, no lo olvides.




<<Flashback>>

El gentío parecía expectante, la primera reunión había resultado apoteósica, pero tras los varios días que se habían ofrecido como descanso, la segunda parte estaba pareciendo aún más frenética que su antecesora. El grupo de los Caminantes del tiempo permanecía atentos a cada una de las palabras que estaban teniendo lugar entre la larga disputa que había terminado por culminar entre los grupos. La joven Ireli, que descansaba en una de las butacas de la sala situada entre Azurin y Khaden, temía por la seguridad de su maestro y líder Garrett, que discutía a voz alzada con otro de los líderes. Los Doe no parecían muy distintos, tanto Nathan como Julius y las hermanas Higurashi rezaban porque la reunión no terminara siendo una catástrofe. El grupo animaba a Katherina, que tras la caída del líder de la casa Prim Doe, había tomado las riendas del liderazgo hasta encontrar a alguien que pudiera encargarse de continuar con ese vasto linaje. Isnalar se incorporó en su asiento hastiada de la situación que estaba teniendo lugar mientras sonreía a su madre desde lejos. Cada vez que podía se fijaba tanto en los rostros de sus compañeros, aquellos a los que conocía desde hacía años, como en el del guardián de la Orden Zephiel, que se hallaba junto al resto de líderes en la mesa central. Observó como James y Alice entrelazaban sus manos en el reposabrazos entre ambas butacas, mientras que a su otro lado se encontraban Cireni, Kathaisa y el joven Lionell, que acababa de unirse al grupo el día anterior. En el bando de los mercenarios, Cedric, Ivy y la líder de los corsarios Catherina, permanecían en silencio sin entender en gran parte la mayoría de los hechos de los que estaban debatiendo. Por último, en la parte central del semicírculo que conformaba el palco, se encontraba Chantalle Leproux que se abanicaba acaloradamente con su abanico mientras se indignaba y desprendía comentarios burlescos sobre el resto a los componentes de su grupo formado por el gnomo Tickel Fuegovolcan, y un humano brujo llamado Raymond Bennet.

-¡Espero que todo esto sea una broma de mal gusto!-gritó encolerizado Giordano Levi, el que era líder del quinto grupo, el Santuario Oscuro.
-Hemos sido bastante claros Giordano...-declaró Garrett
-¡Lord Levi para vos!-interrumpió el brujo.
-Lo que Garrett quiere decir.-continuó serenamente el maestro Monlee, representante del consejo en aquella reunión.- Es que vuestros actos han terminado pasándoos factura, tal y como os avisamos tiempo atrás.
-¡Me importa un rábano lo que vosotros penséis! ¡Estáis hablando de disolver mi grupo!
-Sabias a lo que te atenías, Levi... y decidiste no hacer caso.-añadió el caminante.
-No podéis culparnos por nada de lo que ha tenido lugar, los accidentes ocurren.-espetó Giordano.- Aquellos que deciden unirse al Santuario, saben cuales son los riesgos...
-Aún así.-interrumpió Garrett.- No estamos hablado de que hayáis perdido a alguien del grupo, hablamos de asuntos mayores, gracias a vosotros Thilane ha terminado por corromperse, y amenaza con destruirnos a todos. Por si fuera poco, cada día que pasa cuenta con más aliados. Es un riesgo que no estamos dispuestos a asumir.
Lionell se estremeció en su asiento ante las palabras del caminante, sin embargo sintió como de repente Kathaisa que estaba a su lado le entregaba su mano intentando tranquilizarlo.
-¿Y cuántas cosas hemos hecho nosotros por el resto? ¿Cuánto hemos logrado aportar en todos estos años?-dijo el brujo.-¡Nos habéis utilizado para vuestro propio beneficio!¡Nosotros pudimos haber aniquilado a la Orden cuando tuvimos oportunidad años atrás, y mostramos clemencia!...
-¡Mientes!- gritó Marther levantándose de su asiento situado junto al resto de miembros del consejo.- Disculpad la interrupción Maestro Nieblaoscura, pero las palabras de Lord Levi son faltas.
-¡¿Cómo te atreves a llamarme mentiroso?!...
-¡Tanto tú como los tuyos teníais la intención de destruirnos, y lo hubieseis hecho de no ser porque el talismán se destruyó!
-¿Qué demonios tiene que ver eso?-preguntó Lord Levi.
-No nos tomes por idiota Giordano, ¿De qué iba a servirte una Orden sin talismán?
-La Orden tiene un talismán Strang, de haber querido...
-Un talismán que muestra el pasado no es igual de poderoso que uno que muestra el futuro Giordano.
-¡Aun así hemos seguido aportando beneficios al resto de grupos, eso no podéis negarlo!
-Cruzado, tomad asiento.-indicó el pandaren.-Lord Levi, vuestra ayuda ha sido importante en el pasado, pero realmente parece que por el simple hecho de que vuestro grupo esté compuesto en su mayoría por nobles con... ''contactos'', os de el derecho a usar vuestras artes oscuras en segundo plano. En la unión de las Órdenes no contaremos con un aquelarre, ya estabais al tanto de ese hecho...
-¡Sandeces, no decís más que sandeces!¿Aquelarre? ¿Acaso nosotros actuamos como tal? Las cosas que hagamos en nuestra privacidad no representa nuestra posición aquí.
-¡Basta!-ordenó el maestro Monlee.- Creí que ya se había zanjado todos estos temas días atrás. Habéis tenido tiempo de decidir vuestro voto, así que adelante.-indicó el pandaren al resto de grupos.

-Yo, Garrett Wood, líder de los Caminantes, voto por que la orden del Santuario Oscuro se disuelva.-comenzó el caminante poniéndose en pie al decir sus palabras.
-Como representante eventual de la casa Doe, voto por disolver el grupo.-afirmó Katherina.
-Tanto yo, Brandon McAllan como el resto de mi grupo decidimos abstenernos a la hora de tomar una decisión.
-Por último, el voto del Guardián de la Orden decidirá si contamos con un empate o no.-indicó el pandaren.
-Como guardián de la Orden.-dijo Zephiel mirando al brujo intentando buscar como justificar su respuesta.-Decido que... estoy de acuerdo con que el grupo se disuelva.
-¡Hijo de perra!-gritó Giordano lanzado un vaso de agua al guerrero.-¡De ellos me lo esperaba, pero de ti... maldita sabandija!
-¡Cuida tus palabras o te las verás conmigo estúpido insolente!-amenazó Zephiel poniéndose en pie de forma intimidante.
-¡Silencio!-gritó el pandaren.
El bullicio aumentó no solo entre los líderes sino también entre los grupos que descansaban en el palco. El cruzado Strang dio un fuerte silbido para llamar la atención de los presentes.
-¡Se os ha mandado a guardar silencio!-gritó.
-Tras la decisión tomada, se declara al grupo Santuario Oscuro, compuesto por Lady Chantalle Leproux, Lord Tickel Fuegovolcan, Raymond Bennet, y liderados por Lord Giordano Levi, que desde hoy queda totalmente desvinculado de cualquier actividad relacionada con cualquiera de los grupos aquí presentes o que sean fundados con el paso del tiempo.


El humano hundió la espada lentamente en el pecho de Giordano, aquel que había sido el líder del Santuario Oscuro años atrás, observando como su compungido rostros sufría al verse desangrado hasta morir.

-Lo siento viejo amigo, pero no luchaste lo suficiente por tu grupo...