lunes, 16 de septiembre de 2013

Listado de emociones!

A continuación podréis conocer la cantidad de emociones y emosonidos que hay en el wow.
Aviso de que no me ha dado tiempo a comprobarlas todas. 


Emociones básicas y otras


/vale          Estás de acuerdo. Estás de acuerdo con (Personaje).
/asentir Asientes. Asientes ante (Personaje).
/si          Asientes. Asientes ante (Personaje).
/no Dices claramente que NO. Dices q (Personaje) que NO. Ni por todo el oro del mundo.
/mirar Tu mirada se pierde en el infinito. Observas a (Personaje) con entusiasmo.
/acostarse   Te tumas. Te tumbas ante (Personaje).
/echarse      Te tumas. Te tumbas ante (Personaje).
/jaja            Te ríes. Te ríes de (Personaje).
/admirar ¡Alabada sea la Luz!. Sientes admiración por (Personaje).
/escuchar ¡Estás escuchando! Escuchas atentamente a (Personaje).
/fruncir Frunces el ceño. Frunces el ceño ante (Personaje) con profunda decepción.
/asombrar Te asombras. Te asombras de (Personaje).
/buscar Observas a tu alrededor, como si buscases algo. Observas a (Personaje) como si buscases algo.
/reflexionar  Reflexionas sobre la situación. Refelxionas sobre el comportamiento de (Personaje).
/alabar  ¡Alabada sea la Luz! Sientes admiración por (Personaje).
/rezar  Rezas a los dioses. Rezas una oración por (Personaje).
/desconcierto Sientes desconcierto. ¿Qué pasa? Sientes desconcierto ante (Personaje).
/question Te preguntas sobre el sentido de la vida. Interrogas a (Personaje).
/niidea Te encoges de hombros. Quién sabe. Te encoges de hombros ante (Personaje). Quien sabe.
/suspiro Suspiras lenta y apaciblemente. suspiras ante (Personaje).
/dormir Caes en un sueño profundo. Zzz. Caes en un sueño profundo. Zzz.
/sonreir Sonríes. Sonríes a (Personaje).
/observar Le clavas la mirada a (Personaje).
/victoria Festejas la victoria. Festejas la victoria con (Personaje).
/voluntario Levantas la mano. Miras a (Personaje) y levantas la mano.
/esperar Pides a todos que esperen. (Personaje) pide a (Personaje) que espere.
/veto          Vetas la moción. Vetas la moción de (Personaje).
/asombro Muestras tu asombro Muestras tu asombro ante (Personaje)
/pasmado Alucinas con la situación. Alucinas con (Personaje).
/cansancio Haces saber a todos que estás cansado. Haces saber a (Personaje) que estás cansado.
/frío          Dices a todos que tienes frío Dices a (Personaje) que tienes frío.
/sorpresa ¡Qué sorpresa! Te sorprendes por la forma de actuar de (Personaje).
/impaciencia Esperas con impaciencia. ¡Date prisa! Esperas con impaciencia a (Personaje).
/bostezar Bostezas con pereza. Bostezas con pereza en la cara de (Personaje).



Emociones de saludo, despedida y disculpas.


/perdon Pides disculpas a todos. ¡Perdón! Pides disculpas a (Personaje). ¡Perdón!
/losiento Pides disculpas a todos. ¡Perdón! Pides disculpas a (Personaje). ¡Perdón!
/reverenciar Te inclinas con gracia. Te inclinas ante (Personaje).
/chao Te despides de todos con la mano. ¡Hasta luego! Te despides con la mano de (Personaje). ¡Hasta luego!
/cortesía Haces una reverencia. Haces una reverencia a (Personaje).
/despedida Te despides de todos con la mano. ¡Hasta luego! Te despides de (Personaje). ¡Hasta luego!
/adiós Te despides de todos con la mano. ¡Hasta luego! Te despides de (Personaje). ¡Hasta luego!
/bienvenida Saludas calurosamente a todos. Saludas calurosamente a (Personaje).
/postrarse Te arrastras por el suelo cual gusano sumiso. Te postras ante (Personaje) cual vasallo sumiso.
/peon Te arrastras por el suelo cual gusano sumiso Te postras ante (Personaje) cual vasallo sumiso.
/hola Dices hola cordialmente a todo el mundo Dices hola cordialmente a (Personaje)
/buena Dices hola cordialmente a todo el mundo Dices hola cordialmente a (Personaje)
/presentar Te presentas a todos. Te presentas a (Personaje).
/arrodillarse Te arrodillas. Te arrodillas ante (Personaje).
/levantarmano Levantas la mano. Miras a (Personaje) y levantas la mano.
/saludo Te pones en posición de firmes y saludas. Saludas a (Personaje) con respeto.
/gracias      Das las gracias a todos a tu alrededor. Das las gracias a (Personaje).
/agradecer Das las gracias a todos a tu alrededor. Das las gracias a (Personaje).
/gr Das las gracias a todos a tu alrededor. Das las gracias a (Personaje).
/saludar Haces señas a todos a tu alrededor. Saludas a (Personaje).
/denada Dices de nada a todos. Dices de nada a (Personaje).



Emociones de batalla


/sangrar Tus heridas chorrean sangre.  
/sangre Tus heridas chorrean sangre.  
/cargar Comienzas a cargar  
/cobarde Te encoges de miedo. Te encoges de miedo al ver a (Personaje).
/encogerse Te achantas de miedo. Te achantas de miedo ante (Personaje).
/temor Te encoges de miedo        Te encoges de miedo al ver a (Personaje).
/miedo Tienes miedo. Tienes miedo de (Personaje).
/inquietud Te impacientas. Te impacientas esperando por (Personaje).
/impaciente Te inquietas. Te inquietas mientras esperas por (Personaje).
/enemigos Avisas de que se aproxima el enemigo  
/huir Gritas a todos que huyan  
/sigueme Indicas a todos que no se separen. Indicas a (Personaje) que no se separe.
/agacharse Te agachas para cubrirte. Te agachas detrás de (Personaje).
/bramido Sueltas un bramido amenazador Le sueltas un bramido amenazador a (Personaje).
/saname Pides una sanación a gritos  
/ayudadme Pides una sanación a gritos  
/perdido No tienes ni idea de donde estás. Le dices a (Personaje) que no tienes ni idea de donde estás.
/sm Avisas de que tienes poco maná  
/abrirfuego Ordenas abrir fuego.  
/panico Te entra el pánico y corres frenéticamente Echas un ojo a (Personaje) y sientes miedo.
/suplicar Te arrodillas y suplicas con desesperación Suplicas a (Personaje).
/señalar Señalas con el dedo… ¡por allá! Señalas a (Personaje).
/listo Haces saber a todo el mundo que todo está listo Haces saber a (Personaje) que todo está listo
/rugir Ruges con energía ¡Toda una fiera! Ruges con energía ante (Personaje). ¡Toda una fiera!
/calma Conservas la calma. Tratas de clamar a (Personaje).
/rendirse Te rindes tus oponentes. Te rindes a (Personaje). Así es la agonía de la derrota
/trabajar Te pones manos a la obra. Trabajas con (Personaje).
/colera Amenazas a todos con la ira de los dioses. Amenazas a (Personaje) con la ira de los dioses.



Emociones obscenas o agresivas


/enfado Levantas el puño con furia.               Levantas el puño con furia ante (Personaje).
/atacar Pides a todos que ataquen contra algo.  Pides a todos que ataquen a (Personaje).
/ladrar Ladras. ¡Guau! ¡Guau!                                       Ladras a (Personaje)
/eructar Eructas a lo bestia.                        Eructas groseramente en la cara de (Personaje).
/morder Miras a tu alrededor en busca de alguien para pegarle un mordisco. Muerdes a (Personaje). ¡Ay!
/coscorrón ¡Te das un coscorrón! ¡Ay!          Le das un coscorrón a (Personaje) ¡Ay!
/golpecabeza Te das un coscorrón. ¡ Ay! Das un coscorrón a (Personaje). ¡Ay!
/tos Toses violentamente.                                      Toses en la cara a (Personaje).
/maldecir Amenazas a todos con la ira de los dioses Amenazas a (Personaje) con la ira de los dioses
/pedo Sueltas un pedo enorme. Puaj… ¡Qué peste! Te acercas a (Personaje) y sueltas un pedo enorme.
/pollo Das vueltas batiendo los brazos como si fuesen alas. La gallina turu… Das vueltas alrededor de (Personaje). La gallina turu…
/gallina Das vueltas batiendo los brazos como si fuesen alas. La gallina turu… Das vueltas alrededor de (Personaje). La gallina turu…
/bronca Miras con furia. Miras con furia a (Personaje).
/regodeo Te regodeas en la mala suerte de todos. Te regodeas de la mala suerte de (Personaje).
/medioaplauso Aplaudes irónicamente y sin ganas. Aplaudes a (Personaje), irónicamente.
/mueca Sonríes con malicia. Sonríes con malicia a (Personaje).
/protestar Empiezas a protestar. Miras a (Personaje) y protestas.
/insultar Piensas que todos los que están a tu alrededor son unos hijos de ogra. Piensas que (Personaje) es un hijo de ogra.
/nudillos Te crujes los nudillos. Te crujes los nudillos mientras miras a (Personaje).
/crujido Te crujes los nudillos. Te crujes los nuduillos mientras miras a (Personaje).
/calvo Te bajas los pantalones y le haces un calvo a todos. Te bajas los pantalones y le haces un calvo a (Personaje).
/moco Te entretienes buscando en tu nariz, en busca del moco perdido. Te sacas un moco y se lo muestras a (Personaje).
/nariz Te entretienes buscando en tu nariz, en busca del moco perdido., you pass the time. Te sacas un moco y se lo muestras a (Personaje).
/bofetada Te cruzas la cara. ¡Ay! Le cruzas la cara a (Personaje). ¡Ay!
/gruñir Muestras los dientes y gruñes. Muestras los dientes y gruñes a (Personaje).
/mofarse Sueltas una risita. Te mofas de (Personaje).
/tufo Hueles el aire a tu alrededor. ¡Uh! ¡Alguien apesta! (Personaje) huele a (Personaje). ¡Uh! ¡Alguien apesta!
/abalanzarse Te abalanzas subitamente desde las sombras. Te abalanzas sobre (Personaje).
/atizar  Te golpeas la barriga y te ríes. Chinchas a (Personaje). ¡Eh!
/toma Haces un gesto obsceno. Haces un gesto obsceno a (Personaje).
/trasero Sacudes el trasero. Sacudes el trasero frente a (Personaje).
/mdr Te partes el culo de ruso. Te partes el culo de risa de (Personaje).
/grosero Haces un gesto obsceno. Haces un gesto obsceno a (Personaje).
/gruñir Muestras los dientes y gruñes. Muestras los dientes y gruñes a (Personaje).
/mofarse Sueltas una risita. Te mofas de (Personaje).
/oler Hueles el aire a tu alrededor. Hueles a (Personaje).
/faltaresp Tratas con desdén a los humildes peones a tu alrededor tratas con desdén a (Personaje).
/locura Levantas el puño con furia. Levantas el puño con furia (Personaje).
/burlarse Te burlas de la vida y de todo lo que conlleva. Te burlas de la insensatez de (Personaje).
/molestar Auyentas a los bichos molestos. Espantas a (Personaje) ¡Fuera bicho!
/rascarse Te rascas la espalda. ¡Qué placer! Rascas a (Personaje). ¿Te crees un gato?
/sacudirse Sacudes el trasero. Sacudes el trasero frente a (Personaje).
/espantar Ahuyentas a los bichos molestos. Espantas a (Personaje).
/escupir Sueltas un gapo. Escupes a (Personaje).
/peste Hueles el aire a tu alrededor. ¡Uh! ¡Alguien apesta! (Personaje) huele a (Personaje). ¡Uh! ¡Alguien apesta!
/provocación Haces un gesto provocador a todos. ¡Tomad! Haces un gesto provacador a (Personaje). ¡Tomad!
/amenaza    Amenazas a todos con la ira de los dioses. Amenazas a (Personaje) con la ira de los dioses.
/amenazar Amenazas a todos con la ira de los dioses. Amenazas a (Personaje) con la ira de los dioses.
/arañar Te rascas la espalda. ¡Qué placer! Rascas a (Personaje). ¡Qué placer!



Emociones de cortejo


/vergüenza Sientes timidez. Sientes mucha timidez. Tanta que que no llamas la atención de (Personaje).
/señas Haces señas a todos a tu alrededor. Haces señas a (Personaje).
/pestañear Parpadeas. Parpadeas ante (Personaje).
/tirarbeso Tiras un beso al aire. Le tiras un beso a (Personaje).
/ruborizarse Te ruborizas. Te ruborizas ante (Personaje).
/comfort Necesitas consuelo. Consuelas a (Personaje).
/mimo Necesitas que te mimen. Te acurrucas contra (Personaje).
/afecto Necesitas que te mimen. Te acurrucas contra (Personaje).
/baba Una gota de baba cae de tus labios Miras a (Personaje) y empiezas a babear.
/bizco Pones los ojos bizcos. Observas a(Personaje) de arriba a abajo.
/cachas Sacas músculos. ¡Qué cachas! Sacas músculos para (Personaje). ¡Qué cachas estás!
/fuerte Sacas músculos. ¡Qué cachas! Sacas músculos para (Personaje). ¡Qué cachas estás!
/flirtear Flirteas. Flirteas con (Personaje).
/volteretas Estás merodeando. Merodeas alrededor de (Personaje).
/abrazo ¡Necesitas un abrazo! Abrazas a (Personaje).
/besar Tiras un beso al aire. Le tiras un beso a (Personaje).
/lamer Te lames los labios. Lames a (Personaje).
/amor Sientes el amor en el aire. Amas a (Personaje).
/masaje Necesitas un masaje Le das un masaje en los hombros a (Personaje).
/gemir Gimes de forma provocativa. Gimes de forma provocativa a (Personaje).
/ronronear Ronroneas como un gatito. Ronroneas a (Personaje).
/sexy Estás demasiado sexy con esa túnica… Te duele la cara de ser tan sexy Crees que (Personaje) es sexy.
/timidez Sonríes timidamente. Sonríes con timidez a (Personaje).
/guiñar Sonríes con picardía. Guiñas un ojo a (Personaje).
/cosquillas Quieres que te hagan cosquillas. Ji, ji. Haces cosquilla (Personaje). Ji, ji, ji.
/sonrisita Una sonrisa pícara se dibuja en tu rostro. Sonríes a (Personaje) con picardía.
/silbar Pegas un fuerte silbido. Silbas a (Personaje).



Emociones de tristeza


/lamentar En una calma contemplativa, lamentas la pérdida de los que ya no están En una calma contemplativa, lamentas la muerte de (Personaje).
/palmada Necesitas una palmada. Das unas palmaditas suaves en la espalda a (Personaje).
/decepcionado Frunces el ceño. runces al ceño ante (Personaje).
/aburrido Sientes un profundo aburrimiento. ¡Qué monotonía! Te aburres muchísimo con (Personaje).
/confusión Tu confusión es total. Observas a (Personaje)con confusión.
/llorar Lloras. Lloras en el hombro de (Personaje).
/pena Sientes lástima por todos a tu alrededor. Miras a (Personaje) con lástima.
/temblar Sientes escalofríos. ¡Espeluznante! Sientes escalofríos al lado de (Personaje). ¡Espeluznante!
/lágrima Lloras. Lloras sobre el hombro de (Personaje).
/calmar Necesitas que te tranquilicen. Intentas tranquilizar a (Personaje). Vamos, vamos, todo saldrá bien.
/sollozar Lloras. Lloras sobre el hombro de (Personaje).
/rogar Ruegas a todos los presentes. Qué penoso. Ruegas a (Personaje). Qué penoso.
/quejido Lloras patéticamente. Lloras patéticamente ante (Personaje).



Emociones de festejo y entusiasmo

/festín Empiezas a comer. Empiezas a comer frente a (Personaje).
/comer Empiezas a comer. Empiezas a comer frente a (Personaje).
/comida Tienes hambre Tienes hambre. Quizás (Personaje) tenga algo de comer…
/hambre ¡Tienes hambre! Tienes hambre. Tal vez (Personaje)tenga algo de comida…
/beber  Brindas antes de beber. ¡Salud! Brindas por (Personaje). ¡Salud!
/bailar  Te pones a bailar. Bailas con (Personaje).
/aplaudir     Aplaudes. ¡Viva! Aplaudes a (Personaje). ¡Viva!
/aplauso Aplaudes. ¡Viva! Aplaudes a (Personaje). ¡Viva!
/botar Saltas como un canguro. Saltas como un canguro ante (Personaje).
/troncharse Te pones a hablar del asunto sin parar. Te pones a hablar sin parar con (Personaje).
/entusiasmo Hablas como un loro con todos. Hablas como un loro con (Personaje).
/risilla Sueltas una risilla. Sueltas una risilla a (Personaje).
/reirse Sueltas una sonora carcajada. Te ríes de (Personaje).
/palmas Aplaudes con emoción. Aplaudes con emoción a (Personaje).
/felicitar Felicitas a todos a tu alrededor. Felicitas a (Personaje).
/feli      Felicitas a todos a tu alrededor. Felicitas a (Personaje).
/felicidades Felicitas a todos a tu alrededor. Felicitas a (Personaje).
/alegría Estás que saltas de alegría Estás muy feliz con (Personaje)
/risotada Sueltas una escandalosa risotada Echas un ojo a (Personaje) y sueltas una carcajada
/feliz          Estás que saltas de alegría Estás muy feliz con (Personaje)!
/vibrar Vibras ante las masas. Vibras ante (Personaje).
/juerga Brindas antes de beber. ¡Salud! Brindas con (Personaje). ¡Salud!
/elogio Elogias el buen trabajo de todos.   Elogias a (Personaje) por su buen trabajo.
/risa          Te ríes. Te ríes de (Personaje).
/violin Tocas el violín más pequeño del mundo. Tocas el violín más pequeño del mundo para (Personaje).
/masticar Empiezas a comer. Empiezas comer frente a (Personaje).
/muu Muuuuuuuuuu. Muges a (Personaje). Muuuuuuuuuu.
/curiosidad Manifiestas tu curiosidad a todos. Sientes curiosisdad por lo que está haciendo (Personaje).
/broma ¡Sólo bromeabas! Le dices a (Personaje) que solo bromeabas
/chiste Cuentas un chiste. Cuentas un chiste a (Personaje).
/animar ¡Hurra! Das ánimos a (Personaje).
/sed Te mueres de sed. ¿Alguine tiene algo para beber? Haces saber a (Personaje) que tienes sed. ¿Tienes algo de beber?
/tren  
/dpm Estás que saltas de alegría Estás muy feliz con (Personaje)!



Espero que os haya servido de ayuda!!
P.D.: si, yo tampoco conocía ni la mitad :S

sábado, 14 de septiembre de 2013

Karin Darkfield


CAPÍTULO 2


       El crepúsculo se cernía y la luz del sol se ponía entre las montañas. No tenía ni idea de dónde me encontraba, ni tan siquiera podía ver los límites de mi amada ciudad. Thadeus había utilizado un hechizo para salvarme cuando mi padre y unos cuantos más iban a matar a la bestia. Una bestia que había asesinado brutalmente a varias personas y luego impúnemente se había librado del castigo debido. Esa bestia... era yo. Vagué por aquel bosque insondable y frondoso, que parecía no tener fin, hacía días que caminaba por él, sin encontrar salida alguna. Me encontraba exhausta. Mi nueva forma me había dado más resistencia para poder caminar y aguantar mejor el hambre y la sed. Pero todo tiene un límite, y cuando huí de Gilneas estaba ya consumida por los remedios a los que me sometió el hechicero. Me dirigí hacia un grupo de pinos para resguardarme mejor de la humedad. Por entre ellos vi un conejo. Mis ojos se tornaron rojizos y en mi cabeza solo tenía un pensamiento: comida, comida, comida. Solté el hato donde guardaba el libro pesado que me dio Thadeus, me puse a cuatro patas y con una fuerza que desconocía que tuviera me lancé sobre la presa destrozando su cuello. No podía creer lo que estaba haciendo, pero cuando me quise dar cuenta ya le había dado varios mordiscos al conejo, masticando y tragando la carne cruda y con pelo , y sintiendo la sangre aún caliente en mi boca. Tenía sueño tras la cena y me apoyé contra el tronco de un árbol cerrando mis ojos.

El disparo me despertó por completo. La bala se alojó en la corteza, a escasos centímetros de mi oreja izquierda. Me sobresalté y escudriñé por toda la floresta en busca del que había hecho esto. Me levanté e intenté ponerme a cubierto, pero oí otra detonación y una quemazón seguida de un fuerte dolor en mi costado. Me miré instintivamente y veía sangre manar y mezclarse con la tela de mis vestiduras, que al paso de los días ya eran puros harapos. “Acaba con ellos” oía constántemente en mi cabeza. Eran un par de hombres vestidos de una manera extraña y portaban rifles de caza. Volvieron a apuntarme. Mis fuerzas me abandonaban. Me deje caer de rodillas mientras mi vista se nublaba. Sentía un sueño extraño de cuando te pesan todos los miembros del cuerpo. 

- Mira Mathew – dijo uno de ellos, que parecía ser más joven que el otro, mientras se acercaban a mi – Es una buena pieza sin duda. ¿Qué crees que es?

- No lo se Parker – dijo el otro sin quitarme ojo de encima – Pero sea lo que sea su piel debe de valer mucho.

- Por favor – susurré – No me hagan daño.

Esto pareció sobresaltarlos aún más puesto que me apuntaron con temor.

- Y encima habla – dijo Parker sin poder contener una risa - ¿Tienes idea de lo que pagarían por tener a un ser como este con vida?

- Eso debiste pensarlo antes de dispararle en el hígado merluzo – dijo el otro, y luego se dirigió a mi – Podemos llegar a un acuerdo. No podemos hacer nada por salvarte pero puedo dispensarte una muerte rápida si me dices si hay más como tú. Y más vale que no me mientas o haré de tu muerte una lenta agonía, tanto que desearas que te mate.

- Ni siquiera sé dónde me encuentro señor – dije mientras intentaba acallar el constante pensamiento que me repetía una y otra vez que acabara con ellos como si de un mantra se tratara.

- Creo que eso no es la respuesta correcta – dijo el viejo cazador mientras con su bota apartaba mi mano de la herida y la pisaba con todo su peso

- Agggggh!!! - grité con toda la fuerza de mis pulmones – Os estoy diciendo la verdad.

- Volvamos a intentarlo – dijo - ¿Hay más como tú?

- Os juro por La Luz que no lo sé.

El cazador me golpeó con su bota en el hocico. Sentí el cálido y amargo sabor de mi propia sangre en la boca. La rabia me empezaba a consumir, deseaba clavarle mis colmillos aunque fuera lo último que hiciera en vida. Comencé a gruñir y de mi interior parecía que mis fuerzas se renovaban. Cuando Mathew se apartó de mi para volver a preguntar, salté sobre él tirándolo al suelo y le mordí justo en la yugular, mientras el viejo gritaba de pavor. Su compañero dio un grito de terror mientras retrocedía. Llamó mi atención su alarido y dejando al maltrecho humano desangrándose en el suelo me levanté y me dirigí hacia el joven. Este me apuntó 

- ¡No te acerques! - dijo

- Puedo oler tu miedo – dije mientras podía sentir el fuerte latido de su corazón.

El chico disparó pero a pesar de mi tamaño no consiguió alcanzarme. Salió corriendo mientras fui tras él dispuesta a matarlo. Algo se había apoderado de mi, como si ese odio y rabia acumulados en mi interior hubiera tomado forma. Pero.... era imposible, había acabado con ese ser que me poseía. De todos modos en ese momento poco me importaba. Alcancé al chaval. A la luz de la luna lo pude ver bien; no tendría más años que yo. Encima de él me encontraba, dispuesta a sacarle las entrañas de un zarpazo cuando un sentimiento afloró y me detuve. Sentí compasión de él y me separé de improviso.

- Huye mientras puedas – le dije con un ligero gruñido – Y no mires atrás. No creo que puedas tener una segunda oportunidad chico.

El joven asintió temblando y echó a correr. Me arrodillé intentando controlar a la bestia interior para no ir tras el y alimentarme. Tal fue mi intento de refrenarme que tan solo oí el eco del disparo y luego sentí que vomitaba un líquido que solo cuando abrí los ojos vi que era mi sangre. Me desplomé en el suelo, el anciano en su último aliento había conseguido coger su rifle y dispararme por la espalda. El mundo empezaba a hacerse borroso. En mi última visión observé una figura imponente que se acercaba a mi. 

Vestía una armadura dorada, reluciente y brillante. El yelmo le tapaba el rostro y a su alrededor la luz era intensa, como un amanecer. A su espalda, un par de alas de ángel  que irradiaban una increíble blancura, me cegaban. “Si esta es la muerte que me viene a buscar” pensé “no está tan mal”. Cerré los ojos aceptando mi destino. Sentí como el ser me levantaba y posaba sus manos sobre mi, tenían un calor agradable, como cuando sientes el sol primaveral en tu rostro. Creí que mi alma sería absorbida y dejaría atrás mi cuerpo. Me dejé acunar por esos brazos que me sostenían.

No recuerdo mucho del viaje, puesto que mis heridas eran muy serias. Todo lo que recuerdo son retazos, como fragmentos. Podía verlo a él en fugaces miradas que luego se deshacían en oscuridad. Una de esas visiones fue la de unos imponentes muros de piedra y el olor del mar y las gaviotas; el susurro de las olas. El tránsito por el mundo de los vivos era un bello recuerdo y ahora la muerte me llevaba a un lugar desconocido.

Pero no había llegado mi hora. No lo supe hasta que desperté y sentí mi pesado cuerpo y un dolor que me asolaba por entera. Abrí los ojos y cuando mi vista enfocó del todo, me fijé que estaba vendada en algunos sitios. No podía moverme, y sentía mi garganta áspera y seca. ¿Cuánto tiempo había estado inconsciente? Miré a mi alrededor tumbada en la cama la habitación. En una silla había un hombre que podría tener cualquier edad que dormía. Digo cualquier edad porque a pesar de su cuerpo fuerte y vigoroso; su rostro y su semblante me decía que había visto mucho del mundo y las marcas de la edad empezaban a hacer mella en él. Se encontraba dormido apoyando un brazo en su asiento. El libro que estaba leyendo se le había caído de su mano. Intenté incorporarme, pero nuevos dolores afloraron impidiéndomelo del todo. Supongo que por mis quejidos el humano abrió sus ojos y después de un bostezo me habló.

- No – dijo – Aún debéis descansar amigo, vuestras heridas no han sanado todavía y moveros podría abrirlas.

- ¿Dónde estoy? - dije yo

- ¡Oh! Perdonad señorita, no sabía que fueseis una dama.

- Supongo que con este aspecto es un poco confuso señor – dije mientras intentaba incorporarme.- ¿Dónde me encuentro?

- En mi casa, en Ventormenta.

- ¿Ventormenta? - dije extrañada - ¿Tan al sur?

- Así es – dijo el caballero.

- ¿Cómo.. - dije confusa.

- ¿Cómo os encontré? - terminó él – La Luz me guió hacia un necesitado.

- Erais vos. Creí que erais un emisario del más allá.

- No niña – dijo sonriendo un poco – Pero estuvisteis a las puertas de la muerte. Incluso temí haber llegado demasiado tarde.

- Sé que soy un tanto indiscreta pero, nunca oí hablar de un sacerdote que portara tal imponente ropa.

- No soy exactamente un sacerdote – dijo él riendo levemente. - Soy un paladín. Me llamo Crossnesai Doe, a vuestro servicio.

Hizo una amplia reverencia. A primera vista no lo parecía, pero tanto sus formas como sus modales denotaban cierta etiqueta.

- Yo me llamo Karin, Karin Dar... - me detuve, desde el momento en que mi padre me repudió, para él su hija mayor había muerto junto con mis dos hermanos pequeños.- Solo Karin. Siento  no poder levantarme y presentarme como es debido.

- Sois un ser interesante Karin – dijo Crossnesai – Tenéis la apariencia de una bestia. Pero en vuestros ojos y vuestras palabras puedo ver que no fuisteis siempre así. Incluso por vuestro tono y las palabras que elegís, diría que fuisteis antes una joven dama. O tal vez me equivoque y siempre habéis tenido ese aspecto.

- No os equivocáis señor Doe. Antes tenía el mismo aspecto humano que tenéis vos; pero el destino quiso que poseyera esta forma animaloide.


Esa forma que tantos pecados me hizo cometer. Abracé mis piernas posando mi mentón en ellas, mientras pensativa recordaba las atrocidades que hice.

- Soy una asesina – dije – He matado a gente inocente inducida por la locura de la maldición del mordisco de otra criatura como yo. Pero eso no exculpa la mácula que he hecho. Sois un paladín según me habéis dicho. En cuanto a por qué me habéis salvado solo se me ocurre que sea para entregarme a la justicia y ser ejecutada por mis crímenes.

- ¿Veis cadenas? ¿Una celda oscura y maloliente tal vez? - dijo el paladín – No os preocupéis  Si fuerais una criatura del mal lo habría sabido. Hay luz en vuestro interior, Karin. Ahora descansad y reparad vuestras heridas. Ya habrá tiempo de hablar.

Quise decirle algo más pero posó su mano sobre mi frente y me recostó. El sueño volvía a mi como un amante que abraza cálidamente. Cerré mis ojos y dormí como no había dormido desde hacía meses.


(Continuará)

Escrito por Iruam Sheram

viernes, 13 de septiembre de 2013

Zephiel Daroudji - Entre cazadores y presas


Lentamente recorría con las yemas de los dedos la afilada espada de la que se había adueñado semanas atrás. No era una obra exquisita, no estaba forjada por los titanes ni tampoco tenía un demonio alojado en su interior pero a Zephiel le gustaba esa espada. No había poseído armas de tal calibre entre sus manos anteriormente, posiblemente nunca se había visto envuelto en la necesidad de usarlas. Zephiel podía ser fanfarrón, arrogante y vehemente, pero en su fuero interno sabía que era simplemente fachada. El verdadero Zephiel evitaba a toda costa el enfrentamiento huyendo de los problemas como tantas veces había hecho. 














La noche era fría por aquellas tierras tocadas por la muerte. En Bosques de argénteos la oscuridad 
reinaba en el lugar cubriendo cada recoveco acompañado de un fuerte hedor que inundaba todo el territorio. Llevaban al menos dos días apostados en aquella colina de piedra vigilando sin cesar la base de aquellos que consideraban sus enemigos. Durante ese tiempo nadie se había aventurado a abandonar la periferia del lugar. La zona se encontraba cubierta por una especie de protección mágica con forma de cúpula que determinaba perfectamente los límites de la misma. 

Ninguno de los dos se habían atrevido a traspasarla, y habían hecho lo correcto ya que tras el primer día pudieron observar como un renegado se chamuscaba al intentar tal temeridad.
La maleza lograba protegerlos del frió viento y de aquellos depredadores que rondaban acechantes.

Zephiel descansaba apoyado en un árbol mientras seguía acariciando el filo de la espada. El joven desvió la mirada hasta su acompañante que se encontraba tumbada en el suelo escudriñando a sus enemigos tras algunos arbustos. 
- ¿Alguna novedad?
- Nadie entra y nadie sale.- respondió Ivy secamente
- Si ya contaban con una maga es posible que haya alguno más. Pensándolo detenidamente sería una buena estrategia, pueden abastecerse sin abandonar el lugar que les protege.
- Dudo que el maestro nos haya hecho venir hasta aquí para que simplemente hagamos guardia.- dijo Ivy mientras seguía observando la zona donde se encontraban sus enemigos.
- Entiendo...
- Tengo entendido que os contó las razones que le mueven a hacer todo esto ¿No es cierto?- preguntó mientras se giraba hacia Zephiel
- Así es
- ¿Y bien?
- ¿Y bien qué?- preguntó Zephiel 
- Algo opinarás al respecto
- ¿Esa pregunta ha salido de tí o hablas a través del maestro?
- No sé para que me molesto contigo- respondió Ivy dándole la espalda de nuevo a su compañero.
- Conozco las razones del maestro, también conozco las mías  pero... ¿Qué hay de tí?  ¿Por qué arriesgas tu vida por esto? ¿Por dinero tal vez?-preguntó Zephiel 
- Es un trabajo como otro cualquiera, cumplo mi misión y punto.- dijo Ivy tajantemente.
- Matas a gente inocente por dinero, el oro no basta para cubrir el remordimiento.
- ¿Acaso no lo has hecho tú también?¿Acaso no lo hacen los ejércitos de la corona?
- Por supuesto.- mintió Zephiel recordando lo que realmente había pasado con Daelian.
- Entonces no sé a qué vienen esas estúpidas preguntas.
- Aún así te has equivocado en una cosa, yo no he matado por dinero, las razones que me llevaron a realizar tal acto fueron muy distintas, más poderosas incluso que el dinero.
- Sorpréndeme.- dijo Ivy frunciendo el cejo mientras se arrodillaba junto al árbol donde se encontraba Zephiel.

El joven se incorporó lentamente clavando su mirada en la de Ivy. Zephiel le acarició el rostro a la joven.
- El amor me mueve a hacerlo.-confesó Zephiel mientras acariciaba los carnosos labios de Ivy con los dedos.
La asesina dudó de si romper la armonía del momento soltando alguna burla o dejar que terminara aquello que había comenzado.

Zephiel acarició los oscuros cabellos de Ivy, bajando lentamente por la mejilla. El joven acercó su rostro lentamente al de su compañera mientras su corazón latía más y más fuerte. Sus ojos permanecían sumergidos en los de ella. Sus labios se encontraron suavemente con los de Ivy fusionándose en un tímido e inocente beso. Una lágrima escapó de sus ojos recorriendo lentamente el rostro de Zephiel.
- Lo siento... lo siento...- susurró a Ivy mientras se alejaba cayendo de rodillas algunos metros de ella

Ivy tenía la mirada perdida en el infinito, su rostro entonaba una mezcla de confusión y decepción. Decepción por haber caído en las redes de aquel despiadado y sanguinario joven de facciones perfectas llamado Zephiel. Jamás había fallado, jamás había sido derrotada, hasta que se había cumplido una de las reglas básicas en la cual el discípulo logra vencer al maestro.

Ivy respiraba ahogadamente mientras bajaba temerosamente la mirada para cerciorarse de que una espada le atravesaba el abdomen. No tuvo tiempo de decir nada. Su cuerpo se desplomó mientras recorrían su mente fugaces recuerdos de aquellos a los que había matado en circunstancias similares. Ahora se sintió en el lugar de cada uno de ellos, como un cazador cazado por su propia presa.

Zephiel seguía sentado a escasa distancia de ella. Una sensación de terror irracional bloqueó su cuerpo por un momento. Apoyó la cabeza en sus rodillas sin poder contener las lágrimas. Observó a través de sus empañados ojos como la asesina perecía en cuestión de segundos sobre frío suelo. Se limpió las lágrimas con la manga mientras se incorporaba entristeciéndose al ver el cuerpo sin vida de Ivy.

Cargó con el cadáver de la que había sido su instructora mientras descendía por la colina. Deteniéndose junto a la barrera protectora de la base enemiga, depositó el cuerpo inerte de la joven junto a ésta. No la entregaba como un trofeo ni mucho menos, sino como una ofrenda. Si aquellos a los que el maestro consideraba enemigos poseían tales talismanes, verían lo que había ocurrido. 

Puede que solo entonces Zephiel se ganara un lugar entre ellos, pero hasta que llegase ese momento debería enfrentarse a una prueba mucho más amarga, regresar junto al maestro.

lunes, 9 de septiembre de 2013

Zephiel Daroudji - Entre fuego y sombras (Parte 4)


La casa ardía violentamente en un incontrolable fuego que amenazaba con destruir todo a su paso. La desgracia se cernía aquella noche sobre una humilde familia cuyo apellido acabó perdiéndose en el olvido. Sin previo aviso, un rayo había impactado en aquel gran caserón de campo. La chispa que provocó el impacto dio lugar a un enorme fuego que se propagó en cuestión de segundos. 
El padre de familia cargaba con su hijo, que no llegaba a los tres años de edad, llevándolo a un lugar seguro. Quédate aquí, enseguida vuelvo, le prometió mientras se aventuraba adentrándose nuevamente en la vivienda para rescatar a su esposa que había resultado herida. 
Pero su promesa jamás se cumplió. Ambos perecieron aquella noche devorados por llamas. El niño esperó durante horas con la esperanza de que sus padres lograran salir de lo que ya eran escombros.

Como una nube de humo que se propaga rápidamente cubriéndolo todo a su paso, la escena cambió. Había pasado tiempo desde entonces. Los recuerdos aún perturbaban cada noche al inocente niño, y aunque recordaba aquel fuego como si pudiera tocarlo y sentirlo, el rostro de sus padres junto con los escasos recuerdos que poseía habían sido eclipsados por aquel ardiente asesino.

El orfanato había sido desde entonces su hogar. Cada noche rezaba a la luz tal y como la cuidadora le había dicho, para que alguna noble familia decidiera acogerlo. Pero el tiempo pasaba y la guerra que se avecinaba no era buen augurio. Muchos héroes cayeron en el asedio de Orgrimmar, y desgraciadamente muchos más niños quedaron huérfanos. Eran tiempos difíciles, y con tanta pérdida, muy pocos acogían a estos pobres desamparados.

Un día como muchos otros la puerta del orfanato se abrió dejando entrar en su interior a una joven pareja. El resto de los niños jugaban en las habitaciones o los jardines, pero Lionell no. El pequeño tomó asiento en las escaleras mientras escuchaba atentamente desde la planta superior la conversación que mantenía la pareja con la cuidadora. Entonces escuchó su nombre. El corazón se aceleró como si se le fuera a salir del pecho. Quizás habían sido imaginaciones suyas, o quizás su mente le había jugado una mala pasada intentando aportar un leve atisbo de esperanza.

-¡Lionell!- gritó la cuidadora.
Sus ojos se abrieron como platos, sus piernas temblaban como nunca antes lo habían hecho. Bajó las escaleras rápidamente hasta encontrarse en el vestíbulo del orfanato.
- Lionell quiero que conozcas a alguien.- susurró la cuidadora mientras peinaba los oscuros cabellos del niño
El pequeño observó detenidamente a la pareja. Una extraña sensación recorrió su diminuto cuerpo, algo que había llegado a olvidar, algo que parecía ser más poderoso que aquel fuego, sintió bondad y amor en aquellos que serían sus padres.
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Me desperté con aquella sensación agridulce que ya había sentido en tantas ocasiones antes. Aunque no había sido una pesadilla me sentía extraño. Desde hace algunos años este sueño se repetía constantemente la mayoría de las noches. Aún no había logrado averiguar su significado, quizás tan solo añoraba a mis padres. El sueño siempre se detenía cuando mi mirada se cruzaba con la de ellos. Ahora mismo no quería detenerme en analizar las razones pero siempre me venía a la mente la misma pregunta. ¿Sería capaz de mirar a mis padres a los ojos ahora?

Posiblemente no.
Con toda certeza no comprenderían las razones que me mueven a hacer esto, pero ya soy adulto, y como tal tomo mis propias decisiones. Tras lavarme la cara con agua que parecía haber sido extraída de las mismísimas tierras de Rasganorte, me vestí con algo más decente y abandoné mi dormitorio. Paseé por los oscuros y largos pasillos de la fortaleza que había ocupado sin detenerme hasta llegar a mi objetivo. 
Golpee varias veces las puertas de la habitación. Era de madrugada por lo que con total seguridad aquel que se hospedaba en la estancia se encontraría descansando. Aun así golpee la puerta de nuevo hasta que ésta se abrió  lentamente.
El joven humano que abrió la puerta se sorprendió al verme.

- Maestro... no esperaba que fuerais vos...- dijo Zephiel disculpándose.
- No importa, sé que no son horas y os pido mil disculpas, pero desearía hablar de ciertos asuntos con vos.- dije
- Por supuesto..., un segundo que me pongo algo más presentable.
Tras escasos minutos Zephiel abandonó su habitación siguiéndome en silencio mientras recorríamos los largos pasillos que desembocaban en los amplios jardines del lugar.
- Te preguntarás por qué os he llamado.- comencé una vez habíamos alcanzado los jardines que se encontraban escasamente iluminados por unas pocas antorchas que colgaban de las paredes de la estancia.
- Por supuesto Maestro
- Quería agradeceros enormemente vuestra valía a la hora de cumplir el cometido que os impuse. Aquella maga sería un verdadero estorbo en el futuro.
- Maestro...siento si parezco desleal con mi pregunta pero...¿Cual es el fin de acabar con aquellos que nos ordenáis?
- Por eso os he llamado, puesto que habéis demostrado que sois dignos de mi confianza, os contaré como comenzó todo.

Tras unos minutos de silencio continué
- Hace años se creó una orden. Una orden secreta cuya misión era la de salvaguardar un talismán y a su portador, el nombrado Guardián de la Orden. Dicho talismán era capaz de mostrar pequeñas visiones del futuro que les depararía a los miembros de la misma. Durante años la orden fue evolucionando. Muchos miembros la abandonaron para rehacer sus vidas, y a su vez nuevos miembros se unían a la causa. Muchos guardianes cumplieron fervientemente su misión. Pero el ansia de poder y la desconfianza entre sus ellos crearon una gran mella en la Orden. Yo era el Guardián por aquel entonces, hasta que el talismán me fue arrebatado. Todos creían que no tendría la voluntad necesaria para protegerlos, así que aquel al que siempre había considerado como un hermano me apuñaló vilmente proclamándose Guardián de la Orden a mis espaldas. Y tras esto creó un pacto el cual prohibiría a los brujos llegar a dirigir la organización.
- ¿Que ocurrió entonces Maestro?- preguntó Zephiel con curiosidad
- Pedí ayuda al consejo, a los que habían sido Guardianes en el pasado, incluso a la dragona de bronce que fundó la Orden. No recibí ayuda alguna. Todos me dieron la espalda apoyando al nuevo guardián Caleb Vercetti. Entonces tome una decisión, con la ayuda de un miembro del vuelo infinito viajé al pasado hasta esta época, jurando vengarme de aquellos que se negaron a ayudarme. La primera en morir fue una joven sacerdotisa, ahora gracias a ti la maga blanca también ha caído, y pronto caerán uno tras otro.

Zephiel permanecía en silencio sin saber que decir, seguramente guardaba infinidad de preguntas en su interior que no se atrevía a realizar.
- No espero que lo comprendas, ni tampoco que lo apruebes, tan solo quiero que sepáis por qué lucháis. Que conozcáis las razones que os harán actuar con la convicción necesaria. Ya que cuando logre hacerme con la Orden, aquellos que habéis apoyado mi causa seréis recompensados gratamente.
- Por supuesto maestro, entiendo y apoyo vuestro punto de vista
- Me enorgullece oír esas palabras. Pronto tendrás otra misión, viajarás junto a Ivy hasta Bosques argénteos, allí se alza la base de la orden. Esperareis el momento indicado para asestar un duro golpe del que difícilmente lograrán recuperarse.
-  Así lo haré.- afirmó Zephiel con determinación.
- Eso es todo Zephiel, podéis retiraros a descansar.
- Gracias Maestro.- dijo asintiendo 

Observé detenidamente a Zephiel mientras se retiraba. Una figura apareció de entre las sombras cerca de donde me encontraba dirigiéndose hacia mí con caminar decidido. La humana se detuvo a escasa distancia mientras me miraba fijamente a los ojos.
- Y bien...¿Qué mentira le has contado para engatusarlo?- preguntó Ivy
- Ninguna, no hay nada mas convincente que la propia verdad
- ¿Le habéis contado la verdad?- preguntó Ivy con asombro
- Debía hacerlo, si quiero que actúe con lealtad hacia mí.
- ¿Qué haremos una vez terminemos en argénteos?
Dudé por unos instantes antes de responder.
- Mátalo.- susurré deteniéndome en los oscuros ojos de aquella asesina.
- Pero... Maestro...¿Estas seguro?, por ahora ha demostrado...
- Si algo he aprendido es que nuestro destino es difícilmente moldeable. Si hay algo que debería haber ocurrido, el tiempo se encargará de colocarlo de nuevo en su lugar. He viajado hasta aquí para vengarme ¿No es cierto?
- Así es pero...
- Tarde o temprano Zephiel se convertirá en Guardián de la Orden, ese es su destino, y como tal, lo destruiré.
- Como ordenes.

Ivy se esfumó permitiéndome degustar la soledad de la oscura noche que aun arropaba aquellas tierras. Recordé de nuevo el sueño que había tenido evadiéndome de aquellos recuerdos menos agradables que habían inundado mi mente en la confesión.

Como si hubiera vuelto al pasado nuevamente, vi en mi mente a mis padres a través de aquellos ojos de cuando aún no era más que un niño. Recordé sus rostros, como me cuidaron y protegieron todos estos años. No pude evitar que se me empañaran los ojos al recordarlos. Pero ya no podía hacer nada, había decidido seguir mi camino a pesar de sus consejos y negaciones. Debo recuperar mi honor.

Yo Lionell Sheram Strange, hijo de guardianes, lograré gobernar la Orden, y destruiré a todo el que se oponga.


domingo, 8 de septiembre de 2013

¿Y qué pasará con el consejo?

El capítulo IX ya ha comenzado. 

Los valientes héroes que compondrán el grupo de La orden se embarcarán en una de las mayores aventuras jamás vividas. Cruzarán el mar para enfrentarse a las peligrosas fuerzas de Garrosh, todo ello para intentar destruir aquello que amenaza con aniquilar todo Azeroth: El corazón de Y'shaarj.
El capítulo logrará poner a prueba a cada uno de los héroes sacando lo mejor y lo peor de cada uno, pero deberán mantenerse unidos para lograr alcanzar su objetivo.

Y mientras tanto... ¿Qué ocurrirá con el consejo?

El consejo de la orden tuvo una gran importancia durante el capítulo VIII, ya que gracias a ellos se logró mantener la base. Su participación entonces fue imprescindible y de vital importancia, tanto como lo fue el grupo de la orden.

Aún así, el consejo de la orden se ideó con un propósito distinto que era el de sacar partido a nuestros alters ayudando a la orden desde la distancia. Tal y como se comentó al principio, este grupo rolearía en menor cantidad. Seguramente asignaremos un día fijo para dedicarnos a ello, tal y como ocurrió antiguamente con el santuario oscuro por ejemplo, además de todo el rol casual que queramos hacer.

¡Pero tranquilos, tendremos tarea que hacer!

Los miembros que conforman el consejo no están de acuerdo con que tan solo algunos se sacrifiquen en esta misión. Todos quieren aportar su granito de arena, todos quieren luchar contra la oscuridad que se avecina, pero nuevos frentes aparecerán en el horizonte.

El valle de la pena eterna

El valle de la primavera eterna ha sido destruido, al parecer ha sido contaminado de sha o algo parecido. Algunos miembros del consejo viajarán hasta el corazón de Pandaria para averiguar que ha ocurrido y que efectos podrá acarrear al misterioso continente.






















La isla de más allá del tiempo

La isla intemporal acarreará a la los miembros del consejo más desgracias que alegrías. Tras descubrir la existencia de dicha isla, los más osados decidirán partir con rumbo hacia ella, pero lo que no saben es que la isla esconde infinidad de secretos, y que una vez dentro...no será tan fácil escapar de allí.
























Y por si fuera poco...

La oscura organización dirigida por ''El maestro'' continuará con su afán de destruir la orden. El grupo deberá averiguar más acerca de sus nuevos enemigos antes de que sea demasiado tarde para todos...








Espero que os haya gustado a todos!! ^^