viernes, 15 de abril de 2016

¡El cumpleaños de James!


El humano examinó dubitativamente el enorme presente de forma ovoide que sostenía entre sus brazos, rodeado únicamente por una cinta de color rojizo que intentaba suplantar la sencilla ausencia de una caja donde ocultar el regalo.

-Estoy seguro que les encantará,...-dijo Zephiel mientras miraba el gran huevo color tierra con relieves alrededor como si de grietas se tratasen.
-Aún no has dejado claro de qué es el huevo.-preguntó Elesirt desviando la mirada desde el guerrero hacia la joven pelirroja que se rizaba un mechón de pelo mientras se miraba en un diminuto espejo.
-Es de fénix.
-Eso no es de fénix.-sentenció Chantalle.- Los fénix son aves de fuego, de ser así el huevo sería cuanto menos incandescente...
-A mi el vendedor me dijo que era de fénix.-replicó Zephiel.
-Querido, aún recuerdo cuando te vendieron un par de huevos de dracohalcón y cuando eclosionaron salieron unos bichos de lo más horrendo.
-Aquello era otro caso... y bueno, logré venderlos después de todo.
-Bueno lo importante es el detalle.-añadió el huargen.
-Eso es, y de todas formas es un huevo, algún pájaro saldrá de aquí dentro, y está claro que el novio...
-Marido, acuérdate querido, se acaban de casar.-corrigió Chantalle.
-Bueno, pues que el marido de Alice tiene algo raro con los pájaros... así que le gustará.
-En mi pueblo había un tipo así que tenía algo raro con las cabras... creo que no terminó bien...-dijo Elesirt.
-Ah, pues ahora que lo dices, también recuerdo haber oído algo similar en...
-Bueno, eso es lo de menos, lo importante es que es un buen regalo de boda, al menos es original.-respondió Zephiel.-¿A cuántos les han regalado un huevo así por casarse?-preguntó mientras miraba con orgullo el huevo de arriba a abajo.
-Yo oí que una vez un tipo le regaló a una reina que se había casado tres huevos.-dijo el huargen observando como chafaba el ánimo del guerrero.-Y resultaron ser de dragones... no de un pajarucho que se quema solo...
-Gracias Elesirt..., eres todo alegría y optimismo...-murmuró Zephiel mientras miraba al huargen con cara de pocos amigos.-Me ha costado mucho oro este regalo... espero que al menos lo tengan en cuenta.
-Lo que no sé querido, es por qué tenemos que hacerles otro regalo de boda.-dijo Chantalle mientras el grupo se detenía ante la puerta de la casa donde residía el matrimonio.- Pensé que con lo que les regalé era más que suficiente...-suspira.-Supongo que para los plebeyos nunca es suficiente...
-¿Regalo? ¿Cómo que otro regalo? No les hemos regalado nada aún.
-Claro que sí. La pequeña y acogedora casita a las afuera de Villaoscura, la que compré hace años. Se la regalé como nidito de amor.
-¡¿Y cuando pensabas comentármelo?!
-Pensé que no sería tan importante...

La puerta se abrió de repente dejando ver a la bruja de cabellos azabache que se había asomado hacia el exterior alertada por el escandaloso vocerío.

-Ah, sois vosotros...-dijo Alice.- Pensé que no llegaríais hasta más tarde... pero no importa está bien, así me ayudareis a cocinar para fiesta.
Zephiel miró tanto a Chantalle como a Elesirt y después centró su mirada nuevamente en la bruja.
-La fiesta de...
-El cumpleaños de James, por supuesto...
-Ah... el cumpleaños.-dijo el guerrero intentando disimular su ignorancia acerca del tema.-Como olvidarnos, de hecho, ¡Mira que regalo le hemos traído!


Se oyen ruidos, ¡Debe faltar poco para abrirse!