La taberna se hallaba más concurrida de lo normal. Podría deberse a la fría y oscura noche que aguardaba en el exterior, o bien a que el gentío había atraído a más aldeanos del lugar. Aún así era algo insólito en un pueblo tan solitario como ese.
En un rincón de la taberna se encontraba una anciana de avanzada edad, rodeada de jóvenes que escuchaban con atención y curiosidad las historias
que esta sabia mujer les contaba.
Los rasgos marcados por la edad recorrían su rostro, y sus ojos verdes oscuros mostraban que la anciana había tenido una ajetreada vida, que siempre le gustaba compartir con las nuevas generaciones de allá a donde se encontrara. Los jóvenes escuchaban atónitos las historias de magia criaturas míticas o incluso amoríos que la anciana había vivido.
La sabia anciana carraspeó para que los jóvenes prestaran atención antes de continuar.
- Ahora os contaré una oscura leyenda que se cuenta de aldea en aldea, un rumor que vaga de taberna en taberna y que todo aquel que no tiene miedo a la muerte debería conocer.
Los jóvenes, situados a su alrededor, la miraban más expectantes que nunca.
La anciana continuó:
-La leyenda cuenta que existe un insólito objeto con un poder inimaginable. Un poder que cualquier mortal desearía poseer. Este objeto, con forma de libro, es llamado por aquellos que lo han visto el libro de las almas. A simple vista es un libro normal, quizás algo siniestro ya que sus tapas son negras como la noche, y en su interior se encuentran escritas palabras sin sentido. Cuentan que cuando lo abres se oyen susurros y un escalofrío inunda tu cuerpo.
- ¿Cual es el poder de ese libro?- preguntó una joven que se hallaba junto a la anciana.
- Tiene el poder de cumplir aquello que escribas en sus páginas. Riquezas, poder, amor... todo lo que desees el libro puede concedértelo, pero a cambio.. deberéis pagar un alto precio, ya que el libro se alimenta de las almas de sus poseedores.
- ¿Quien crearía un objeto semejante?- preguntó uno de los jóvenes.
- Buena pregunta, según cuentan, fue obra de un grupo de brujos con ansias de poder. Intentaban crear una fuente de poder inagotable, pero el experimento salió mal, y quedaron atrapados en su interior. Dicen que son los poderosos brujos los que cumplen tus deseos para conseguir tu alma, y así hacerse más poderosos con el fin de escapar de allí.
La anciana relajó su expresión para tranquilizar a los jóvenes.
-Aún así no es más que una leyenda, y nadie ha visto nunca tal objeto, no hay de qué preocuparse.
-¿Igual que la leyenda de los talismanes que contaste antes?- preguntó un joven
La anciana afirmó con la cabeza.
- Una leyenda no deja de ser un simple rumor.
La anciana observó la noche a través de la ventana.
-Creo que se ha hecho tarde,espero volver a veros pronto y contaros más historias.
La anciana sonrió mientras se levantaba del sillón, los jóvenes aún seguían compartiendo sus opiniones acaloradamente.
La noche se había vuelto más oscura aún, un joven abandonaba la taberna para dirigirse hacia su hogar. Por el camino, el joven iba recordando las historias de la anciana, realmente se le daban bien contar esas historias.
El joven se detuvo en seco, miró a su alrededor ya que parecía que alguien susurraba su nombre. Siguió caminando, pero volvió a ocurrir. A lo lejos se oía un leve susurro que le llamaba. Por los alrededores solían haber lobos que a veces atacaban a los aldeanos, así que corrió siguiendo el sonido. Cada vez parecía estar más cerca, y los susurros podían oírse más claramente. Al poco tiempo llegó a un claro del bosque, los susurros cesaron. El joven solitario miró a su alrededor. Entonces fue cuando vislumbró a pocos metros algo que parecía estar a medio enterrar. Se acercó con cautela y comenzó a desenterrarlo. Cuando extrajo de debajo de la tierra el objeto se quedó estupefacto.
El joven miraba atónito el libro, pensó que era una broma, que alguien quería burlarse de él. Se parecía realmente al libro que la anciana había descrito en su historia. El joven abrió las duras páginas del robusto libro, escuchó unos gritos provenientes del libro y seguidamente un escalofrío recorrió su cuerpo. El joven parecía aterrado, poco a poco su cuerpo se fue paralizando hasta convertirse en piedra.
La anciana de la taberna apareció tras unos arbustos, acercándose lentamente hacía la figura petrificada del joven.
- Con tu alma acabas de pagar mi último deseo.- la anciana sonrió mientras se agachaba a recoger el libro. De pronto un haz de luz envolvió a la anciana, y poco a poco todas las marcas de la edad desaparecieron, dando lugar a una hermosa joven.
- Es una lástima que haya terminado así, tu juventud por la mía...- La joven sonrió con malicia y seguidamente lanzó una bola de fuego. la estatua del joven se convirtió en ceniza.
- Es Hora de pedir mi próximo deseo...
