lunes, 19 de octubre de 2015

¡Llega Halloween a La Orden Eterna!



Un año más llegan las fiestas más esperadas al Wow, y como es habitual una vez más haremos eventos de rol relacionados con esta terrorífica festividad. Sin embargo atrás quedan aquellos eventos en los que se contaban historias de terror y leyendas urbanas reunidos alrededor del fuego, o aquella vez en la que tuvo lugar un grandioso concurso de disfraces y mascotas aterradoras. Este año, el evento de Halloween será mucho más que eso...



Coincidiendo con la llegada de Halloween, un poderoso mal se ha desatado por Azeroth, una maldición sin precedentes que afecta a los valientes héroes sin razón aparente, y que convierte sus más placidos sueños en aterradoras pesadillas capaces de herirlos o incluso destruirlos desde dentro. Los miembros de la Orden no han pasado desapercibido, y muchos de ellos se han visto envueltos en este caótico mal dejándoles tan solo las opciones de luchar o perecer en el intento. Cada segundo cuenta y cada paso podría llevarlos más cerca de la salida o sumergirlos entre tinieblas para siempre...

La semana que viene comienza... ¡Dulces sueños!


Como habéis leído anteriormente, este año los eventos serán muy distintos a lo realizado hasta ahora. La minitrama durará alrededor de toda la semana de Halloween (aproximadamente desde el 26 al día 1 o 2). La trama gira en torno a pesadillas que sufrirán muchos de los protagonistas de la Orden, sin embargo, esos espeluznantes sueños intentarán tomar el control del personaje y ponerle a prueba, sometiéndolos a sus peores temores y obligándoles a enfrentarse a unos extraños y abominables enemigos que no durarán en asesinarlos si se les brinda la más mínima oportunidad. Por suerte nuestros héroes no estarán solos, sino que contarán con el resto de sus compañeros para ayudarlos a salir de ese misterioso lugar en el que se hallan atrapados. 

De esta forma, cada día tendrá lugar un evento, una pesadilla en la que el grupo tendrá que realizar una misión para salir de allí, y que poco a poco les acercará más al final, donde un temible enemigo les aguarda...



¡Pero aún hay más!
Nuestros héroes tendrán no solo que enfrentarse a poderosos enemigos, sino también tendrán que poner a prueba su intelecto y habilidades si quieres salvar el pellejo. De esta forma, la Orden deberá enfrentarse a un sin fin de pruebas, minijuegos y desafíos donde conseguirán unos misteriosos objetos que les servirán para obtener su libertad y fortalecerse aún más si cabe.


Calabazas aterradoras: estas calabazas serán obtenidas por los personajes que mejor se desenvuelvan en cada una de las pesadillas. Este objeto no tiene ningún valor en la vida real, sin embargo en las pesadillas servirán para cumplir los sueños de éstos, que va desde obtener oro hasta fortalecerse ellos mismos... y a veces los sueños... se hacen realidad. Existen distintos tipos de calabazas (De oro, plata o bronce)





Evento 1 (James) - Damisela en apuros

¡Alice ha sido capturada! Como era de esperar, el peor temor de James es que algo le ocurra a su amada, y su pro pesadilla se hizo realidad rápidamente cuando el misterioso enemigo se apareció frente a ellos y descubrió en el cazador un punto fuerte del que alimentarse. La Orden deberá recorrer un enorme castillo y enfrentarse a los esbirros del misterioso enemigo para liberar a Alice de entre sus garras.

Evento 2 (Marther) - ¡Ve hacia la luz!

Tras lo ocurrido en el castillo, el grupo aparece repentinamente en Naxxramas, un lugar sombrío donde las tinieblas y los peores temores cobran vida, incluido el mayor miedo de Marther. El paladín ser verá privado de luz, mientras que se dará cuenta que las sombras se alimentan de él a medida que avanzan en la pesadilla. La Orden deberá liberar al cruzado de su maldición antes de que sea demasiado tarde...

Evento 3 (Garrett) - Vértigo

En la tercera pesadilla el grupo irá a un lugar más alejado, concretamente más alejado del suelo. Los miembros de la Orden se encontrarán repentinamente en el aire, donde deberán luchar contra sus enemigos si no quieren naufragar y precipitarse al vacío.


Evento 4 (Alice) - Bichos por todos lados

Dentro de todos los lugares horribles con los que el grupo podría toparse hay uno considerado el peor de todos, sobretodo para Alice... y este es el corazón de una colmena de bichos. Atrapados sin salida aparente, el grupo deberá encontrar una escapatoria antes de que se queden atrapados para siempre.

Evento 5 (Monlee) - A dieta

Sin comida, sin cerveza,... la peor pesadilla del Maestro Monlee sería un mundo donde haya que hacer dietas. Y esto es a lo que el grupo de la Orden se enfrentará en esta pesadilla, donde sus fuerzas fallarán hasta el punto de caer exhaustos...

Evento 6 (Aún por decidir) - 

Evento 7 (Aún por decidir) - 

Evento 8 (Evento final) - ¿Sabrá a calabaza?

El misterioso enemigo aparece por fin para terminar de una vez por todas con los héroes a los que acecha desde hace tanto tiempo.

Recompensas

Las calabazas podrán canjearse por las siguientes recompensas:

Oro:
Calabaza de oro: 15 Oros
Calabaza de plata: 10 Oros
Calabaza de bronce: 5 Oros

Experiencia de seguidores:
Calabaza de oro: 30 puntos
Calabaza de plata: 20 puntos
Calabaza de bronce: 10 puntos

Reputación de las cloacas (A repartir como desee):
Calabaza de oro: 20 puntos 
Calabaza de plata: 15 puntos
Calabaza de bronce: 10 puntos

Insignias de asesino:
Calabaza de oro: 20 insignias 
Calabaza de plata: 15 insignias 
Calabaza de bronce: 10 insignias 

Objetos y otros:
Bonus especial: 3 calabazas de Oro
Armadura especial: 3 calabazas de Oro
Talentos de clase especial: 3 calabazas de Oro
Arma especial: 3 calabazas de Oro
Ayuda a completar armonizaciones: Cualquier calabaza










sábado, 3 de octubre de 2015

Bajo la ciudad (Seid)


Otra noche más, Seid se encontraba mirando al techo tumbado sobre una de las cajas apiladas. Podían escucharse los sonidos propios de una cloaca, agua abriéndose paso por las canalizaciones, el goteo incesante de las filtraciones, las pisadas de las ratas corriendo; pero también había otros ruidos, ruidos propios de una ciudad.
Seid se encontraba en el "escondrijo" que La Orden había tomado como base de operaciones en aquel lugar. Estaba esperando la llegada de sus compañeros, sólo hacía unos pocos días desde que se instalaran en ese lugar, y, justamente la noche anterior, Búho Gris les había estado dando indicaciones para moverse por ese extraño mundo que se abría ante ellos.
Poco a poco fueron llegando todos. Era el momento de ir al encuentro de Renacuajo. Según les había contado Búho Gris, Renacuajo era el encargado de instruir a los contendientes de los duelos y la arena de combate.
Recorrieron el laberinto, y, tras lo que pareció una eternidad, llegaron a lo que parecía el corazón de las cloacas. Se trataba de una amplia estancia repleta de desagües y alcantarillas. Las paredes estaban repletas de enormes cañerías que desembocaban en el lugar. El grupo se encontraba en una de ellas y desde ahí podían ver toda la sala. En las partes que no estaban anegadas había puestos comerciales y plataformas que se extendían sobre las aguas residuales albergando varias casetas y tenderetes. En el centro de la estancia había una enorme alcantarilla que ocupaba prácticamente de extremo a extremo, a través de ella se podían ver varios niveles inferiores. El bullicio era notable y había un vaivén incesante de gente. En ese lugar se encontraba lo peor de lo peor, ladrones, asesinos, estafadores y mercenarios sin escrúpulos.
Buho Gris les había dado indicaciones sobre dónde encontrar a Renacuajo, pero una vez allí, no parecía tan fácil. Deambularon durante unos minutos hasta que lo vieron a lo lejos. Se encontraba en uno de los extremos de la alcantarilla, era fácilmente reconocible, un tipo alto, fuerte y fornido, nada que ver con un renacuajo.
Tras ofrecerse Akuo voluntario para hablar con él, concluyeron que se acercarían todos. Renacuajo les explicó lo básico sobre los duelos y la existencia de la arena, con combates individuales o por grupos.
Tras esto se apartaron ocupando parte de la alcantarilla mientras debatían que hacer.
-Jefe Mantosombra: Quitaos de en medio! Va a comenzar un combate.
Sin mediar más palabras, Mantosombra se dirigió a hablar con Renacuajo. El grupo se apartó y subió a una de las escaleras de madera que comunicaban con uno de los desagües para observar el combate.
Poco a poco, sin que nadie comunicara nada, se formó un corro de espectadores. Todo el mundo estaba esperando.
Mantosombra hablaba con un extraño encapuchado, estaba cubierto de cicatrices, y le envolvía una extraña aura.
-Jefe Mantosombra: Os presento a El Degollador! Asesino de la vieja escuela, que ha venido a redimirse. Por ello, participará en una arena EXTREMA!
Tras pronunciar estas palabras el bullicio levemente atenuado que reinaba en el lugar se volvió un estruendo ensordecedor.
Adelantados al corro que rodeaba el centro se encontraban los hombres de Renacuajo, encargados de luchar uno a uno contra El Degollador.
-Jefe Mantosombra: En 5 minutos comienza el combate, apuestas, AHORA!
Tras los 5 minutos dio comienzo el combate. En el centro se encontraba El Degollador, impasible, completamente quieto. Andando a cierta distancia rodeándole se encontraba el primer combatiente. Tras unos intensos instantes, el luchador se abalanzó sobre El Degollador, pero antes de que este llegase a tocarle se llevó las manos a la garganta de la cual brotaba un reguero de sangre sin control.
¿Cómo era posible? El Degollador no se había movido, y, sin embargo, su contrincante yacía desangrado en el suelo.
Los siguientes combates no fueron muy diferentes, todos y cada uno de los  luchadores caían sin que su misterioso contrincante se moviera. Cuando estaba teniendo lugar el quinto combate, Marth y Akuo vieron algo, había movido levemente los dedos.
El público comenzaba a incomodarse, se oían acusaciones de amaño y gritos descontentos.
-Jefe Mantosombra: No hay amaño alguno, de hecho, no necesita sus dagas.
Acto seguido, El Degollador saco las dagas (las cuales no se habían movido de su sitio) y las arrojo a un lado de la arena.
Seid se fijó en ellas, estaban secas, limpias. Fuese como fuese, no las había usado para asesinar a sus anteriores contrincantes.
El sexto y séptimo combate discurrieron igual que los anteriores. Le llegó el turno al octavo gladiador. Éste se encontraba aterrado, manteniendo las distancias con el miedo instalado en su ser, lanzó varias dagas que cayeron antes de alcanzar su objetivo y en un instante, yacía sobre su propia sangre que caía a través de los orificios de la alcantarilla.
El noveno y último combatiente parecía sereno, confiado. Manteniendo las distancias rodeó a El Degollador, observándole, estudiándole, finalmente decidió atacar. El Degollador tuvo que moverse, había permanecido inmóvil en el centro desde el comienzo de los combates, sin embargo, este contrincante le había hecho moverse. En un instante, el último luchador había caído, pero, todos lo habían visto, había hecho un movimiento con las manos.
El lugar, que se encontraba en silencio desde hacía varios combates, estallo en gritos.
-Espectadores: ESTÁ USANDO MAGIA! TRAMPAS, ESTÁ HACIENDO TRAMPAS!
En ese momento una voz atravesó como una cuchilla la mente de todos.
-Voz misteriosa: No, no es magia.
Pocos sabían de dónde provenía esa voz, pero ellos sí, Buho Gris les había advertido sobre la existencia de Sombra.
-Jefe Mantosombra: Ya lo habéis oído! Donde está el décimo contendiente?!
-Renacuajo: No hay un décimo contendiente! Nadie había llegado tan lejos.
De entre el público surgió un encapuchado.
-Encapuchado misterioso: Yo seré el décimo luchador. William, sabes cuál es el precio de la traición, si ganarás quedarías redimido…pero bueno, no ganarás.
El décimo combate dio comienzo, a diferencia de los anteriores, El Degollador parecía preocupado y comenzó a mover los dedos, sin embargo, esto no tuvo efecto alguno.
Se oyó un alarido. El Degollador había perdido una mano.
-Encapuchado: Se acabó.

Y tras estas palabras, la cabeza de El Degollador cayó rodando al suelo.

Escrito por Seid

jueves, 1 de octubre de 2015

Butters Tuercafilada - Un nuevo trabajo


El aire viciado del lugar denotaba la gran actividad que se producía en él, un lugar bastante pintoresco, el cual era muy frecuentado por unos y totalmente evitados por otros… y con razón. Era una noche más en el Cerdo Borracho, una taberna famosa del casco viejo de Ventormenta. Como siempre estaba totalmente llena de todo tipo de parroquianos, desde ciudadanos buscando un rato de diversión hasta todo tipo de aventureros, de los cuales algunos destacan por no parecer el sitio más correcto para ellos.

La tarea era sencilla, uno de los parroquianos esconde en uno de sus bolsillos una gema que busca un cliente, por lo visto el objetivo era un noble al cual le gustaba mezclarse entre los plebeyos de la ciudad vistiéndose como estos. Sería una tarea sencilla para Butters, el cual vigilaba desde las vigas que poblaban el techo de la estancia. Las vigas estaban en un estado deplorable, si no fuese por el ligero peso del gnomo sería el peor escondite posible. Por mucho que le gustase mezclarse al noble fue fácil reconocerlo, ya que las telas de su ropa seguían estando impolutas y su pelo demasiado limpio.


Durante un rato observó al noble hasta que se percató de donde tenía la joya guardada, tras eso solo necesitó unos segundos para bajar y mezclarse entre la multitud, llegar hasta el noble y aprovechar en uno de los empujones para arrebatarle la joya, desapareciendo de la taberna justo después. Butters se encargó de guardar bien el premio entre sus ropas y tomó rumbo al club de camorristas, donde le esperaba su socio.

Mientras caminaba por las nocturnas calles de Ventormenta no podía dejar de comprobar con la vista todos los recovecos posibles, últimamente habían muerto muchos en los bajos fondos sin quedar pista alguna, y Butters no pensaba dejar que lo cazaran. Atravesó la entrada del metro y bajó a las vías, entrando velozmente en el club, en el cual tras reconocerle los gorilas  le dejaron pasar. Su socio le esperaba tranquilamente observando los combates con una botella en la mano, la cual justo se había terminado. Por extraño que parezca su socio es Griznak Reptatornillos, un goblin que perteneció a la Compañía Mechanegra y se busca la vida a través de todo tipo de negocios turbios. En el foso se podía ver como un humano caía ante una hidra, y antes de que esta lo devorase, una botella acertaba en la espalda del cadaver.

  • ¿Ya has perdido otra apuesta? - Le preguntó el gnomo a su socio.
  • ¡Bah! ¡Vaya porquería de tipo! Ese chaval prometía y me ha hecho perder 5 doradas, espero recuperarlo en la próxima apuesta, ¿Tienes lo del contrato?
  • Por supuesto, ha sido como robarle un caramelo a un niño elfo. - le da la joya a Griznak- Tu te encargas de llevárselo al cliente.
  • Claro, pero primero descorcharemos alguna botella ¿No?
  • Por supuesto, no tengo prisa por volver a Forjaz.
  • Tio, tenías que haber estado en Bahía del Botín hace poco, estaba en la taberna donde vamos siempre hasta que se escuchó como algo explotaba. Por lo visto tenían unos tipos ahí encerrados para venderlos como esclavos, y como habían perdido  esos querían raptar a unos clientes. - Se ríe - Yo como vi que la cosa se ponía fea y los esclavos no eran míos… ni fu ni fa.
  • Allí siempre están pasando cosas de ese estilo, y ya que estabas allí… ¿Me has conseguido ya esas dagas?
  • ¡Que va! Aún no han llegado, pero en cuanto estén te las consigo. Como no estaban y no pensaba volver a la taberna me busqué a una buena goblin con la que pasar la noche… y una botella de ron. Hablando de ron… ¡Camarera!

Tras una noche de borrachera y acabar durmiendo en un pequeño hueco de las vías del tranvía Butters tomó el tranvía a Forjaz. Cada viaje en esa máquina llenaban los bolsillos del gnomo, pues siendo tantos los que se apretujan no puede evitar ver como las carteras y bolsas de sus compañeros de vagón le llamaban a gritos para ser su nuevo dueño, y por supuesto Butters no se negaría. 

Tenía que encontrarse con Hulfdan Barbanegra, su jefe, el cual estaría en su guarida, en la caverna abandonada. La caverna estaba tranquila, demasiado tranquila, no se veía a nadie por la calle y estaban todas las puertas y ventanas de los edificios cerradas. Tras atravesar la calle a escondidas llegó a la sede hallando el cuerpo de Tynnus Lanzaveneno en el suelo, y lo que es peor, ya habían saqueado su cuerpo. Al entrar en la sede comprobó que había ocurrido lo mismo con el resto de la banda que se encontraba allí, aunque el jefe ya se había esfumado, pero Butters sabía donde podía encontrarle.

Volvió al metro de Forjaz pero en vez de subirse al tren tomó uno de los caminos laterales de la vía, por el cual avanzando un rato consiguió llegar al lugar de reunión de los asesinos. Le dijo la contraseña al guardia y entró en el lugar, comprobando que el enano estaba allí, más nervioso que nunca y preparándose para huir a saber donde. Butters se acercó al enano para pedirle explicaciones.


  • ¿Pero qué demonios ha ocurrido? - le espetó el gnomo a Hulfdan.
  • ¿Tú sigues vivo? Dirás el que no ha ocurrido… huye lo más lejos que puedas si quieres conservar tu cuello, ya no podemos estar aquí.
  • ¿Huir? ¡No me jodas! Han sido esos misteriosos asesinos que están matando a los del gremio, ¿Verdad?
  • No no, unos tipos vinieron a advertirnos que nos buscaban, lo cual ya sabíamos, pero cuando nos quisimos dar cuenta Tynnus estaba muerto, por lo que intentamos matarles. Eran más fuertes de lo que pensábamos, mataron al resto y yo sobreviví por poco. Resulta que decían la verdad, pero yo no pienso quedarme aquí, me iré lo más lejos posible para no volver.
  • Sabía que te estabas volviendo un mal líder, pero llegar a esto… ¿Y que voy a hacer ahora sin trabajo?
  • ¿No piensas huir?
  • ¡Pues claro que no! Si cada vez que nos busca alguien tengo que irme muy lejos no tendría a donde ir. ¿Quienes son esos que mataron al resto? Si me dejan sin trabajo tendrán que solucionarlo.
  • No lo sé, la mayoría estaban cubiertos, aunque había uno con la cara al descubierto. Tenía el pelo corto y se notaba que estaba teñido de negro, era bastante joven, con ojos azules y afeitado, por lo que parecía aún más joven, y una buena constitución. Vestía unos pantalones marrones , camisa blanca con chaqueta marrón , guantes marrones y botas ajustadas.
  • Bien, buscaré a ese, y espero no volver a verte de nuevo esa cara, ni vivo ni muerto. - Tras esto el gnomo se marchó del lugar.

Con la información que tenía solo le quedaba dar vueltas por la ciudad para ver si podía encontrarle. Recorrió todas las calles y tiendas varias veces hasta que por casualidad encontró a alguien que casaba perfectamente con la descripción. El hombre estaba totalmente distraido mirando como los herreros trabajaban en la fragua. Butters se subió sobre un par de cajas mientras le miraba y decidió actuar.


  • ¡Eh! ¡Tú! - Gritó el gnomo llamando la atención de Akuo.


Escrito por: Marther