miércoles, 26 de junio de 2013

Revelaciones. El precio del poder.


(*) Insertar esta música a partir del párrafo donde veas el asterisco: http://www.youtube.com/watch?v=Q2W2TeUUYps





Diario personal de Giordano Lévi:

Escribo esto con cierto miedo, realmente. En sus momento no pude diferenciar si quiera si se trataba de un sueño o de la realidad, pero hoy he descubierto que era cierto... tengo sentimientos contradictorios; terror, simpatía y desagrado por el mismo hecho.

Todo comenzó mientras investigaba en Bahía del Botín, encontré algunos libros sobre el Imperio Trol y sus distintas tribus y ramificaciones. Al principio no me interesaba esta información, solo quería la referente a los Aqir, también contenida en estos volúmenes. Pero la historia trol es adictiva, llena de misterios y continuas marcas de poder y objetos arcanos dispersa en ella. Un viejo marino se me acercó y me habló entonces de una leyenda aún joven, las máscaras de Zul'gurub. 

Según esta historia, tras la incursión a Zul'gurub después de que Jin'do la ocupara de nuevo, un brujo trol colocó las máscaras utilizadas por Jin'do, Mandokir, Zanzil y Venoxis encima del altar. Al parecer hizo esto para dotar a las máscaras de un poder propio de un imperio. 

No me pude resistir, y fui a investigar a Zul'gurub. Entrar fue fácil, de nuevo está baldía y desocupada. Caminé hasta el templo y subí a lo más alto. Y allí estaban... un escalofrío me recorría la espalda, pero avancé y coloqué mis manos sobre las máscaras.

Lo que ocurrió a continuación es tan raro, que puede que me equivoque al relatarlo, pero se que ocurrió. 

Una risa me hizo volverme, y pude ver como ya no estaba en el mismo sitio, seguía en la jungla pero sobre la tierra y no en el templo, delante mía estaba un trol enorme de unas características terroríficas. Y entre nosotros nos separaba una hoguera, una hoguera con una hipnótica llama verdosa.

-¿Quién eres, trol? - pregunté amenazante.
-¿Po' que no pregunta' mejo' qué soy? Puedo ser quien tu quiera' que sea.
-Si crees que puedes intimidarme estás muy equivocado, puedo matarte sin pestañear.
-Aquí no te van a se'vir aceros o conjuros, no está' en tú mundo... si viesen tu cue'po en la cima del templo dirían que ha' mue'to.
-¿Por qué sucede esto?
-Po'que tu lo ha' querido, ere' un humano ambicioso y sediento de pode'. Ere' oscuro ha'ta la médula, apena' te aprecian salvo pa' aprovechar tu pode'... Na' mas que tiene' una persona en tu vida, po'que al resto le repulsas...
-¿Por qué dices eso? No es cierto... no del todo.
-Ajaja... mirate Gio'dano... ¿Cuanto' quieren tu cabeza en bandeja de oro? ¿Cuanta sangre lleva' en tus manos pálidas? Llegaste a este mundo mal llamado Azeroth provocando la mue'te...
-¡Eso no es cierto! Mi madre murió por complicaciones en el parto, yo no tuve nada que ver.
-Si tu viste que ver, si no hubieras nacido tu madre seguiría viva. Y... tu padre cuerdo...
-¿Mi padre? ¿Que sabes de él?
-¡Jaja!
-¡Contesta, trol!
-Dime una cosa Gio'dano, ¿Quienes son tu' dioses? ¿En que crees?
-No creo en divinidades, soy defensor del raciocinio...
-Ah... no mienta' Gio'dano, tu' dioses son los mismos que los míos...
-No se a que te refieres... no adoro a ningún dios de la sangre, gurubashi.

Cuando dije esto, un destello me cegó y el trol ante mí se convirtió en un humano encapuchado, al cual no podía verle el rostro.

-Creo que así nos entenderemos mejor, y espero que ahora no generalices y me digas que no crees en la Luz o algo por el estílo... -dijo el humano.
-No lo entiendo...
-Ni falta que hace, tan solo responde ¿Quienes son tus dioses?
-No los tengo, ya lo dije.
-Tus dioses son los mismos que los míos y los de todos en este mundo. Son los únicos dioses. No se trata de creer, sino de saber... y tu sabes de su existencia.
-Eso... no son dioses.
-¿Entonces que son? ¿O quienes son?
-Son... los Antiguos.
-¿Disculpa, puedes repetirlo? No lo he oído...
-¡Dioses Antiguos, diantres!
-Incluso tú mismo los llamas dioses, porque sabes de su existencia pero poco más. Aunque te encantaría saber más, ¿Por qué ese interés?
-Es algo que siempre he querido saber...- en este punto me derrumbé.
-¿Cual es el verdadero objetivo que tienes en esta vida, Giordano?
-Encontrar a mi padre.
-No puedo ayudarte directamente a buscarlo, pero sí darte un empujón...
-¿Cómo, a qué te refieres?
-Analízate, Giordano. Eres despreciado y actualmente perseguido y eres una fuente de dudas, disipa tus dudas. Incluso hoy, te niegas a usar tus artes a sabiendas de lo que puedes a hacer con ellas, aunque admites controlarlas. Y la cosa te va muy mal, ¿Qué tal si cambiamos las tornas? Da todo de ti, Giordano. Busca el poder cuando sepas que necesitas más, no lo hagas cuando desconoces que ocultas en tu interior.
-¿Y como ayudará eso a encontrar a mi padre?
-Serás otro, Giordano. Y además... recuerda las palabras del niño dragón...
-¿Cómo sabes tú eso?
-Se tantas cosas... Recuerda lo que os dijo, cual es vuestro cometido final...
-Defender Azeroth de la Legión Ardiente.
-Si no lo lográis, nunca encontrarás a tu padre. Y para lograr ese fin necesitas saber enfrentarte a la Legión. Fue tu amada la misma que te cedió el mando del aquelarre al que pertenecíais, aprovéchalo.
-El aquelarre está disuelto...
-Razón de más para que tú lo dirijas y modeles a tu antojo para lograr tus objetivos. Giordano, te ofrezco el poder que ansías para doblegar a la Legión Ardiente, con la condición de que aprendas a controlarlo y lo compartas con tu aquelarre como buen líder. Bebe de la hoguera...

Estaba hipnotizado, ese conjunto de frases sin sentido entre sí, contradictorias y de difícil compresión parecía jugar con mi cordura. Pero acepté...

(*)Vi como el humano cogía el fuego con sus manos y me lo ofrecía como si de agua se tratase. A nuestro al rededor, producto de mi imaginación supongo, comenzaron a aparecer figuras. Figuras conocidas y otras desconocidas, algunas parecían corresponderse con los miembros mas poderosos del antiguo aquelarre. Mi cabeza comenzó a dar vueltas como si estuviese drogado, al tiempo que unas figuras trol aparecían detrás del círculo principal, con una melodía fantasmagórica. Bebí las llamas...

Las figuras desaparecieron los trol ahora estaban armados y se dirigían contra mí. Liberé descargas viles pura, las llamas verdosas brotaban de mi cuerpo, y acabé con ellos. De nuevo la figura humana estaba ante mí.

-Este poder es el que buscaba Kanrethar en el templo de Karabor... el control a través del Relicario de las Almas y su poder, similar a la fuente del sol...

El humano me abrazó y al tiempo que se difuminaba la ilusión puede ver como se quitaba la capucha y reconocí unos característicos cabellos pelirrojos.

-Ve y encuentra tu destino, hijo mío.

Cuándo me dí cuenta, ya era demasiado tarde, estaba de nuevo en el altar. Las máscaras habían desaparecido y quise atribuir la ilusión al calor de la jungla y restos de toxinas en la zona...

Pero ahora se que es cierto y que debo aprender a controlar mi nuevo poder... y reunir al Santuario.

 

Diario de Iruam - Parte 5


Traiciones

El calor y la humedad eran insoportables. La vegetación cubría todo cuanto alcanzaba la vista y las sendas, inexistentes, hacía que Iruam abriera camino por entre arbustos y árboles de corteza pequeña. Según las informaciones en las tablillas, estaban en la zona exacta pero faltaba una cosa importante: el lugar.

- Para un poco Iruam – dijo Kheilam jadeante.
- No podemos parar ahora – dijo Iruam apartando maleza del camino

- Llevamos así tres días dando vueltas. ¿No crees que te has equivocado con las coordenadas del mapa?

- Lo he comprado cinco veces y no hay error posible – dijo tendiéndole un mapa a la chica – Mira, tú misma puedes comprobarlo, no hay duda de que en esta zona existió un templo antiguo de los mogu.

- Pues no parece que siga aquí. Tal vez el artefacto no se encuentre aquí, tal vez se lo llevaron o movieron de sitio.

- Imposible, el templo que buscamos no es un simple lugar de culto, sino es también una cripta y las costumbres de esta gente era dejar todo lo que tenía valor para el muerto junto a su tumba

- Pues espero que la encontremos pronto, porque algo que nos está faltando ahora son provisiones, deberiamos... - dijo mientras daba un paso y la tierra pareció desaparecer bajo sus pies.


En el último segundo, Kheilam se agarró a los bordes del agujero arañando con saña la tierra y tratanto, vanamente, agarrarse a algo y no caer. Iruam se tiró al suelo y en el último segundo en que Kheilam estaba a punto de precipitarse la agarró por la muñeca. A punto estaba de hacer fuerza y subirla, cuando un crujido sonó y la misma piedra que conformaba el suelo se resquebrajó haciendo que los dos se precipitaran hacia la fría oscuridad del abismo. Cayeron durante unos segundos, pero a Iruam le pareció una eternidad. Con un movimiento de magia, su caída fue enlenteciéndose, terminando en lo que parecía ser una mullida alfombra.

- ¿Estás bien Kheilam? - dijo Iruam levantándose

- Si, creo que sí – dijo Kheilam – Espera que enciendo una luz.


De los dedos de la chica brotaron unas pequeñas llamas que se asentaron en un orbe e iluminó toda la sala. El espectáculo era dantesco. Las paredes, el suelo, todo cuanto era la cámara en la que estaban, estaba tapizado con lo que parecía ser piel de pandaren. Cadáveres y restos aparecían colgados de las paredes o en la piedra del suelo. No era una visión agradable para ambos, pero no dejaron que eso los amedrentara. Con paso firme continuaron avanzando por estrechos pasillos plagados de trampas, que la magia no tardaba en localizar y desarmar.

- Este artefacto parece que va a ser más sencillo – dijo Kheilam sonriendo

- Nunca hay que confiarse Kheilam, mantente alerta.

- Siempre el mismo estirado inseguro, no has cambiado Sheram.


La estancia acababa en una gran cascada y un lago subterráneo inmenso.

- Este es el lugar – dijo Iruam – Bajo este lago reposa la tumba que buscamos. Tengo que ir yo solo y tu debes quedarte aquí. Ten, - dijo tendiendole un cabo – Es una cuerda para no perderme. Necesito que la ates y la tengas para que me izes llegado el momento.

- Ten cuidado – dijo Kheilam. Intentó darle un beso en los labios, pero Iruam volvió su mejilla negándole el deseo.


Trás despojarse de su túnica, los pantalones de montar, la camisa y las botas; Iruam se ató la cuerda a la cintura y trás dar una bocanada de aire se lanzó al torrente tumultoso. Ahí abajo estaba oscuro y las turbulentas aguas dificultaban toda visión. Iruam buceó a más profundidad, dejando que sus ojos se acostumbaran a la oscuridad. Tras unas brazadas dio con su objetivo. Un gran ataud de piedra incrustado al fondo del lago. Empujó la tapa con todas sus fuerzas, aplicando su peso para que cayera y abrir el sarcófago. Cuando la piedra se desprendió, reveló una figura imponente en otra época, hecha ahora solo huesos y arena. Entre los restos Iruam buscó el preciado objeto encontrándolo cuando ya sus pulmones empezaban a arderle por la falta de aire. Era de un oro pulido liso y de una manufactura excepcional, con rubies incrustados como lágrimas. Iruam tiró de la cuerda pero se encontró con que el cabo había sido cortado. Sabia que le quedaban pocos segundos, así que no le quedó otra. Dirigió su mano hacia abajo y lanzando una descarga arcana, se proyectó hacia arriba a una velocidad pasmosa, rompiendo la superficie del lago e inspirando profundamente como si la vida se le fuera en ello.

-  ¿Kheilam? - dijo Iruam extrañado al no ver a la chica.- Kheilam ¿Dónde estás?


Nadó hacia la orilla esperando encontrarla por entre las rocas o lugares con pequeña vegetación.

- Kheilam vamos, esto no tiene gracia y menos lo de cortar la cuerda para que lo tuviera aún más difícil. Tu y yo vamos a tener una....


No pudo terminar la frase pues encontró a Kheilam junto a una figura oscura y conocida que la tenía bien agarrada y amordazada.


- Vaya – dijo Valkyas - Ya es la tercera vez que nos vemos en una situación parecida Sheram.

- Valkyas – dijo Sheram con ira – te voy a...

- No, no , no – dijo negando con un dedo el viejo maestro – Creo que no estás en posición de amenazar, y si no, mejor te doy un recordatorio.


Hundió a Kheilam en las frías aguas de la cascada durante unos segundos, sacándola ahogándose y empapada completamente.

- Si no me entregas eso – dijo Valkyas – Me ocuparé de que tu novia sufra el peor de los tormentos.


Kheilam escupió al ser oscuro.

- No me das miedo engendro – dijo entre tos y tos.

- Yo quizas no mi pequeña hechicera – dijo riendo Valkyas – pero, ¿Qué me dices de ellos?


Toda la estancia estaba plagada de magos y mercenarios que apuntaban desde diferentes ángulos.

- No he encontrado nada ahí abajo Valkyas – dijo Iruam quien antes de salir, se había ocultado el broche que encontó en su ropa interior.

- Claro aprendiz, claro – dijo con voz calmada Valkyas – entonces, supongo que esto ha sido un malentendido.


Con una velocidad pasmosa lanzó a Kheilam al grupo de mercenarios mientras cogía a Iruam de los brazos contra una pared.

- Chicos – prosiguió Valkyas – es toda vuestra.


Le desgarraron el vestido y la túnica, la pusieron sin miramientos contra una roca, mientras el primero de los mercenarios comenzaba a desatarse los pantalones.

- Dime lo que quiero saber aprendiz – dijo Valkyas – Y a tu mujercita no le pasara nada. Sé que si te hago daño a ti directamente no obtendré mis respuestas pero, a través de un ser querido quizás estés más dispuesto a cooperar. No, mejor no te resistas, no podrás liberarte aprendiz.

- Kvothe – dijo Kheilam histérica – Ayudame por favor, díselo. No quiero que lo hagan Kvothe, por los dioses ayudame.

- Esta bien – dijo Iruam – esta bien, sueltame y te daré lo que buscas.


El ser oscuro soltó al mago y agarró a Kheilam susurrándole al oído: Traeme el artefacto, te estoy vigilando así que como intentes algo raro, te arrancaré la cabeza.

Lentamente Iruam se sacó el preciado objeto y se lo dio a Kheilam que con lágrimas en los ojos dijo “ lo siento” mientras retrocedía lentamente y entonces Iruam se dio cuenta de todo lo que pasaba. El semblante de Kheilam a medida que se alejaba de él y se acercaba a su viejo maestro cambiaba de la tristeza a la indiferencia y por último a la risa malvada y mofante.

- Siempre fuiste un incauto Kvothe – dijo Kheilam jugueteando con la reliquía.

- Kheilam ¿que... -empezó Iruam,

- … está pasando? - siguió Kheilam – ¿No lo ves querido?, o ¿es que aparte de bobo eres ciego?. Todo este tiempo, te hemos estado controlando. ¿Por qué crees que optamos a dejarte a tu aire y que alguien como yo surgiera de las sombras? Para que cooperaras querido, y ahora como ya tenemos las dos piezas, solo falta una y tú como leiste en las mismas tablas que te pusimos delante, descifraras su contenido y harás que encontremos lo que andamos buscando.

- Y un cuerno – dijo Valkyas – me prometiste que lo destrozaría cuando encontrara el broche. No lo necesitamos para hacer el ritual, menos aún para hallar el último artefacto. Quiero mi venganza.

- A su tiempo viejo – dijo Kheilam – a su tiempo podrás jugar con él.

- No, ahora

- Creo recordar que me tiraste desde muy alto Valkyas, y encima sin sentido. Si no te conociera diría que querías matarme y ahora te las das de gallito queriendo estar al mando. Recuerda quien te sacó de aquel asunto turbio que te hubiera costado la vida.

- No me das miedo bruja – dijo Valkyas – mis nuevos poderes podrían destruirte sin despeinarme.


El destello del orbe inundó la sala y la figura de Valkyas se empequeñeció hasta parecer la mitad de un hombre, calcinado y demacrado, dolorido y gimiendo en el suelo.

- Bien – dijo Kheilam vistiéndose – ya que hemos aclarado este asunto, pongámonos en marcha.

- ¿Cómo has podido? - dijo entonces Iruam despertando del sopor de el momento en que descubres en que te han traicionado.

- No es nada personal cielo – dijo con voz seria Kheilam – Solo era un medio para conseguir nuestros propósitos. Tú mismo quisiste llevar esto por las malas, y por las malas ha sido. Guardias, escoltad a nuestro invitado y procurad que su cabeza no sufra ningún daño, le necesitamos al cien por cien para que descifre el último enigma.


El circulo de mercenarios se cerró en torno a Iruam el cual solo le dio tiempo a lanzar un par de hechizos antes de que lo tiraran al suelo y de una paliza lo dejaran sin sentido. Lo cargaron de cadenas y lo encerraron en la mazmorra de un zepelin. Sabía que había fracasado. Le había fallado al Kirin Tor, pero sobre todo había fallado a su amada. La aeronave se perdía hacía un atardecer rojo sangre, hacia la oscuridad de la noche, una oscuridad tan negra como el futuro de nuestro héroe


Escrito por Iruam Sheram

sábado, 22 de junio de 2013

Vuelvo a casa (Parte 2)

(Click para leer la parte 1)


Las olas mecían suavemente “La Rosa de los Mares”, el señorial buque de Charlotte Leproux, que se encontraba anclado en la costa, en algún punto del sur de la Vega de Tuercespina. En la cubierta, los marineros, contagiados del buen tiempo y de la calma que se respiraba en el ambiente, se encontraban ociosos. Y en su camarote, tirada en la litera, se encontraba Múriel.

Tenía los ojos abiertos y miraba fijamente algún punto indeterminado del techo de madera. En su mente se repetían los acontecimientos vividos a raíz del suceso en la taberna de Bahía del Botín. Como respondiendo a una muda pregunta, su dolorido tobillo izquierdo, hinchado como una pelota de tenis, comenzó a palpitar. Ella, gimiendo levemente por el dolor, se incorporó.

Había estado rememorando en la última hora los sucesos de su juventud, y esto le había entristecido un poco. Había recordado su estancia en el orfanato, no siempre feliz; así como su paso como soldado por una de las múltiples Órdenes Militares que tenían su sede en la sureña capital de los humanos. Suspiró.

Acababa de salir del orfanato, y necesitaba urgentemente comenzar a ganarse la vida. Siempre había sido muy diestra en el manejo de armas desde que, en una de sus salidas nocturnas al Bosque de Elwynn, se había visto obligada a pasar la noche con un grupo de cazadores que se dirigían al sur. Uno de ellos, asombrado por las habilidades de la muchacha con el arco, le había regalado una magnífica pieza de arco corto. Ella, siendo fiel a su estilo, aceptó el regalo y prometió usarlo con dedicación.

Fue tras salir del Orfanato cuando vio el cartel, clavado en uno de los múltiples tablones de anuncios que, estratégicamente situados, mantenían a los habitantes de Ventormenta informados. Lo recordaba como si fuese ayer. El papiro de color claro y buen grosor denotaba una calidad superior, y los emblemas de la Orden y de la Alianza rubricaban el texto, con letras grandes y bonitas. “¡La Orden te necesita! ¡Lucha por la Luz, por el Rey y por la Alianza!” Se había dirigido al Cuartel General y se había alistado como tiradora. Y aunque no consiguió el ennoblecimiento como Caballero del Reino, al menos su pertenencia a la misma le había conseguido unos ahorros con los que ir tirando en tiempos de necesitad.

En este punto de sus pensamientos, Múriel notó como su garganta se secaba, y se levantó. Una garrafa de agua descansaba junto a la litera, y tras servir un poco en una jarra claveteada, lo bebió al trago casi. Miró por la claraboya y su mirada descansó por unos instantes en las olas que rompían casi con dulzura contra el casco de “La Rosa de los Mares”. Su pensamiento se fue automáticamente a él. Le había gustado tanto el mar…

Entornó los ojos y se sentó en la silla que descansaba en un rincón. Se colocó el pelo, y cuando quiso darse cuenta, dos gruesas lágrimas caían por sus mejillas. Se las secó, maldiciéndose a si misma por dejarse llevar por sus recuerdos. Lo había amado, si. Y mucho, pero ya había pasado mucho tiempo y su hija, ahora en Ventormenta a cargo de una de las hermanas del orfanato con la que más cariño y confianza tenía. Pero a pesar de todo había sido tan bonito…

Fue en su época como soldado. Él era el cocinero de uno de los batallones de la Orden, y así se conocieron. Múriel recordó con cariño y cierta nostalgia aquellas charlas durante los permisos bajo la luz de las estrellas, y como fue encariñándose con él, hasta que se enamoraron. Recordaba su rostro moreno, tostado por el sol, y su melena ondulada acariciada por el árido viento de Nethergarde. Allí se conocieron, se amaron y se prometieron en secreto, pues el matrimonio entre miembros de la Orden no estaba bien visto. Y así Múriel quedó en estado.

Tuvieron que tomar la difícil decisión sobre si seguir adelante y formar una familia o mantener el prestigio y el honor que el ser soldados les concedía. Pero la decisión fue unánime: a los pocos días de conocer el embarazo, ya en Ventormenta, presentaron ambos su renuncia, y esa misma noche un sacerdote los casó en una de las capillas laterales de la Magna Catedral de la Luz.



Al poco tiempo de la boda, un capitán amigo del señor Greene se embarcó con un regimiento para Theramore, y consiguió  que al joven lo contratasen  como cocinero. Múriel nunca había visto a su esposo tan ilusionado como cuando se hicieron a la mar: saltaba de un lugar a otro con la ilusión de un niño por la cubierta del barco. El viaje se hizo corto, y cuando llegaron a su nuevo hogar, se dedicaron a mantener viva la llama de su familia.  Allí nació Catherine. Y allí se encontraban cuando la pérfida Horda sitió la ciudad.

Ahora Múriel lloraba quedamente. Recordaba aquellos días a la perfección: Como antes del ataque final evacuaron a muchas mujeres y niños camino a tierras lejanas; como los hombres se habían quedado en su gran mayoría para defender la ciudad, entre ellos su esposo; y como también en su mayoría habían sido eliminados por aquella enorme explosión que acabó con los cimientos de la ciudad y con la neutralidad de Dalaran.





Tras levantarse, beber otro trago de agua y secarse las lágrimas, se llevó las manos a las sienes, que le palpitaban de dolor. Tras desechar de un plumazo el resto de sus recuerdos, se tumbó en la cama, dispuesta a descansar un poco. No lo logró.



Escrito por Muriel Greene

viernes, 21 de junio de 2013

Por una cerveza...

Giordano colocó una moneda de oro en la barra y la hizo girar. La chica que le atendía le dedicó una sonrisa y colocó una jarra de cerveza en la barra.

En ese mismo instante se hizo el silencio en la taberna, la puerta se abrió de forma estruendosa y entraron unos trol. Eran de piel azulona y no demasiado oscura, pero de una envergadura y tamaño comparable a los trols del bosque de las tribus Amani. Detrás de estos gorilas entraron caminando unos goblins, dos de ellos armados y el del medio con ropas y capa lujosas. Uno de los trols se acercó a la barra y tomó la jarra de Giordano, bebiéndose la mitad y arrojándole el resto a la camarera.

-Lo primero, esa cerveza era mía y creo que esa chica se merece una buena disculpa. - replicó Giordano calmadamente.
-Naide te ha pedio que hable', enclenque.
-Aprende a vocalizar la lengua de aquellos a los que tarde o temprano tendrás que suplicar clemencia, antes de presumir de bravuconearía...
-¡Tu' palabra' me re'valan como el agua cuando llueve! - el trol le dio un empujón a Giordano, el cual simplemente ignoró al trol y se dio la vuelta. El trol no se quedó quieto y lanzó un escupitajo a la nuca de Giordano.

Giordano se echó la mano al bolsillo de su chaqueta y sacó un pañuelo para limpiarse la nuca, acto seguido se lo lanzó a la cara al trol y comenzó una danza bélica que apena duró unos segundos.
El trol al verse agredido lanzó un golpe directo de izquierda que Giordano bloqueó sin problemas, devolvió el golpe con un cruzado a la mejilla izquierda y golpeo con las palmas abiertas las orejas del trol. Aturdido, el trol, intentó un derechazo que bloqueó Giordano fácilmente con el codo y golpeó su abdomen, bloqueó la izquierda del trol y castigó su mandíbula con el mismo codo que paró el derechazo sin darle tiempo antes de lanzar un gancho de nuevo a la mandíbula, golpear fuertemente las costillas y golpear la mandíbula de un fuerte golpe que le provocó la ruptura por completo. Remató la acción dándole una fuerte patada en el diafragma.

La taberna al completo quedó silenciada, había noqueado a uno de los matones de uno de los tratantes de gladiadores más famoso del Cártel Pantoque. Giordano clavó su mirada en los otros dos trols y los dos goblins armados, al tiempo que desenvainaba la espada que le había forjado y regalado Marther.

Uno de los trols inició la carga contra el almirante, quien espada en mano viró hacia su derecha y la clavó en la espalda del trol atravesándole el corazón. El otro trol avanzó junto a los dos goblins empuñando un gran hacha. Los goblins flanquearon a Giordano y quisieron tenderle una emboscada, les esquivó y empujó uno contra otro. El trol dio un barrido con el hacha, llevándose por delante a los goblins. El trol, para presumir de fuerza se colocó delante de Giordano y le gritó a la cara, este le degolló sin más miramiento, dejando un largo reguero de sangre y una conmoción considerable en la taberna.

-¡¿Alguien más quiere luchar?! - gritó con furia, pero poco le duró la euforia cuando fue noqueado de un botellazo en la cabeza, por el tratante de gladiadores.
-¡Jejeje! Este tipo me va a hacer de oro en Gagedzan ¡Jajaja! - el goblin se frotó las manos y lanzó una bolsa de oro a unos tipos de la taberna quienes ayudaron a amordazar y atar con cuerdas a Giordano, quien fue embarcado hacia Tanaris, como propiedad del goblin para ejercer de gladiador.




miércoles, 19 de junio de 2013

Llegan los Dados

Tras comentarlo con los oficiales de la hermandad hemos decidido implantar un sistema de combate a dados! 
A diferencia de otros sistemas que hemos visto, el método que vamos a usar será muy sencillo, dinámico y divertido. A continuación lo explicaremos detenidamente, pero antes empecemos por lo básico:

1. CONOCIMIENTOS BÁSICOS

El combate a dados es una lucha por turnos entre varios personajes. El combate en sí está determinado por el número sacado al tirar dados. Normalmente hay dos turnos, en uno se ataca y en el otro se defiende. La finalidad consiste en sacar mayor puntuación que tu contrincante en cada turno.



A la hora de atacar/defender:

Primero se elegirá el ataque y tras tirar dados pueden ocurrir varias cosas:

1- El personaje atacante saca mayor puntuación que el atacado, con lo cual este último pierde vida.
2- El personaje atacante saca menor puntuación que el atacado, con lo cual este ultimo para o esquiva el ataque y no recibe daño.

Tras ésto finalizará el turno y cambiarán las tornas de los personajes.
El número de vidas de cada personaje se elige según sus integrantes, grupos,... al igual que el rango de la tirada de dados.

Nosotros tiraremos dados en el rango 1-20, siendo 10 la mitad. 
Las vidas que tendrán nuestros personajes será de 7 vidas (actualizado) al principio, y en cuanto a los enemigos dependerá de cada uno.


2. TIPOS DE ATAQUES QUE USAREMOS

Nuestros ataques servirán principalmente para aumentar el resultado de nuestra tirada o disminuir la de nuestro contrincante, haciendo esto mas sencillo que la suma de estadísticas individuales.

Ataques
Los ataques solo se usan en el turno de atacar. 
Si el personaje no posee hechizos usará el método de ataque automático (tirar dados 1-20 sin bonificaciones).
Al lanzar un hechizo se sumará la cantidad extra del hechizo a la tirada obtenida de ese personaje.
Al lanzar una maldición con éxito, ésta restará la cantidad al enemigo en sus próximas tiradas.
Si la tirada mas las bonificaciones sumadas superan la cantidad obtenida del contrincante se le hará daño (perderá una vida).
Tipos de ataques: ofensivos, maldición, stun, buffos...

Curaciones
Las curaciones solo se usan en el turno de atacar.
Para usar una curación, el enemigo no interferirá en la acción excepto en ocasiones especiales.
El personajes tirará dados 1-20, si la cantidad obtenida es 10 o más, la curación se ha realizado con éxito, en caso contrario se falla. (Hay ataques especiales que pueden modificar el rango de acierto o fallo)

Defensa
Los hechizos de defensa solo podrán usarse en el turno de defensa.
Si el personaje no posee hechizos de defensa, usará esquivar o parar (tirar dados 1-20 sin bonificaciones).
Los hechizos de defensa aumentarán tu tirada en el turno de defender.
Si el resultado de tu tirada al defender es mayor que la del atacante entonces paras, esquivas, absorbes,.. el ataque y no recibes daño.
Si el resultado de tu tirada al defender es menor que la del atacante entonces recibirás daño perdiendo una vida.
Tipos de defensa: escudos, ataques defensivos, silenciadores,...

Tiradas especiales
Combos e Intervenir: punto 4 y 5 (más abajo)
Si sacas 1 en tirada al atacar: pifias y te dañas a ti mismo una vida
Si sacas 1 en tirada al defender: no ocurre nada
Si sacas 20 en tirada al atacar: haces crítico y quitas dos vidas en vez de una
Si sacas 25 (con bonificaciones) en tirada al atacar: haces crítico y quitas tres vidas en vez de una
Si sacas 20 en tirada al defender: no ocurre nada
Si ambos sacan la misma puntuación con las bonificaciones sumadas, se desempatará tirando dados nuevamente. Las pifias o críticos no será aplicadas si son obtenidas en la tirada de desempate.

3. NUESTROS ATAQUES, NUESTRO MÉTODO

Antes de combatir deberemos crear una ficha sobre los ataques de nuestro personaje. 
Cada uno elegirá cuatro ataques que use su clase en el wow, los cuales podrá repartir entre ataques ofensivos, curaciones o defensas. 
3 serán habilidades básicas y 1 será una habilidad más poderosa.
Cada personaje poseerá un ataque especial de ''combo'' y uno de ''intervenir'' que usara conjuntamente con otro pj. Estos ataques no contará entre los 4 elegidos, lo poseerán todos los pjs automáticamente.
Una vez elegidas las habilidades el master rol creará la función que estas habilidades tendrán en el combate.
Cada personajes puede tener distintos ataques incluso siendo la misma clase.
Las habilidades elegidas quedarán ancladas una vez hayan sido elegidas por el jugador, la única forma de modificarlas es mediante oro.
Cuando un personaje pierde todas sus vidas queda fuera del combate (onrol cae inconsciente)

*Invirtiendo oro podrás mejorar, cambiar o añadir nuevos ataques tanto básicos como poderosos, sin embargo cada ficha tendrá un límite de habilidades que se podrán añadir. El límite es el siguiente:

4 habilidades básicas (con un máximo de una mejora por habilidad)
2 habilidades poderosas (con un máximo de una mejora por habilidad)

Aún así, será posible aumentar este límite mediante oro en la ciudadela.


4. ATAQUES COMBO

Este tipo de ataque aparecerá por defecto en todas las fichas, ya sean personalizadas o fichas básicas.
El ataque combo cuenta como un ataque básico. Su función es la de conseguir obtener una alta bonificación entre dos personajes que favorezca a ambos dependiendo de la afinidad de éstos.

Nivel de afinidad
Los distintos niveles de afinidad que hasta ahora conocíamos han sido eliminados. Ahora los combos tan solo se pueden realizar con dos personajes con los que tengan buena relación, y la bonificación siempre será 3-5.
Este cambio no debería representar problema alguno ya que hasta ahora siempre realizábamos los combos con personajes con los que mantuviéramos afinidad máxima.

Combo Los personajes que posean este nivel de afinidad podrán realizar un combo. El personaje que solicita el combo tan solo deberá esperar a que su compañero realice una tirada 3-5. La bonificación obtenida por el personaje ayudante se sumará a la tirada 1-20 que realizará el personaje que solicita el combo.
Tan solo es posible solicitar 1 combo por combate, pero es posible ayudar a varios en un mismo combate.

Triple Combo Es identico al combo excepto porque participan tres personjes. El personaje que solicita el combo tan solo deberá esperar a que dos de sus compañeros realice una tirada 3-5 cada uno. La bonificación obtenida por los personajes ayudantes se sumará a la tirada 1-20 que realizará el personaje que solicita el combo.
Tan solo es posible solicitar 1 triple combo por combate, pero es posible ayudar a varios en un mismo combate, además el combo y el triple combo no comparten reutilización.

Para saber que nivel de afinidad tiene un personaje con sus compañeros aparecerá reflejado en la ficha de ese personaje. 
Tan sólo se mostrarán los dos personajes con los que mantiene una relación máxima ya que las relaciones Buena, Neutral o Mala han sido eliminadas y ya no realizan combo.
Si un personaje usa una ficha básica, será el master quien dicte en el combate la relación con sus compañeros, en el caso de los Doe, todos los miembros de la casa pueden optar a combo con sus compañeros.

Podrán realizarse combos tanto para atacar (entre cualquier personaje), sanar (entre Healers) o defender (en el caso de los Tanques entre ellos)

En caso de crítico al usar combo:
-Al dañar: quitará una vida extra al enemigo
-Al sanar: sanará una vida extra al objetivo
-Al defender: se protegerá del ataque sea cual sea la tirada enemiga.

5. HABILIDAD INTERVENIR

Este tipo de habilidad defensiva aparecerá por defecto en todas las fichas, ya sean personalizadas o fichas básicas.
La habilidad intervenir cuenta como una habilidad defensiva básica. Su función es la de conseguir evitar que otro personaje reciba daño interponiéndote al ataque del enemigo.

En un combate normal, cuando un enemigo ataque a un personaje del grupo, si éste falla en su tirada de defensa, otro personaje podrá intentar interceptar el ataque realizando una tirada normal 1-20. 
Si el resultado es mayor que el ataque enemigo entonces dicho ataque será bloqueado evitando que ninguno reciba daño. 
Sin el resultado es menor que el ataque enemigo entonces el personaje que ha usado la habilidad intervenir será quien reciba el daño en vez del personaje hacia quien iba dirigido el ataque.


6. ARMAS

Anteriormente hemos presenciado como en las fichas personalizadas se añadían artefactos especiales, que realizaban algo diferente (paralizar, incapacitar..) o bien aumentaba la bonificación considerablemente. Las armas podrían ser algo parecido a estos artefactos que hemos visto pero con notables diferencias.

Existen dos tipos de armas, o mejor dicho, tan solo añadiremos a las fichas dos tipos de armas: armas Épicas y armas Legendarias
Tanto unas como otras serán extremadamente difíciles de conseguir on rol, algunas incluso tendrán requisito o solo podrá ser usada por una clase específica, así pues pocos personajes llegarán a tenerlas. Estas armas no tendrán nada que ver con las que llevemos equipadas en el personajes, me explico: podemos llevar un arma épica equipada pero no constar on rol como tal y viceversa.

El funcionamiento de las armas es el siguiente: cada arma realizará algo especial cuando su portador haya obtenido la puntuación exigida por el arma. La mayoría de armas se activarán al hacer critico, osea habiendo obtenido 20 o más en una tirada (con bonificaciones o sin ellas), pero también habrá excepciones: pueden haber armas que activen su habilidad especial al obtener una tirada de más de 22, una tirada de 15 exacto o incluso al obtener 1 en una tirada.

Armas Épicas: las armas épicas son inferiores a las legendarias. Al obtener un arma épica, esta se añadirá a la ficha del personaje que la ha obtenido. Las armas épicas no realizan daño extra, sus habilidades consisten en incapacitar, confundir, atemorizar, y un largo etc, al enemigo que se había atacado. Las armas épicas pueden romperse si pierden su durabilidad. Cada evento en el cual se combata, se perderá 1 punto de durabilidad de dicha arma. Si esto ocurriese el arma se rompería (existen habilidades para restaurarlas o repararlas en la ciudadela). Este tipo de armas puede conseguirse on rol en ocasiones especiales.
Ejemplos de armas épicas:


Lamento de Kashadia: Al realizar un hechizo ofensivo crítico, el Lamento de Kashadia incapacitará mentalmente al enemigo manteniéndolo un turno sin poder atacar o defender.
Este arma contiene parte del alma de Kashadia, actualmente pertenece a Thilane Strange.

Ira de Kashadia: Al realizar un ataque ofensivo crítico, la Ira de Kashadia aterrará al enemigo manteniéndolo un turno sin poder atacar o defender.
Este arma contiene parte del alma de Kashadia, actualmente pertenece a Ody Vercetti.


Armas Legendarias: este tipo de armas son superiores a las épicas, y como tal son indestructibles (al menos durante el combate, on rol podrían ser destruidas, robadas, perdidas..). Las armas legendarias realizarán daño extra en la mayoría de las veces, aunque habrá excepciones. Este tipo de armas son muy (pero que muy) difíciles de conseguir. Ningún arma legendaria que ya exista en el juego será obtenida on rol, esto quiere decir que las armas legendarias que encontremos serán invenciones de nuestra propia trama.
Ejemplo de arma legendaria:


Hoja de luz: Al realizar un ataque ofensivo crítico, la Hoja de luz dañará al enemigo cuantas vidas esté dispuesto a sacrificar su portador (ej: si su portador decide quitar 4 vidas al enemigo, él mismo perderá otras 4 vidas). Si el portador perdiera todas sus vidas de esta forma éste moriría en vez de caer inconsciente.
Este arma fue la usada por Caleb Vercetti para derrotar a Lionell Sheram, actualmente pertenece a la orden draenei Lágrimas de Argus.

Tanto en las armas épicas como en las legendarias, es posible transformar su efecto a la hora de que realicen su acción, o dicho de otra forma, cambiar su encantamiento. Todo esto podrá hacerse en el ''Estudio de encantamiento'' de la ciudadela.

7. RECOMPENSAS 

La ciudadela abre sus puertas!
Después del experimento ''La torre de cristal'' y ''la camara de las recompensas'', llega La Ciudadela.
Hasta ahora la única manera de conseguir puntos era esperar a terminar el capitulo actual, pero poco a poco hemos ido cambiando esa idea hasta la actual. Los puntos ahora son oro, y lo que antes era una pestaña en el blog, ahora es un lugar físico en el juego.

El oro seguirá acumulándose como los puntos, siendo posible canjearlos en cualquiera de los personajes del jugador. Actualmente con este oro se puede conseguir armas, materiales,... sin embargo una novedad es que ahora podemos conseguir oro trabajando o vendiendo en la ciudadela. De esta forma no solo tenemos que esperar a terminar el capítulo para conseguir oro, sino que da mucho más juego a la hora de comerciar entre personajes y respectivos vendedores.

Los puntos se irán acumulando al jugador, siendo posible el canjearlos en cualquiera de las fichas de las que disponga éste. Actualmente con estos puntos pueden comprarse armas, habilidades, afinidades, combos, vidas... Pero poco a poco añadiremos más opciones para personalizar vuestras fichas.

Enlace informativo de la función de la ciudadela:


http://laordeneterna.blogspot.com.es/2015/01/bienvenidos-la-ciudadela.html

Enlace a La Ciudadela:

http://laordeneternarol.blogspot.com.es/2014/01/sala-de-los-premios.html

*Los jugadores que no posean ficha personalizada también acumularán oro que en un futuro se podrán canjear cuando dispongan de una ficha.
** El oro representa solo la parte que el personaje puede invertir, no el oro que posea on rol en su totalidad.

8. TALENTOS O ESPECIALIDAD

Esta novedad aporta un gran cambio a las fichas de personajes, especializando o haciendo únicas cada una de las fichas. Los talentos estarán representados por tres variantes que conformarán las especialidades de cada clase. Estos talentos serán muy útiles y tendrán un uso exclusivo tanto para combates como para fuera de combates. 

Cada personaje podrá activar mediante oro tan solo uno de los talentos que posea su clase, aunque en estos momentos solo existen 3 variantes de talentos posibles, en un futuro se añadirán más a cada una de las clases.

Enlace a la página de clases:

http://laordeneternarol.blogspot.com.es/2014/11/clases.html

9. NUEVAS CLASES

¡Por fin se pueden añadir nuevas clases! Si, tal como habeis oido, ahora además de las once clases que aporta el juego, poco a poco iremos añadiendo más y más clases totalmente nuevas. Estas clases serán elegidas de una forma específica ya sea por votación o necesidad de los jugadores para representar alguno de éstos.

Las clases se beneficiarán en un principio de habilidades de otras clases, siendo capaces los jugadores por primera vez de elegir habilidades y mezclarlas de varias clases existentes.
Las nuevas clases poseerán también sus propios talentos e incluso habilidades especiales, para cambiar tu clase a una nueva o crear un personaje desde cero con una de ellas, deberás invertir oro en la ciudadela.

10. PERSONAJES AYUDANTES (Novedad)

En el siguiente enlace podrás ver una breve explicación de en que consiste:
http://laordeneterna.blogspot.com.es/2015/05/novedad-personajes-de-apoyo.html

Así pues, los ayudantes pasarán a partir de ahora a formar parte de nuestras filas a lo largo de los capítulos que se crean necesarios hasta que la idea esté finalmente implantada. 
Para ello, cada personaje contará con un número de ayudantes que podrán apoyar tanto a él como a su grupo en los combates venideros. En principio cada personaje principal podrá obtener hasta un máximo de 3 ayudantes que podrán ser Dps, Healer, Tanque o Apoyo, dependiendo de la función del Npc en cuestión.

Al inicio de cada turno, se tirará un dado con el número de jugadores existentes, siendo el resultado obtenido el que representará a uno de los asistentes que será el encargado de elegir cuales de sus ayudantes realizará la acción. En el caso de poseer más de un ayudante o habilidad, el jugador responsable elegido será el que decida que hará su ayudante.

Cada vez que un ayudante ataque (en principio acierte el ataque o no), obtendrá un punto de experiencia. La experiencia servirá a los personajes ayudantes para aumentar de rango, lo que conllevará a un aumento automático y gratuito de sus habilidades. A continuación aparecerán los rangos existentes con un ejemplo (cada vez que un pj asciende de rango, su puntos de exp se resetean):

-Thomas Alexston: +1 en tirada de ataque. (30 puntos de exp. para ascender de rango)
     La calidad del ayudante es blanca (común), así que sus habilidades son bastante débiles, deberá ascender al siguiente nivel para aumentar su poder.

-Thomas Alexston: +2 en tirada de ataque. (50 puntos de exp para ascender de rango)
     La calidad del ayudante es verde (buena), así que sus habilidades han mejorado hasta alcanzar el nivel de un ataque básico, obteniendo +1 en su ataque automáticamente tras subir de rango.

-Thomas Alexston: +3 en tirada de ataque. (70 puntos de exp para ascender de rango)
      La calidad del ayudante es azul (raro/muy buena), así que poseerá el equivalente a un ataque mejorado una vez. Tras alcanzar este nivel, su ataque básico ha obtenido otra vez +1.

-Thomas Alexston: +3 en tirada de ataque / Habilidad especial de personaje (100 puntos para obtener una insignia de ayudante)
       El ayudante se ha convertido en un personaje de nivel épico, obteniendo así una habilidad única especial dependiendo de su clase y función. Además, alcanzado este nivel que será el rango máximo obtenible, se desbloqueará el resto de opciones de la Ciudadela para comprar o mejorar a este ayudante.

Cuando un personaje llega a épico, el jugador podrá adquirir a cambio de oro, ventajas y mejoras únicamente para ese ayudante, sin embargo, su ayudante seguirá obteniendo experiencia que hará que cada vez que alcance el máximo (100 puntos de exp) otorgue una insignia que se usará para adquisiciones de ayudantes sustituyendo el oro.
También existirá la opción de comprar o reclutar nuevos ayudantes con diferentes funciones y habilidades tanto por oro, insignias o mediante justificación on rol.

Existe un último rango de ayudantes, el rango legendario. Este rango será inaccesible por los jugadores, a excepción de aquellos personajes que aparezcan en la trama los cuales ya lo poseerán. Los personajes legendarios cuentan con habilidades y ataques poderosos pero tan solo participarán en contadas ocasiones.

-Nizdorni
+15 en tirada de ataque. 
Habilidad especial: cuando un miembro del grupo realice un crítico en el siguiente turno, Nizdorni paralizará al enemigo sin que pueda atacar o defender

Los alters también ejercerán como ayudantes, sin embargo poseerán los ataques de sus fichas y el rango será el equivalente a las mejoras de ésta. Aunque los alters no subirán de rango con experiencia, al llegar a épico conseguirán puntos de experiencia para obtener insignias de ayudante.

En la siguiente página podréis ver el listado de ayudantes disponibles:
http://laordeneternarol.blogspot.com.es/2015/05/primera-plantilla-de-ayudantes.html


11. EJEMPLO DE FICHAS
Haciendo click al enlace podéis ver las fichas de los personajes de La Orden Eterna.

http://laordeneterna.blogspot.com.es/p/dados.html


12. SUGERENCIAS

Para cualquier duda, sugerencia o para enviar vuestras habilidades ya elegidas, mandad un mensaje a laordeneterna@gmail.com



miércoles, 12 de junio de 2013

Tenemos trailer y cartel de la Orden de los mares!






Como todo capítulo digno de merecer os presento el vídeo y el cartel correpondientes a la Orden de los Mares!!!

Espero que os guste y lo disfrutéis!!


viernes, 7 de junio de 2013

Vuelvo a casa (Parte 1)

   La pequeña casita se encontraba a las afueras de la capital, entre las granjas donde los granjeros abastecían de productos a los ciudadanos. Era apenas una pequeña habitación, con una cama grande, una mesa con su correspondiente silla, un armario y un arcón; no obstante, aquel cuchitril era lo más parecido a un hogar que había tenido en los últimos tiempos. 
Se encontraba dormida en la cama, abrazada a su tesoro más preciado, cuando entre sueños notó un tenue sonido que iba aumentando en intensidad: “Pom, pom, pom”. Parecía una de las espadas de madera con las que jugaba en el orfanato golpeando contra otra superficie del mismo material. “Pom, pom, pom”. Fuera, la tormenta arreciaba, descargando sobre el páramo toda su inusitada furia, mientras el viento feroz amenazaba con arrancar de cuajo los árboles y los cultivos. De fondo, el ya familiar sonido: “Pom, pom, pom”.  Se oyó un trueno y algo la sujetó de la muñeca de manera clara y precisa. Se despertó sobresaltada y su primer impulso fue el de buscar su espada, pero se contuvo al oír una muy querida voz: “Mami, susto”. Se levantó a tientas y encendió el candil. Tras barrer la pequeña sala con la mirada, reparó en el sonido que había estado escuchando. No eran juguetes de su infancia, ni enemigos que venían para acabar con ella; lo que producía aquel sonido acompasado era el batiente de la ventana vapuleado por el viento, chocando una y otra vez contra el marco de madera. Resopló, y tras levantarse, aseguró las maderas con una cuña que había descansado en la mesita. Se volvió a la cama, y contempló a su hija con el afecto que únicamente una persona que ha dado a luz conoce.  “¿Ves como no pasa nada, mi amor? Era solamente el viento” le pasó el brazo sobre los hombros y la atrajo hacia sí.  “Tengo susto” repitió la niña, abrazándose a su madre. Esta le devolvió el abrazo y la acurrucó contra ella, comenzando una dulce melodía que había escuchado hacía muchos años, en un lugar y tiempo imprecisos.  Volvió a mirar a la niña, que había cerrado los ojos, dispuesta a quedarse dormida. 
La pequeña Catherine era todo lo que le quedaba de su vida pasada. Era una pequeña de dos años y medio de edad, rubita y guapetona, de carrillos sonrosados y un pelo liso usualmente recogido en una coleta, con un lazo rosa. La pequeña le había devuelto las ganas de vivir tras el incidente, pero se las veía y se las deseaba para poder sacarla adelante ella sola. Por las mañanas la dejaba con su vecina mientras se desplazaba a casa de unas señoras, donde ganaba unas monedas haciéndoles las tareas domésticas. Por la tarde comenzaba el casi místico ritual de siempre: le lavaba la cara y le acicalaba la ropa; la peinaba y le ponía los pequeños zapatitos que una generosa señora le había regalado; y tras cogerla de la mano salían juntas a hacer los recados. Así estaba ocurriendo en este preciso momento.
 Se esforzaba en disfrutar cada uno de los segundos que pasaba con su hija, además de hacer que esta los disfrutaba: ella misma no había podido mantener una relación con sus padres, pues era hija del orfanato. Nunca había indagado demasiado, pues conocía que era una tarea casi imposible el averiguar el paradero de sus padres; no obstante, una tarde, con quince años, preguntó a una de las hermanas que lo atendían. Su respuesta, sorprendentemente, no fue evasiva como esperaba: Quizá su excelente comportamiento a lo largo de su estancia en la institución le habían granjeado la confianza de sus cuidadoras, o quizá dio la casualidad que la hermana que se encontraba de guardia aquella noche había desarrollado un cariño hacia la chica casi maternal, el caso es que la vieja hermana contó a la entonces pequeña que sus padres la habían abandonado con cerca de dos años en la puerta del orfanato, sin nada que decir y sin nada que preguntar. “Un error más en la vida de alguien, eso es lo que soy” llegó a pensar muchas veces, cuando creía que su vida no tenía sentido.
Los pensamientos de la chica habían ocupado su mente por completo. Su mente dejó de bucear en sus recuerdos para centrar su atención en su hija. En estos momentos la pequeña, de la mano de su madre, tarareaba una cancioncilla pegadiza que la hizo sonreír de alegría. Miró a su alrededor. Habían llegado al riachuelo que separaba las granjas de la ciudad propiamente dicha, y más concretamente de la zona donde se encontraba la tienda donde hacían sus compras. Cuando madre e hija pasaron por el pequeño puente que vadeaba el arroyo, la chica no pudo evitar contemplar el reflejo que el agua le devolvía. En el agua se veía una figura bajita y bien formada, aunque sin rayar en la gordura. Sus mejillas denotaban salud, y sus profundos ojos verdes tenían encendida la chispa de la vitalidad. La cabellera rubia estaba recogida pulcramente en una cola de caballo cerrada con un bonito cordel rojo, y en ambas orejas dos aritos dorados brillaban bajo el sol de junio. Su boca siempre estaba predispuesta a la sonrisa, y a veces dejaba ver parte de la punta de la lengua, sobre todo cuando ella hacía uso de una excesiva concentración. Miró su vestido. Usado, pero limpio y bien cuidado, era una pieza de lino del barato. Sus zapatos, lo mismo. Nunca había sido muy rica, pero había sabido ser pulcra. Se encogió de hombros para sí misma y siguió caminando con su pequeña de la mano, mientras en el cielo los pájaros trinaban con su alegre melodía. 
Llegaron a la puerta de la ciudad. La muralla proyectaba sus sombras alargadas que proporcionaban al viajero un suspiro frente al calor. Ambas, madre e hija, atravesaron a paso ligero la puerta y se mezclaron con el bullicio de la ciudad. A pesar de ser media tarde, la ciudad burbujeaba en un inmenso caldero que era la calle principal, mientras los distintos ingredientes que eran las personas se mezclaban en una composición culinaria de relaciones sociales. Los había de todo tipo: comerciantes intentando vender los más exóticos y raros productos; guardias que patrullaban la zona con la calma que da saber que la gente a tu alrededor es de confianza; grupos de mujeres u hombres que caminaban juntos, intercambiando palabras, camino a sus quehaceres… Y un sinfín de ejemplos más. Tras caminar unos metros e intercambiar unos cuantos saludos, entró a la tienda de especias. Los productos, cuidadosamente expuestos, la saludaron con un silencioso aroma. El olor a tomillo, a laurel y a hierbabuena subía por sus fosas nasales a la par que ella se acercaba a los recipientes. Había también botes de hierbas con olores más fuertes y que no se atrevía a oler siquiera, como aquella que, según el Harry, el dueño del local, un contrabandista le había traído desde las lejanas tierras de la selva que cubría todo el sur. Tras coger un pellizco de hierbabuena, se lo puso bajo la nariz a la pequeña Catherine. Esta arrugó el morro y bizqueó, impresionada por la fuerza del aroma, lo que produjo que su madre soltase una leve carcajada y la cogiese en brazos. Tras plantarle un beso en la mejilla y volverla a dejar en el suelo, se paseó por las estanterías, tomando lo que había venido a buscar, y se dirigió acto seguido al mostrador. Harry la miró detrás de sus gruesas lentes, y tras hacer el cálculo  y atusarse el ancho bigote de mariscal que adornaba su labio superior, dijo una cifra. La chica asintió. “Apúntamelo en mi cuenta, Harry”. El hombre sonrió y dijo que sí con la cabeza. Acto seguido sacó un pequeño libro con las pastas acartonadas, y tras coger un pequeño carboncillo, anotó, leyendo en voz alta: “Quince monedas de plata. Señora Greene”. La chica soltó un bufido divertido y miró inquisitivamente al hombre que estaba tras el mostrador. De sus labios brotó la risa, a la par que le decía: “Te lo he dicho, Harry. No me llames señora Greene. ¡Llámame Múriel!”



Escrito por Muriel Greene

lunes, 3 de junio de 2013

El día del juicio (Parte 2)

   Desde el largo pasillo podía oírse el barullo que tenía lugar en la sala donde se estaba celebrando el juicio. Hacía solo unos minutos que habían declarado culpable no solo a Chantalle sino a Giordano y Adalberth como traidores.

Daelian Withestorm irrumpió en la sala. La joven llevaba una larga melena blanca suelta a diferencia que de costumbre, vestía una toga de colores claros y unos zapatos de tacón que con el sonido de las pisadas logro enmudecer momentáneamente el jaleo hasta que se detuvo en mitad de sala. Tanto Chantalle como el resto de los miembros de la orden respiraron esperanzados al verla llegar, mas sus caras cambiaron radicalmente cuando vieron lo que traía consigo. 
Un caballero de la muerte entró a la sala tras ella acompañado de varios soldados más que arrastraban a Giordano. Cuando los caballeros dejaron caer bruscamente a Giordano, que estaba atado de manos con grilletes y parecía haber sufrido algún que otro golpe en la cara, tanto el jurado como el grupo formado por nobles comenzaron las disputas entre ellos.
Daelian realizó una reverencia ante el juez y pidió disculpas a los allí presentes por  la irrupción.
- Os traigo una petición que deberíais tener en cuenta mi señoría.- y seguidamente se acercó a entregarle un pergamino sellado con el símbolo formado por el ojo del Kirin Tor.
- ¿De qué se trata?- preguntó el fiscal Hudson que se encontraba bastante nervioso en esos momentos.
El juez desenrolló el pergamino, mientras tanto Adalberth permanecía en silencio  y Chantalle estaba junto a Giordano que acababa de recuperar la compostura. 
Daelian anunció al resto de los allí presentes el contenido del pergamino en voz alta:
- Si bien el asesinato cometido por estos traidores ha sido claramente una desgracia, los delitos que acarrean tanto Lady Chantalle Leproux, y los señores Lord Adalberth Selwyn y Lord Giordano Levi van mucho mas allá de un simple, pero no por ello menos importante, asesinato. Según investigaciones realizadas, podemos asegurar que el grupo estaba al mando de un aquelarre.- Daelian miró a su alrededor y pudo observar como los allí presentes cuchicheaban sorprendidos por las palabras de la maga.- Es por eso que por orden suprema del Kirin Tor, los traidores serán encarcelados en el bastión violeta.
- ¡Imposible!-exclamó el fiscal.- ¡Gente de esta calaña debe de ser decapitada inmediatamente!
- La orden es bastante clara mi señoría.- dijo Daelian sin mirar al fiscal Hudson.- De terminar con la vida de estos traidores, que sería lo que realmente merecen, su aquelarre simplemente cambiaría de líder. Para erradicar el problema de raíz debemos conseguir información que solo ellos conocen.
- Aunque comprendo la importancia de la situación.- dijo el juez levantando la vista hacia la maga.- La carta no está firmada por Lady Valiente, con lo cual no puedo concederos lo que aquí figura.
- Es obvio que no está firmada por Lady Valiente, ¿Acaso en Ventormenta no se os informa de los problemas que sufre el Kirin Tor actualmente? Sin embargo está firmada por el archimago Frederic Kheerne, creo que es razón mas que suficiente para demostrar la veracidad de la misiva, si es lo que os preocupa.

En ese momento tanto Marther como Thilane bajaron la mirada hacia el allí presente Frederic.
-¿Me veis firmando cartas?- dijo mientras levantaba la pata.
-¿Qué intenta con todo esto?- susurró Thilane
- Cambiar el resultado.- respondió Marther
- No tengo claro si a mejor o a peor
- Es algo que sabremos con el tiempo.- respondió Frederic

El juez resopló resignado mientras el fiscal parecía cada vez mas nervioso y la multitud esperaba impaciente el resultado.
- Como comprenderás joven, no podemos dejar el destino de los acusados en manos de cualquiera. En caso de ser trasladados hasta Dalarán, ¿Quien cumplirá tal importante tarea?
- Yo misma, señoría.- Dijo Daelian orgullosamente.
- ¿Y quien sois vos si puede saberse?- Dijo el fiscal desconfiando de las palabras de la maga.
Daelian fulminó con la mirada al fiscal Hudson.
-Mi señoría no estará diciendo que esta...cría que aparece aquí de la nada trasladará a los prisioneros hasta...-dijo el fiscal que intentaba burlarse de la maga fue interrumpido rápidamente por esta.
- Soy Lady Daelian Whitestorm, de la casa Whitestorm.- el fiscal guardó silencio y miró al juez.
- Honorable casa allá donde las haya.- respondió el juez asintiendo
- Así es mi señoría  nuestra casa siempre ha guardado lealtad a la corona, incluso en los tiempos más difíciles.- Entonces se giró hacia el caballero de la muerte que la acompañaba.
El enigmático caballero se liberó del oscuro casco que le tapaba el rostros y descubrió un blanquecino rostro y una larga cabellera blanca.
- Tanto mi hermano como yo podemos ocuparnos fácilmente de esta tarea, aunque claro está que algunos caballeros como aportación nos facilitarían las cosas.
El juez se reclinó en su larga silla y observó pensativamente tanto al fiscal como a la maga.
- Por orden suprema.- el juez puso los ojos en blanco a tono de burla al decir estas últimas palabras.- del Kirin tor, Lady Chantalle Leproux, Lord Adalberth Selwyn y Lord Giordano Levi será trasladados a la prisión de Dalaran, El bastón violeta.- El juez hizo sonar el martillo y se levantó caminando rápidamente hacia la sala donde habían estado anteriormente. El fiscal fulminó con la mirada a Daelian y seguidamente siguió los pasos del juez.
Los nobles comenzaron a enzarzarse nuevamente en discusiones acaloradas. El caballero de la muerte agarró fuertemente a Giordano del brazo y varios caballeros colocaron grilletes tanto a Chantalle como a Adalberth. 
Marther y Thilane se acercaron rápidamente a Daelian pero esta pasó altivamente sin ni siquiera desviar la mirada.
El grupo escoltado por al menos una decena de caballeros, llevaban a los presos hasta las mazmorras de Ventormenta, donde pasarían la noche hasta el día siguiente, en el que partirían hacia los baldíos helados de Rasganorte.
Cuando llegaron hasta la entrada de las mazmorras, Giordano en un ágil movimiento se soltó del brazo que le sujetaba y se plantó ante Daelian acorralándola. 
- ¿A que estás jugando traidora?- dijo Giordano en voz baja mientras la agarraba del brazo.
El caballero de la muerte rozó su fría espada por el cuello del almirante. Daelian miró a su hermano y este separó la espada de Giordano.
- ¿Traidora?- preguntó Daelian mientras miraba a Giordano fijamente.- Yo no he traicionado a nadie, ni siquiera pertenezco a vuestra orden.-susurró a su oído.
-¿Y por eso era necesario revelar la existencia del aquelarre?
- Cada uno juega sus cartas como quiere Giordano...
- ¡Te salvé la vida Daelian!
- Y yo os la estoy salvado a vos.- dijo Daelian fijamente mientras se liberaba de la mano de Giordano.- Encerradles. 
Los caballeros encerraron  a los tres acusados.
- Si alguien, aunque sea yo misma se acercara a estas celdas, matadle.- dijo seriamente a su hermano, y este asintió sin dilación.


El día del juicio.

Los cinco días de encarcelamiento de la joven Chantalle habían terminado, pero aún quedaba el último peldaño a superar, el veredicto del juez.
La labor burocrática de Adalberth facilitó un poco las cosas, el juicio en lugar de someterse al veredicto paladinesco y sacerdotal de los jurados eclesiásticos, se realizaría en la cámara de los ruegos del Castillo, bajo jurado nobiliario y socio-político.

La sala comenzó a llenarse. Primero tomaron asiento el jurado, compuesto por distintos senadores. Acto seguido el centro de la estancia se vio rodeada por nobles que acudían a ver el juicio. Y justo detrás de estos, se encontraban los comunes, el pueblo mismo.

A Marther le sorprendió no ver a Giordano allí, al fin y al cabo en su visión vio como tras el veredicto se enfrentaba a algunos guardias. Salió del castillo dejando a Frederic y Thilane, para ver si daba con Giordano.

Paseando por los alrededores del castillo, oyó comentar a unos críos.
-¡Hay movida en el puerto!
-¡Corre, vayamos a ver, seguro que hay piratas!

Marther aceleró su paso para ir a ver que pasaba, igual estaba allí. Lo que vio le hizo temer lo peor, un regimiento de unos veinte hombres cargando sus fusiles y dispuestos a avanzar por las calles desde el puerto.
-Este cabrón nunca cambiará... -pensó Marther- ha visto el futuro y quiere cambiarlo.
Corrió entonces hasta uno de los callejones de entrada al puerto y se ocultó allí. Al poco tiempo Giordano se disponía a pasar por el lugar para comandar a sus hombres.
Cuando pasó por el estrecho callejón Marther desenvainó su hoja rápidamente y golpeó la cabeza del almirante con la empuñadura, dejándolo inconsciente.
-Lo siento compañero, no puedo dejar que hagas esto... aunque por otro lado, no sabes las ganas que tenía de hacer esto. -ocultó el cuerpo inconsciente de Giordano y tomó una de sus enseñas, hasta presentarse al regimiento.
-Me manda el almirante Lévi, se aborta la misión hasta nuevo aviso. Me ha enviado a mí para no levantar sospechas, desfilad con los fusiles al hombro para no crear sospechas.

Mientras en el castillo, el juez entró en la sala junto al fiscal. Golpeó con la maza e hizo callar a los presentes.

-Se abre la sesión en la caso del Reino de Ventormenta contra lady Chantalle Leproux. Fiscal, proceda con la acusación.
-La fiscalía ventormentina, tras una minuciosa investigación por parte de la milicia del reino, ha decidido demandar a lady Chantalle Leproux por la culpabilidad del asesinato de Thedya Hurley. 
-¿Cómo se declara la acusada?
-Inocente. -vociferó Adalberth colocándose de pie en ese momento.
-Solicito a la defensa que exponga sus peticiones, antes de proceder con el juicio.
-Mi señoría, ciñéndome a las leyes del reino y ante el acuerdo de matrimonio de lady Leproux, con el decimoquinto Lord Almirante de la patria, Giordano Lévi, solicito que lady Leproux sea juzgada bajo criterio y jurado militar.
-¿Decimoquinto Lord Almirante? ¡Ja! ¡Yo lo llamaría Primer Traidor de la patria! -vociferó un noble desde su butaca.
-¡Orden!
-Protesto, señoría. -dijo el fiscal- Lady Leproux no pertenece ni ha pertenecido a la armada ni a ningún arma del ejercito, esa petición es absurda.
-Se acepta la protesta, el juicio procederá bajo jurado nobiliario. Fiscal Hudson, proceda con su acusación.
-Muy señores míos del jurado, nos hayamos hoy ante una desgracia atroz, como si no tuviéramos bastante con el encrudecimiento de la guerra contra la Horda de Garrosh, vemos como un despreciable miembro de nuestra virtuosa Alianza ha sido capaz de asesinar vilmente a un igual y miembro de la sagrada Iglesia de la Luz.
-¡Protesto, señoría! ¡El señor Hudson está dando por hecho la culpabilidad no demostrada de mi representada, solicito la retractación de las afirmaciones!
-Solo narro los hechos, señoría. -se defendió el fiscal.
-Se admite la protesta, señor Hudson continúe con su acusación de forma hipotética.
-Como iba diciendo, la presunta asesina apuñaló tres veces el abdomen de la sacerdotisa, llevándole a la muerte.

Frederic afinó sus felinas orejas y arañó un poco los zapatos de Thilane para que se agachara.
-El fiscal está metido en esto...
-¿Porqué lo dices? -dijo Thilane.
-En el informe que pude acceder solo figuraba que fue apuñalada en el abdomen con un puñal serpentino... no especificaba las tres incisiones.
-Debemos hacer que Adalberth lo sepa.
Thilane escribió una nota y se la dio a Frederic para que se la entregase, pero la multitud estaba tranquila y el hecho no pasaría desapercibido. Entonces rasgó un pañuelo y lo impregnó de perfume, ayudándose de una de las lamparas de la sala le prendió fuego y lo arrojó disimuladamente en la capa de uno de los presentes.

-¡Que alguien traiga agua, mi capa está ardiendo! -vociferó el pobre hombre que le habían prendido fuego a su capa, armándose un gran jaleo que Frederic supo aprovechar para entregar la nota.
No tardó en apaciguarse de nuevo la multitud y continuar el juicio.

-Señor Hudson, veo que conoce usted bien los hechos. -comenzó a recitar Adalberth- ¿Vio usted el cadáver? 
-No, señor Selwyn, no lo vi. -la ceja del fiscal comenzó a temblar un poco.
-Entonces, deseo que conste en acta que el dato de las tres puñaladas es una invención del fiscal y su burda estrategia, ya que no figura en el informe del forense.

En la sala se creo un revuelo y Hudson comenzó a sudar.

-Señoría, solicito que declare lady Leproux. -dijo rotunda y secamente Hudson.
-Adelante.
-¿Y bien? -Chantalle se puso de pie a la espera de que la interrogara.
-¿Dónde estaba usted en el día de los hechos?
-No sabría decirle con exactitud, me encontraba de viaje, quizás en Dalaran o Pandaria...
-¿Y que hacía allí? -la pregunta pareció acrecentar el interés de dos encapuchados que estaban en la sala, el ángulo de visión de Thilane le impedía verles el rostro.
-Pues... -miró a Adalberth sin saber que decirle, no podía desvelar la existencia del talismán y la orden, para salvarse ella.- me encontraba con mi prometido viendo los hermosos lugares y paisajes de esas tierras...
-¿Pretende que este jurado crea que estuvo en zona de guerra para ver unos paisajes?
-Protesto señoría, los gustos de mi representada y su prometido son cosa suya. -dijo Adalberth mientras anotaba, sin levantar la cabeza si quiera, con cotidianeidad.
-Se admite.
-Señoría tenemos pruebas de la culpabilidad de lady Leproux, no tenemos testigos visuales del hecho pero si testigos de actos anteriores que vieron a ambas discutir acaloradamente. Es la principal sospechosa y permítame mostrarle otra cosa, aunque no debería dado el honor de esta sala, me gustaría que trajeran el arma del crimen. -el fiscal parecía presionado ante la mirada de los encapuchados y directo en una dirección.- Este fue el puñal con el cual la asesinaron, fijaos en su empuñadura, es una serpiente de plata sobre un mango de sínople, ¡Heráldica de la Casa Selwyn! Además de la presencia de una rosa blanca, la cual tras una investigación pudimos saber que solía comprar lady Chantalle Leproux.
-¡Esto es un ultraje, no solo acusáis a mi representada sino que además me acusáis a mí y a mi casa! ¡Señoría, solicito el aplazamiento del juicio por infamia y difamación!
-¡Vamos, señores del jurado, ahí veis la muestra de la culpabilidad y la incapacidad de defensa que tienen, y no olvidéis el nombre que resuena tras ambos! ¡Ni más ni menos que los Lévi! ¡Ya se la jugó al reino en una ocasión, y ahora trama de nuevo contra el!
-¡Orden! -exclamaba inútilmente el juez.
-¡Quién atenta contra el reino o cualquiera de sus miembros no es más que un traidor! ¡Y quien defiende e incubre a un traidor, también los es! ¡Sea así, Selwyn, Leproux y Lévi por igual! ¡Deben ser juzgados y condenados como traidores! ¡Ellos y todos y cada uno de quienes les apoyan!
-¡Orden! ¡Orden! ¡Letrados y jurado, reúnanse conmigo inmediatamente y dejad este circo!

Mientras el ambiente se relajaba, las partes se reunían con el juez y el jurado tomaba su veredicto. Mientras esto ocurría llegó Marther jadeando.
-¿Qué pasa, qué ocurre?
-Nada bueno, me temo. -contestó Thilane.- El fiscal está pagado, al igual que el juez y han nombrado la palabra traición junto a tres de las casas que forman parte de la orden, solo se han salvado los Doe y creo que porque no tienen conocimiento de que pertenecen.
-Eso es terrible.
-¿Dónde está Giordano?
-Durmiendo entre unos matorrales.
-¿Cómo?
-Pretendía asaltar la sala con un grupo armado...
-Santo cielo, esto cada vez parece más una historia de locos.
-¿Por qué han metido a Selwyn y Lévi?
-Lévi tiene un gran título pero el pasado le pasa factura y Selwyn parece que ha sido mediante una trampa bien preparada.
-¿Quién podría estar detrás de todo esto?
-No lo se, pero la orden ha perdido la inmunidad diplomática y el protectorado nobiliario si hayan culpable a los nombrados...
-Entonces esto nos incumbe a todos.

Mientras hablaban, los dos encapuchados se levantaron y accedieron a la sala del jurado descaradamente.
-¿Cómo? ¿Has visto eso? -decía Thilane muy sorprendida.
-Tenemos que atraparles, están metidos seguro.
-¿Habéis perdido el norte o las chinches os muerden el cerebro? -dijo Frederic desde el suelo.- no podemos hacer nada aquí, nos descubriríamos nosotros, estamos atados de pies y manos viendo como nos ahogamos...

El juez y los letrados salieron en primer lugar, minutos después el jurado, pero no los encapuchados.

-Señores del jurado -dijo el juez- ¿Tenéis ya un veredicto?
-Sí, señoría. De las acusaciones de asesinato y traición a la nación de Ventormenta, consideramos a lady Chantalle Leproux y todos y cada uno de sus complices, culpables.

La sala rugió en gritos, y desde una punta a la otra comenzaban enfrentamientos entre nobles a favor y en contra al igual que comunes. Thilane, Marther y Frederic palidecieron y quedaron ensimismados.