La ciudadela estaba totalmente reconstruida, no quedaba ni rastro de los rayos solares que arrasaron el lugar tiempo atrás. Había algo que no había cambiado, una gran actividad en todo el recinto por las estrictas órdenes de la teniente, y tras haber hablado con ella Marther salía del concejo. Sólo hacía un día desde que le había llegado la nota del general de Ventormenta, no se había esperado aquel reclamo urgente, y aún menos tener que volver a Draenor.
Los rumores de que estaban atacando la Fundición Roca Negra eran ciertas, y para dar a conocer la orden solicitaron a Marther como representante de esta en aquella batalla. Marther cogió uno de los grifos que le conducirían directamente al lugar, comprobando que la situación en aquel planeta era mucho más estable, existiendo rutas “seguras” por las que poder viajar, incluso por el salvaje Gorgrond.
El grifo le dejó en la entrada de lo que era una imponente fundición, la cual mostraba un gran deterioro por el asalto de la Horda y la Alianza. El lugar estaba lleno de tiendas de campaña para cuidar a los heridos, a los cuales se unían cada vez más de los que salían del interior del edificio orco. Según le comentó un tauren debía de buscar dentro al grupo que se preparaba para ir a por el líder de los orcos Roca Negra: Puño Negro. Tras darle las gracias al tauren por la información se encaminó a la entrada, entrando a aquel oscuro lugar.
El lugar era tan amplio como le habían descrito, iluminado en su mayoría por enormes forjas, las cuales caldeaban el aire de la fundición. Marther siguió a varios guerreros que se dirigían, al igual que él, al grupo para ajusticiar a Puño Negro. Strang atravesó un pequeño puente y tras ello una estrecha galería en la que se podía observar las paredes chamuscadas por algún tipo de mecanismo de defensa. Al atravesar la galería se encontró con el grupo, el cual estaba sobre un elevador que llevaba directamente a la estancia de Puño Negro. Por lo que decían era el segundo grupo, los refuerzos para el primer grupo que llevaba ya varios minutos arriba, por lo que a los dos minutos subieron el elevador, encontrándose una batalla. Puño Negro, algo magullado, luchaba él solo contra todos, por lo que viendo la situación el grupo entró corriendo para ayudar al resto, pero cuando se acercaban el suelo se hundió bajo sus pisadas.
Cuando Marther abrió los ojos había un enorme agujero en el techo de la estancia, se levantó bastante dolorido y se percató de que la lucha continuaba. Puño Negro más herido que antes seguía peleando mientras le apoyaban muchos orcos con rifles en unas pasarelas del piso superior, a la vez que unas extrañas máquinas recorrían la sala. Al ver que tanto Puño Negro como las máquinas estaban siendo diezmadas Strang subió por unas escaleras a las pasarelas superiores, luchando junto a un trol y un enano para acabar con todos los roca negra que podían. Cada vez llegaban más refuerzos para ayudarles, reemplazando a los caídos, y no llegaban más súbditos de Puño Negro para ayudarle, pero esta vez Marther se percató de como el martillo del orco empezaba a tener un cegante brillo rojizo antes de golpear con él en el suelo.
Todo ocurrió como cuando llegaron, el suelo se derrumbó y todos cayeron, aunque Strang consiguió amortiguar la caída agarrándose a unas cadenas colgantes y descendiendo por estas. Se unió a los que aún quedaban en pie, tanto ellos como Puño Negro estaban muy malheridos, pero el orco fue abatido bajo la superioridad numérica de sus contrincantes. Marther se quitó el yelmo y se sentó en el rocoso suelo de la plataforma en la que se encontraban, la plataforma estaba totalmente rodeada de lava y no había ninguna salida, por lo que les tocaría esperar varios días hasta que consiguiesen sacarlos de allí.
Durante los días de espera Marther ayudó a los sanadores con los heridos, la mayoría de gravedad, pero consiguieron salvar a todos. El equipo de salvamento se componía de un único goblin, el cual llegó hasta ellos en paracaídas, era un mago especializado en portales el cual hizo dos, para ambas ciudadelas. Una vez en la ciudadela, y tras evadir algunas peticiones más de la teniente, consiguió ir a Ventormenta para informar al general, y tras ello a Dalaran para seguir con el anterior encargo.
Escrito por Marther
