Garrett observó como Kashadia se elevaba en el aire sin salir de su asombro por lo que acababa de tener lugar. Si bien ya había sido suficiente duro ver como destruía uno a uno los cristales que contenían las almas de aquellos compañeros que se habían sacrificado por ellos, encontrarse con la sorpresa de que poseía un arsenal de almas que fortalecerla era algo que los dejó impactado. La bruja se mantuvo flotando mientras los numerosos cristales giraban a su alrededor. Kashadia se había vuelto casi imparable, y si conseguía aquello que se proponía, no habría quien pudiera detenerla.
Repentinamente realizó varios movimientos con las manos y los cristales estallaron en una sonora y luminosa explosión que derribó a la mayoría de los que se asentaban en el lugar, aliados y enemigos por igual. El caminante sacudió la cabeza tras caer mientras abría los ojos mirando rápidamente a su alrededor, sintiendo como un agudo pitido recorría sus oídos. El resto del grupo se encontraba en una situación similar, la mayoría intentaban ponerse en pie para lo que sería el combate final pero fue entonces cuando numerosos rayos comenzaron a caer por toda la zona. Kashadia deseaba con toda su alma aniquilarlos de una vez por todas, como ya lo había intentado en anteriores ocasiones, y usaría todo el poder necesario para conseguir su propósito.
Garrett observó rápidamente como los cuerpos de varios miembros de la Orden yacían sin vida en el suelo desde incluso antes del estallido. Cogió sus armas de nuevo y cargó con rabia contra la bruja pero uno de sus ataques golpeó el escudo que sostenía lanzándolo por los aires. La caída había sido aún más dolorosa que la primera y aunque el caminante se veía sin apenas fuerzas, intentó hacer acopio del último aliento que le quedaba para incorporarse de nuevo. Fue entonces cuando un rayo atravesó al joven Jace obligándole a caer de rodillas con la cara desencajada. Garret buscó a Beatrice a su alrededor para que intentara salvar al humano, pero entonces descubrió que había corrido un igual destino que el del joven. Marther sostenía el cuerpo inerte de su esposa entre sus brazos mientras acariciaba sus largos y oscuros cabellos como si intentará despertarla de un profundo sueño pero aun así la sacerdotisa permaneció en aquel letargo sin que se pudiese hacer nada por devolverle la vida.
Cuando la mente del caminante se aclaró tras los numerosos golpes recibidos, percibió como el resto de la Orden combatía frenéticamente contra los numerosos esbirros que inundaban el Molino Ambar, pero aquel que se atreviera a atacar a la bruja, recibía una inevitable descarga poniendo fin a su vida. Garrett rezó por que todo aquello fuese un sueño o quizás una visión del talismán, no solo el combate sino todo lo que había sucedido los últimos días o semanas, pero desgraciadamente todo lo que ocurría a su alrededor era tan real como él mismo.
-¡Retirada!-gritó.- ¡Entrad todos adentro del edificio!
La mayoría del grupo se giró ante su orden, obedeciéndole rápidamente.
-¡Prepararé un portal!-gritó Khaden mientras se adentraba junto con Ireli y Caleb.
Garrett siguió en guardia mientras acababa con algunos de sus enemigos. La mayoría eran servidores o esbirros de Kashadia aunque también habían oficiales de Filos de las sombras entre las líneas enemigas. La adversaria de la Orden se había valido de sus argucias para convencer a más de una veintena de elfos, humanos e incluso no muertos para luchar a su favor con el fin de derrotarlos. El Caminante del tiempo golpeó la cabeza de un renegado con su maza, provocando que saliera despedida por los aires separándola del cuerpo de éste. De pronto sintió como algo lo embestía haciendo que cayera al suelo nuevamente. Garrett levantó la vista observando como Pirotheus recibía la descarga que debería haberle alcanzado a él. La mercenaria dio varias vueltas en el aire hasta caer de bruces con un agujero en el pecho.
El caminante sintió una gran
impotencia por no poder hacer nada por salvar a los suyos, intentó
buscar alguna forma de derrotar a la bruja que se alzaba frente a
ellos, pero tan solo podía intentar ganar tiempo para que el resto
se pusiesen a salvo. Avanzó varias zancadas a toda prisa lanzando su
maza que logró golpear a Kashadia.
-¡¿Quieres al guardián de la Orden
verdad?!¡Entonces ven a por mi...si te atreves!
-Será un placer acabar contigo... pero
no creas que serás el único en caer.-respondió Kashadia.-¡No
descansaré hasta veros muertos a cada uno de vosotros!
-¡Pues entonces a que esperas, ven a
por mi!
Kashadia frunció el ceño lanzando un
gran rayo cían que recorrió la distancia que separaban al humano de
ella, sin embargo el ataque no impactó contra él. El rostro de la
bruja cambió drásticamente, mientras intentaba mantener la potencia
constante del hechizo, al observar que era Monlee quien se había
interpuesto deteniendo el ataque. El bastón del pandaren comenzó a
brillar al hacer girar un luminoso orbe situado en uno de los
extremos del arma que de repente lanzó un rayo de fuego. Tanto el
hechizo del mago como el de la bruja se hallaban enfrentamos mientras
avanzaba o retrocedía en un vaivén dependiendo de quien ejerciera
más potencia. Garrett observó como la esfera del bastón comenzaba
a desprender chispas a su alrededor, hiriendo a su portador.
-Garrett...-dijo el pandaren con un
compungido gesto.- Debes... huir... no aguantaré...mucho más.
-Pero Monlee...
-¡Rápido,... ve con ellos... te
necesitan!
Garrett asintió ante el mago sintiendo
como la responsabilidad se apoderaba de su cuerpo obligándole a
salvar al resto ante el sacrificio de su compañero.
-Los salvaré, puedes contar con
ello.-sonrió el caminante apesadumbradamente antes de marcharse
hacia donde se encontraban los demás.
Garrett se giró por última vez antes
de adentrarse en el gran edificio casi derruido, sin evitar que sus
ojos se empañasen de tristeza no solo por el pandaren, sino por el
resto de cadáveres de aquellos que eran sus amigos y que aún
permanecían en el suelo de aquel campo de batalla. El caminante
entró hasta donde se habían refugiado el grupo, ordenando que
cerraran los grandes portones tras de sí.
-¿Cómo van los portales?
-Hay un gran contratiempo.-respondió
Caleb.- No podemos hacer portales.
-¿Cómo que no podéis hacerlos?-gritó
Alice mientras intentaba consolar a la joven Ireli que acababa de
perder a su madre.
-No.. lo sé...
-Hay un campo de fuerza, o algo similar
que anula este tipo de magia.-respondió Khaden.-No hay forma de
huir. Hemos caído en una trampa.
Garrett miró al resto del grupo
intentando encontrar una solución.
-Marther, Brandon, James, necesito que
bloqueéis cada acceso, cada puerta y cada ventana con todo lo que
encontréis.-ordenó Garrett.- Caleb, congela todos los muebles que
ellos vayan poniendo, las paredes y cualquier lugar por el que puedan
entrar.
-¡Estás loco! Nos congelaremos aquí
dentro.-exclamó el joven.
-¡Hazlo!.-gritó el caminante a Caleb
que permanecía aun sin saber como actuar.- Azurin...
La elfa se acercó flotando hasta él.
-Necesito que.... cuando el maestro
Monlee caiga...-el humano no pudo evitar soltar un suspiro sin
atreverse a dar siquiera aquella orden.
-Lo entiendo.-sonrió la elfa.-
Intentaré retrasarla todo lo que pueda.
-Gracias.-dijo Garrett antes de que la
elfa atravesara la pared.- Alice, Aomme, encargaos de acabar con
aquel que intenten entrar y mientras tanto ayudad al resto.
Ambas asintieron rápidamente.
-Khaden, Ireli, venid.- indicó el
guardián mientras llevaba a ambos alejados del resto.
-¿Cómo podemos ayudar?- dijo el mago
mientras rodeaba con el brazo a su aprendiz que se hallaba totalmente
destrozada por la pérdida de su madre.
Garrett agarró con fuerza el talismán
entre sus dedos mostrándoselo a ambos.
-Es... la única forma de acabar con
todo esto...-respondió
Khaden frunció el ceño analizando la
expresión del humano.
-Debes estar bromeando... yo.. no...,
Garrett, eso es imposible.-dijo una vez se había percatado de los
pensamientos del caminante.
-Debes hacerlo.-ordenó el guardián.-De
lo contrario la Orden dejará de existir después de esta noche...
-Pero... yo no domino esas artes, me
es... imposible. No creo que salga bien.-tartamudeó el mago que se
hallaba más nervioso de lo habitual.
-¡Pues tendrás que hacerlo!-gritó
Garrett.
El guardián retrocedió tomando con su
mano una gran maza que el cruzado había dejado sobre una mesa.
Caminó decidido hasta ambos haciéndole un gesto a Khaden, que
seguidamente agarró con fuerza la mano de la joven. Marther observó
desde el otro extremo de la sala tanto a su hija como a los dos
humanos, y se acercó rápidamente hasta ellos.
-Garrett, ¿Qué ocurre? ¿Qué...
intentas hacer?-preguntó el cruzado
-Salvar el destino de todos,
espero...-respondió el guardián mirando fijamente a la joven y al
mago.-Suerte...la vais a necesitar.
-Agárrate fuerte Ireli.-susurró
Khaden que notó como los dedos de la paladina se aferraban con
fuerza a los suyos mientras que con la otra mano rodeaba el brazo de
su maestro.
Garrett dejó caer el talismán al
suelo y concentrándose en unificar todas su fuerzas levantó la
pesada maza draénica en el aire para bajarla de nuevo golpeando con
todas su fuerzas el poderoso artefacto.
El talismán que daba sentido a la
Orden se quebró en varios pedazos, desprendiendo instantáneamente
un fogonazo de luz que obligó a Marther y a Garrett a entrecerrar
los ojos mientras se cubrían el rostro con el brazo. El foco de luz
atravesó el tejado de la estancia elevándose varios metros hacia el
cielo, y en pocos segundos pasó a convertirse en un torbellino de
arena dorada que gracias a un hechizo canalizado del mago, giraba en
torno a la joven y él. Khaden arrugó la frente a la vez que
apretaba con fuerza la mandíbula mientras se concentraba en mantener
aquel ciclón contenido en un mismo eje, usando así todo su poder.
-Que...-dijo Marther anonadado por lo
que veían sus ojos.- ¿Por qué has hecho eso? ¡¿Qué les está...
pasando?!
-Irán allá donde la Orden aún no ha
sido masacrada.-susurró el caminante con la mirada perdida.-Era la
única forma de...
-¡Pero... Garrett, debes
ir...debes...ayudarlos!-exclamó el cruzado.- Ireli no es más que
una cría...y el mago...
-Si la Orden cae, yo caeré con
vosotros.-respondió fríamente el caminante mirando atrás como el
grupo intentaba crear una barrera en la puerta que comenzaba a
agitarse tras los numerosos embates enemigos.-No te preocupes,
estarán bien... sabrán arreglárselas.
De pronto sintió como el cruzado le
agarraba por los hombros con fuerza.
-He perdido a mi esposa... y al hijo
que esperaba, Ireli es todo lo que me queda,... no la perderé a ella
también... espero que lo entiendas.
-Marther...
-Cuida de ella...
El cruzado empujó a Garrett hasta el
ciclón, viéndose rápidamente atraído hacia el vórtice. El humano
sintió un gran desgarro en su interior cuando la poderosa arena lo
golpeó en numerosas ocasiones. Cayó de rodillas junto a Ireli y
Khaden, que le agarraron rápidamente antes de que desfalleciera.
Garrett intentó estrechar la mano del mago pero entonces se percató
de que tanto sus dedos como los de ellos comenzaban a convertirse en
luz desapareciendo gradualmente. Un inmenso temor invadió a todos
por igual. Su cuerpo comenzaba a deshacerse pero aún así no sentían
dolor. La conmoción hizo que el caminante perdiera el sentido, pero
antes de que su cuerpo se desplomara entrando en contacto con el
suelo, los tres habían desaparecido del lugar, dejando en el dañado
suelo de madera tan solo un pequeño montón de tierra que siguió
girando por unos segundos más.
Garrett abrió los ojos lentamente
sintiendo como todo a su alrededor daba vueltas. Observó con los
ojos aún entrecerrados, las vigas de madera que componían el techo
de aquel lugar. Sentía como si su cabeza fuese a explotar de un
momento a otro siendo atacada con agudos pinchazos que golpeaban como
si de clavos se tratase, sus sienes. Levantó la mano lentamente y
miró como seguía tal y como la recordaba antes de que comenzará a
desaparecer entre motas brillantes, y fue entonces cuando oyó varios
pasos a su alrededor. La joven Ireli saludó al caminante con una
sonrisa. La altura a la que se encontraba atestiguaba que se debía
yacer tumbado en alguna mesa alta.
-¿Estás bien?-preguntó la joven que
recibió como respuesta un leve asentimiento.-Khaden, ya ha
despertado.- dijo en voz más baja de lo normal.
-Si, ya lo veo.
-¿Donde estoy?-preguntó Garrett
-En Molino ámbar.-respondió Ireli
-¿Estamos...muertos?
-Parece que no.-respondió la paladina
con una sonrisa.
El mago se acercó hasta donde se
encontraba el caminante a la vez que sus ojos verdosos analizaban el
estado en que se encontraba el guardián.
-¿Te encuentras bien Garrett?-preguntó
manteniendo el semblante serio.- ¿Puedes moverte?
Garrett se tomó un instante para
asegurarse antes de responderle, comprobando que no hubiese sufrido
grandes daños.
-Creo que... sí.
-Eso es bueno.-dijo el mago.- Has
sufrido una conmoción bastante fuerte...
-¿Cuanto tiempo llevo
dormido?-interrumpió
-Casi medio día.-respondió
rápidamente Ireli
-¿Medio... día?-murmuró el caminante
mientras se llevaba las manos a la cara.
-Has tenido suerte Garrett, podrías
haber muerto.-aseguró Khaden.
-Créeme, la muerte no debe de ser muy
distinta a como me siento por dentro ahora mismo...
Garrett intentó recordar lo último
que había ocurrido y tras hallar en el interior de su mente lo
sucedido durante el combate contra la poderosa bruja, se encontró de
bruces con el último recuerdo que había vivido antes de caer: la
destrucción del talismán.
-Khaden.-dijo mientras se incorporaba
lentamente sentándose en la gran superficie de madera.- ¿Hemos
conseguido viajar hasta...?
-Así es amigo.-interrumpió
bruscamente el mago.-Pero ya hablaremos de ese asunto más tarde.
Khaden desvió la mirada hacía un lado
indicando al caminante que no se encontraban solos en aquella sala.
El guardián se percató de que un humano de mediana edad descansaba
con la cabeza apoyada en un gran escritorio de madera.
-Debería ir a despertarlo.-insinuó
Ireli.-Estaba preocupado por Garrett.
-Si, despiértalo.-ordenó el mago.
Ireli se acercó hasta el desconocido
propinándole varios golpecitos en el hombro intentando llamar su
atención. El humano se despertó repentinamente sin evitar llevarse
un sobresalto.
-Señor, ya ha despertado nuestro
amigo.
-Oh, estupendo.-respondió- Enseguida
voy.
Ireli caminó hasta el grupo mientras
el mago humano estiraba sus brazo tapando un gran bostezo. Peinó con
sus dedos sus largos cabellos azabache para después perfilar su
característico bigote que se convertía en una espesa barba oscura
al llegar a su mandíbula. Tras ponerse en pie colocó algunos libros
en una estantería de la sala y se acercó hasta ellos.
-Vaya...-exclamó mirando a Garrett.-Al
parecer no debes estar acostumbrado a viajar mucho por portales. Tus
amigos me han contado lo mal que lo pasas cada vez que tienes que
hacer uso de ellos, pero jamás había conocido a nadie que se
desmayara durante horas.-dijo el humano fijando sus ojos azules en el
rostro del caminante.
-Es algo difícil de
explicar.-respondió
-Entiendo, bueno espero que termines
por superarlo, los portales se hacen para ganar tiempo, no para
pasarlo durmiendo.-bromeó el humano.
-Es un mago del Kirin Tor.-dijo Khaden
al ver la expresión del guardián.-Se encarga de custodiar este
lugar por si algún mago debe de hacer uso de él para
resguardarse... tal y como hemos hecho nosotros...-insinuó.
-Es cierto.-dijo el humano.-Por cierto
mi nombre es Frederic Kheerne.-anunció acercando la mano para
estrecharla en forma de saludo.
Khaden observó el rostro del caminante
que palideció repentinamente mientras las manos de ambos se
encontraban.
-¿Frederic... Kheerne?.-tartamudeó
Garrett sin salir de su asombro.
El guardián comenzó a sentir un
malestar que invadió su cuerpo súbitamente apoderándose de sus
pensamientos, que no cesaban ni un momento de entrecruzarse en su
meten generando un sinfín de conjeturas. Garrett sintió de repente
un nudo en el estómago acompañado de grandes nauseas. Bajó
rápidamente de la mesa en la que se encontraba pero sus piernas
fallaron al topar contra el suelo haciendo que cayese de rodillas. El
humano estiró su brazo atrayendo un barreño sobre el cual caían
varias goteras que se filtraban del techo, y devolvió en él.
-Vaya, parece que aún no se ha
recuperado del todo.-afirmó Frederic.
-Señor Kheerne, ¿Podría ser tan
amable de traer un trapo húmedo y una jarra con agua?.-preguntó
Khaden.
-Por supuesto, enseguida vuelvo.
Garrett permaneció en el suelo
apoyando su espalda y cabeza sobre una estantería.
-Dime que... todo esto es una broma
Khaden.
-Ojalá lo fuera.
-¿Cómo... hemos llegado
hasta...aquí?.-preguntó Garrett negando con la cabeza.
-Rompiendo el talismán.-respondió
Ireli-¿No?
-No me refería a eso Ireli.-dijo el
caminante.- Me refería a como hemos retrocedido tanto.
-Creo que eso deberías haberlo pensado
antes.-dijo Khaden bajando el tono de su voz.-Antes de... hacer lo
que hiciste ¿No crees?
-No pensaba que en el talismán hubiese
arena suficiente para viajar tan atrás.-respondió frunciendo el
ceño.- ¿Tenías acaso una idea mejor?
-Parad de discutir.-interrumpió
Ireli.- Lleváis días discutiendo.
Ambos humanos permanecieron en silencio
mientras la joven continuaba.
-Según Khaden, hemos viajado atrás en
el tiempo. ¿No es eso lo que pretendías hacer Garrett?-preguntó la
joven.- ¿Entonces donde está el problema? Solucionaremos aquello
que hemos venido a... arreglar... y nos marcharemos.
-No es tan fácil.-dijo Khaden tras
soltar un intento de carcajada ante la ignorancia de su aprendiz.-
Ese tipo de ahí.-susurró refiriéndose a Frederic.- Será guardián
de la Orden, aquel que leíste en los libros que transformaban en
gato, ¿Recuerdas Ireli?
-Creo que sí
-Bien, pues tal y como lo ves, no se
parece en nada a un gato.
-Ireli, lo que Khaden quiere decir es
que hemos retrocedido tan atrás que... puede que la Orden no exista
aún, o al menos no como la hemos conocido nosotros.
-No solo eso...-continuó el mago.- Si
no me equivoco puede que el mundo sea muy distinto del que hemos
venido. Aunque sea nuestro propio pasado, Theramore aún sigue en
pie, Pandaria no ha sido descubierta y Alamuerte sobrevuela esta
tierra arrasando con todo lo que encuentre a su paso.
-Pero... habrá alguna forma de volver
a casa... ¿verdad?
-En esta época los Caminantes del
tiempo no son tan frecuentes como de la que venimos, y muchos
dragones aún no confina en los mortales hasta el punto de... bueno,
que nos dejen entrar en las cavernas. No es tan sencillo al menos.
-¿Y no podemos hablar con Nizdorni?
Ella nos entenderá...
-Reza para que haya roto el
cascarón...-respondió el mago.- En caso contrario puede que
tengamos que quedarnos aquí algunos años...
-¿Años?.-preguntó Ireli mientras
tomaba asiento.- Creo que ahora me están entrando ganas de vomitar a
mi también....
-Tranquila Ireli, todo saldrá
bien.-tranquilizó Garrett.
-Pero... si estamos años aquí...
¿Cómo salvaremos a los nuestros? No resistirán tanto tiempo...
-Eso no importa Ireli.-interrumpió el
mago.- Si logramos nuestro objetivo, cambiaremos el futuro que
conocemos, osea nuestro presente. Evitaremos que Kashadia sea
liberada, entonces y solo entonces habremos salvado a la Orden.
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Garrett, Ireli y Khaden han viajado
atrás en el tiempo para salvar a la Orden de lo que sería su
trágico final, sin embargo el grupo se encontrará con que su misión
en el pasado abarca mucho más de lo que creían en un primer
momento.
Los tres Caminantes del tiempo se verán
obligados a reunir a algunos de sus compañeros y juntos descubrir
que todos ellos ya formaban parte de la Orden desde mucho antes de lo
que parecía. La nueva Orden deberá solventar varios sucesos clave
del pasado si realmente desean evitar que un mal mayor ponga fin al
presente tal y lo conocen.
Para ello, la Orden se enfrentará de
nuevo a viejos enemigos como Keltharian, Lionell, Ivy o Cornelia
hasta llegar a su objetivo final y eliminar la amenaza de Kashadia de
una vez por todas, dando así lugar al verdadero capítulo XVI - El
alma de la Orden.