Garrett suspiró de forma totalmente
audible por su interlocutora. Llevaba meses en aquel lugar, intentaba
superar la desesperación que provocaba estar encerrado en aquellas cavernas y
sobretodo sus habitantes, los dragones del vuelo de bronce, que hasta
en la conversación más trivial lograban terminar con la paciencia
del mortal más apacible.
-Nizdorni, tan solo me refería a que no entiendo por qué fuimos hasta Pandaria a confirmar la veracidad del libro si ya sabíais la respuesta.
-Lo sé, te he oído a la primera, no
hace falta que me lo repitas. Pensé que la respuesta estaba clara,
por eso la he dejado sin contestar.
La dragona con forma de gnoma continuó
caminando junto a su acompañante tranquilamente por aquellos interminables senderos de arena.
-Os hice ir hasta Pandaria porque allí aprenderíais una valiosa lección.- respondió por fin tras un largo
periodo de silencio.- En tu caso, debías aprender a liderar a un grupo.
-¿Liderar? Creo que los miembros de la
Orden me tenían en mayor estima antes de ese viaje.
-Las heridas aún están recientes
Garrett, sin embargo cuando vuestros caminos vuelvan a cruzarse, las
cosas serán muy distintas a como las ves ahora. Te aseguro que te
valoran más de lo que crees.
Garrett caminó lentamente mientras
reflexionaba sobre las palabras de su maestra.
-Sois una dragona de bronce, sabéis más de lo que yo lograré saber en mil vidas, sería sensato fiarme
de vuestras palabras.-Garrett sonrió a la dragona tras poner fin a
sus palabras.
-Los dragones no somos mejores que los
mortales... y menos ahora que hemos perdido parte de nuestros
poderes. Necesitamos de razas como la vuestra para ayudarnos en el
futuro. Nosotros no viviremos eternamente, y alguien deberá
encargarse continuar nuestro legado.
Garrett no se dio cuenta entonces de
que las palabras de Nizdorni nunca carecen de sentido, y de que
aunque actualmente fuese un simple aprendiz, en el futuro sería un
gran caminante el tiempo.
-Nizdorni, si sabéis lo que os ocurrirá
en el futuro... ¿Por qué no intentáis buscar una manera de
evitarlo?
La dragona se tomó unos segundos antes
de responder.
-No siempre podemos llegar a conocer
con exactitud todo lo que está por venir...
Nizdorni dejó pasar unos segundos
antes de continuar, quizás porque no sabía que palabras usar
exactamente o puede que fuera por intentar desquiciar a su
aprendiz, los sentimientos irracionales de las razas mortales era
algo que le producía una gran curiosidad.
-¿Te he explicado ya qué es un choque
temporal?
Garrett desvió la mirada hasta su
maestra y negó con la cabeza.
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El grupo huía desesperadamente por
aquellos oscuros bosques donde la noche había caído hacía horas,
los árboles de aquel lugar junto con la poblada vegetación parecían
intentar impedir su avance.
Khaden se detuvo unos segundos, lo
necesario para percatarse de si aún seguían tras ellos. No logró
vislumbrar nada, así que continuó corriendo junto a sus compañeros.
Mientras corría, infinidad de pensamientos cruzaron su mente, debían
despistar a sus perseguidores, al menos lo necesario para poder crear
un portal y huir. De repente sintió una punzada en el hombro,
seguido de un agonizante escozor y un insoportable dolor que le hizo
desprender un grito. Khaden cayó de rodillas al suelo, el dolor no
cesaba, y mientras intentaba continuar descubrió que una flecha le
había atravesado el hombro.
-Khaden....
Beatrice se giró al ver que su
compañero había caído. Se arrodilló junto a él observando la
herida.
-Debemos seguir...-susurró la bruja
-No llegaremos muy lejos así..., seguid
vosotros...
Beatrice miró fijamente a la joven
Sharr y al gnomo que los acompañaba.
-Corred, salid de aquí, rápido!
-Pero...
-¡Sharr huye!-gritó Beatrice mientras
intentaba poner remedio a la herida del mago.
El gnomo agarró a la joven de la mano
y tiro de ella, poniéndose en marcha de nuevo.
-Deberías haber ido con ellos.-dijo
Khaden mientras miraba a su alrededor.-Nos culparán por lo que le
ocurrió a la sacerdotisa...
-Pase lo que pase no digas ni una
palabra.-aconsejó Beatrice mirando seriamente al mago.
Beatrice rasgó un trozo de su vestido,
para taponar la sangre que desprendía la herida. Observó la flecha
clavada en el hombro de Khaden y seguidamente su mirada se cruzó con
la del mago.
-Si extraes la flecha matarás a tu
amigo.- interrumpió una fina y delicada voz que había parecido un
susurro en voz alta.
Isnalar se acercó a la pareja
lentamente mientras sostenía el arco en una de sus manos y un par de
flechas en la otra. Beatrice miró con rabia a la elfa, pensó en
abalanzarse sobre ella, bastaría tan solo una fracción de segundo
para pulverizar a su enemigo, de hecho sin tomar control de sus
acciones, había comenzado a levantar el brazo, pero algo la detuvo.
Un bastón se interpuso entre ella y su enemiga.
-Será mejor que te estés
quietecita.-amenazó Chantalle que sostenía su bastón apuntando a
la bruja.
-Isnalar, casi lo matas...-dijo Julius
que acababa de llegar junto con Alice.
-Si hubiese querido matarlo ahora mismo
estaría muerto.- respondió fríamente mientras los observaba con desdén.
-Juraría que eran más de dos...-dijo
Chantalle mientras miraba a los alrededores.
-Intentaré alcanzarlos.-dijo Julius
comenzó a correr en la dirección en la que habían huido el resto.
-Alice, acompáñale.-ordenó Chantalle,
a lo que la bruja respondió asintiendo firmemente.
Sharr frenó en seco. Juraría haber oído un grito de alguno de sus compañeros. No sabia muy bien que
hacer, como actuar, la situación le sobrepasaba en gran medida.
-Niña, deberíamos escapar ahora que
podemos.-susurró el gnomo de pelo verdoso.
-Pero son nuestros amigos...
-No podéis enfrentaros a
ellos.-interrumpió una voz lo suficientemente grave para que ambos se
sobresaltaran.
Tanto Sharr como el gnomo miraron con
desconfianza al desconocido. Se trataba de un humano alto, con
ropajes de alta cuna. Parte de su rostro estaba oculto bajo sus
largos y oscuros cabellos, pero aún así no podía ocultar algunas
marcas con forma de quemaduras que subían por su cuello.
-¿Quién eres? ¿Qué quieres de
nosotros?-preguntó el gnomo enérgicamente
-Lo importante no es quien soy, sino
quien no soy, y no soy uno de ellos. Si queréis salvar a vuestros
compañeros venid conmigo, de lo contrario os matarán.- afirmó el
desconocido mientras creaba un portal para que ambos huyeran de aquel
lugar.- Huir hoy para vengarse mañana-dijo el extraño mientras ofrecía su mano a la joven. El gnomo y Sharr dudaron unos instantes,
pero ambos reconocieron que no tenían escapatoria alguna salvo esa,
así que decidieron correr el riesgo y cruzar el portal.
-Esperad...-una voz femenina atrajo la
atención del extraño antes de que desapareciera tras el portal.-
¿Hay lugar para una más?- preguntó Alice que se acercaba a paso
ligero hasta el humano.
-Siempre hay lugar para uno más.-dijo
sonriente mientras tomaba delicadamente la mano de Alice y cruzaban
el portal.
Julius observó apenado la situación
oculto entre la maleza. Había resultado una gran decepción para él,
pero lo sería mucho más para sus compañeros.
Isnalar ató fuertemente las piernas y
las manos del humano, mientras Chantalle intentaba hacer lo mismo con Beatrice. La elfa no se había planteado siquiera el hecho de
cargar con el humano, lo arrastraría hasta donde Monlee les
esperaba.
-Han escapado.- dijo Julius que
apareció sofocado de entre los arbustos.- Se han ido con él
-Tal y como creíamos.- dijo Isnalar.
-¿Dónde está Alice?-preguntó
Chantalle buscándola con la mirada
-Alice... también se ha ido con
él...-respondió Julius mientras observaba como la expresión de
Chantalle cambiaba drásticamente.
-Entonces... ya no es una de nosotros-
dijo la bruja fríamente mirando el camino por el que se había
marchado quizás con la esperanza de que todo hubiese sido un error.
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-Entonces, un choque temporal tiene
lugar cuando... dos lineas temporales, o dos épocas distintas chocan
entre sí.- asimiló Garrett
-Exacto, pero va mas allá que eso, también se llama choque temporal cuando varias situaciones que jamás
deberían haber haber coexistido, se cruzan entre sí dando lugar a
un sinfín de posibilidades.
Nizdorni observó el rostro de su
aprendiz antes de continuar.
-Te pondré un ejemplo, aunque no sé
si podría llegar a tomarse como un choque temporal. Cuando Lionell
apareció en nuestra linea temporal, manipuló ciertos aspectos que
de haber seguido el transcurso normal, no deberían haber tenido
lugar. Eso también incluye a personas que en su futuro jamás se
hubiesen cruzado con la Orden, y sin embargo Lionell forzó esa
situación. Todo esto crea una especie de onda expansiva, modificando
el transcurso definido de las personas que se ven afectadas...
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El bastón cayó tras el forcejeo, dando
lugar a un sonido cristalino cuando golpeó el suelo.
El cristal púrpura se agrietó al
entrar en contacto con la fría y dura piedra, la grieta se dividió rápidamente en cuestión de segundos fragmentándose una y otra vez en
pequeñas grietas, avanzando como si de un río se tratase intentando
llegar al mar, hasta que lograron abarcar toda su totalidad.
El cristal se rompió en varios trozos,
seguido de una gran explosión que derribó a ambas humanas.
Kathaisa sintió un agudo pitido en sus oídos. Se llevó las manos hasta ellos con la intención de atenuar
el dolor. Mientras tanto desvió la mirada hasta su enemiga Thilane, que se hallaba en el suelo inconsciente. La maga se arrastró hasta
el bastón que permanecía inerte junto a ellas. El cristal que debía
conseguir se había roto, aún así, Kathaisa guardó los restos en
su bolsa, esperando que sirviera de algo para su maestro. Aún
quedaba otra parte del cristal, otra mitad, quizás a su maestro le
bastara solo con eso para conseguir su propósito, para liberar el alma que estaba encerrada dentro, pero para ello antes debía hacerse con él.
Kathaisa desvió la mirada rápidamente al oír algunos pasos que bajaban las escaleras de la estancia donde
se encontraba. Un pequeño niño apareció al extremo de ellas, mirando temeroso la situación en la que se veía envuelto. La maga no
dio crédito a lo que veían sus ojos. Reconoció al instante de quien se trataba, pero no entendía por qué estaba allí, ni por qué tenia esa edad. Un sentimiento extraño la invadió por completo, no
sabía si era esperanza o quizás miedo, en esos momentos su cabeza
estaba demasiado nublada como para entender de que se trataba.
Era Lionell, o al menos una versión más joven de él. Kathaisa se acercó hasta el pequeño comprobando en
sus pequeños ojos verdes que ahora tenía un nuevo destino, una
nueva meta, una nueva motivación. Tarde o temprano ese pequeño se
convertiría en el Lionell que ella conoció, y al que ella amó.
-Tócale un solo pelo y acabaré
contigo.- dijo alguien que acababa de entrar en la casa donde se
encontraban.
El pequeño Lionell desvió la mirada
de la maga hasta la puerta, donde se encontraban los dos jóvenes.
Kathaisa se quedo paralizada al oír esa
voz. Se giró rápidamente y encontró a dos humanos, uno de ellos
desconocido para ella pero el otro era él, era la misma persona que
el pequeño que se encontraba delante de ella, aquel al que había
dado por muerto.
Lionell se acercó rápidamente hasta
Kathaisa y se detuvo en seco frente a ella, mientras que Caleb se
arrodilló junto a Thilane para comprobar su estado.
-Lárgate.- dijo Lionell que fusiló con
la mirada a la maga.
-Eres... tú.., estas vivo...
Lionell agarró por el cuello a la maga
apretando con fuerza.
-¡He dicho que te largues!
Kathaisa obedeció las órdenes de aquel
que había sido su maestro y confidente años atrás.
Lionell observó como abandonaba la
estancia mientras reflexionaba unos instantes.
-Está viva Lionell, parece que no
corre peligro... pero hemos llegado tarde.-afirmó mientras observaba el bastón roto.
Lionell miró el cuerpo de su madre
con lástima, y se arrodilló junto a su ''yo'' pequeño que aguardaba con los ojos empañados por las lágrimas, sin
mencionar palabra alguna.
-Deberíamos avisar a Nizdorni, será la
forma mas rápida de ayudarla sin ser descubiertos.-dijo Caleb
-Apuesto a que a estas alturas ya
estará al tanto de lo ocurrido...
-Lionell, no deberíamos estar aquí...
debemos irnos... si nos descubren...
-Tenemos que esperar a que llegue
alguien, no podemos dejarlos así.-dijo en voz baja mientras
acariciaba el cabello del asustado niño
Caleb se quedó paralizado unos
segundos, el talismán que portaba del cuello había comenzado a
brillar levemente. El joven de cabellos dorados agarró el artefacto
con fuerza y entonces vio aquello que llevaba temiendo desde hacía
años. Caleb palideció, se puso en pie rápidamente mientras su
cuerpo se tornaba rígido y nervioso por aquello que acababa de ver.
-Lionell... están aquí...ellos, han
venido a buscarnos...
-¿Te refieres a Lorraine? ¿La Orden
venido a salvarnos?
-No es nuestra Orden la que ha
venido... sino los caminantes...
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-¿Cómo se pone solución a un choque
temporal?
Nizdorni suspiró ante la compleja
pregunta de su aprendiz.
-No se puede
Garrett se sorprendió por la
respuesta.
-¿No hay nada que pueda hacerse para
remediarlo?
-Cuando ocurre un choque temporal, ni
siquiera nosotros, los guardianes del tiempo sabemos que ocurrirá
exactamente. Cada acción provoca una reacción, pero en un suceso así,
existe una gran diversidad de reacciones, eso quiere decir, que
aunque solucionemos una de ellas, se produciría otra distinta, y así sucesivamente haciendo que sea extremadamente difícil de contener.
Garrett se acarició la barbilla
mientras intentaba dar la vuelta a la situación con el fin de hallar
algún recoveco por el que se podría actuar.
-¿No se podría detener evitando que
suceda aquello que detona el choque en un principio?
Nizdorni se mantuvo en silencio unos
segundos
-Cuando nos percatamos de que el choque
está teniendo lugar, ya es demasiado tarde para mirar atrás. Lo único que podemos hacer es esperar que todo termine de la mejor
manera posible.
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Garrett permaneció unos segundos
observando todo a su alrededor. Echaba de menos aquel lugar conocido
como las Cavernas del tiempo, o al menos añoraba verlo en ese
estado. Los dragones pasaban volando sobre sus cabezas, los
caminantes aprendían junto a sus maestros, la vida fluía en aquel lugar como nunca antes.
-¿Echabas de menos esto
verdad?-interrumpió la joven caminante.
Garrett asintió manteniéndose ensimismado en sus recuerdos. Ireli Strang le concedió unos minutos
para que contemplara aquel lugar. Ella misma se había sorprendido al
ver el buen estado en el que se hallaban las cavernas tras cruzar el
portal. Allá de donde venían, las cavernas se habían convertido en
un lugar lúgubre y oscuro, asolado por una batalla sin igual donde no había ni principio ni final.
La joven caminante se fijó en su
maestro. Hasta ahora no se había fijado en cuanto tiempo había
pasado desde que lo conoció, por aquel entonces ella era tan solo
una cría que había perdido a toda su familia, pero había pasado ya
mucho tiempo desde aquel día. Ella ya era toda una mujer, al igual
que Garrett ya no era tan joven como antaño, algunas canas en las
sienes y un par de arrugas en la frente lo confirmaban.
-No tendrías que haber venido Garrett.
-Estoy bien, es solo que necesitaba
asimilarlo, eso es todo.-respondió el caminante con el semblante
serio.- Además prometí a tu tío Cross Nesai que cuidaría de ti.
-Ha pasado mucho desde entonces.
-Eso no es razón suficiente para
romper una promesa.
Garrett observó a su compañera,
recordó cuales fueron las ultimas palabras de Cross Nesai, o al
menos las ultimas palabras cuerdas que tuvo. Aún se preguntaba por
qué la familia Doe había terminado siendo azotada por tal desgracia.
Ireli era una de las pocas heredadas vivas de la cada Doe, y su responsabilidad era cuidar de ella, sin importar el tiempo que
hubiese pasado desde entonces.
Ireli suspiró, sabía que no podía
discutir con él, los años le habían hecho cada vez más terco y mas frío, pero a pesar de todo había logrado ser un buen líder, aunque
él pensara todo lo contrario.
-¿Por dónde empezamos?-rompió el
silencio la caminante mientras se preguntaba si Garrett tendría
algún plan en mente.
-Tenemos treinta días hasta que el
portal se cierre de nuevo. No es mucho, pero espero que nos de
tiempo. Yo me encargaré de encontrarlos, tu ayuda a los miembros de
la Orden, Lionell y Caleb han trastocado demasiado el destino de la
misma con sus jueguecitos.
-Debería ir contigo, no creo que
logres convencerlos de nada, en cambio yo podría...
-No voy a convencerlos, voy a traerles
por la fuerza.-interrumpió Garrett frunciendo el ceño.
-¿Qué hago si me cruzo con alguno de
ellos?
-Atrápalo y lo traes hasta aquí, después espera a que yo llegue.
-¿Y si... se resiste?
-Entonces mátalo.
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En este nuevo capítulo los miembros de
la Orden deberán enfrentarse a un desafío que logrará sacar lo peor
y lo mejor de cada uno de ellos, donde las alianzas se demuestran y las traiciones se pagan, todo esto mientras a su alrededor se
teje una serie de complejas situaciones que determinarán el futuro
de la Orden y el de todos sus miembros.
Los miembros de la Orden deberán
valerse de su experiencia e intuición para decidir quienes de estos nuevos y no tan nuevos conocidos se convertirán en sus aliados y quienes
en sus enemigos, dando lugar cada una de las decisiones a un
resultado totalmente inesperado.
¿Y tú en quien confiarás?